faja hernia discal
El efecto de la faja para hernia discal es sobre todo de soporte, de forma que se contrarresta y se reparte la tarea de sostén que de otra manera recaería enteramente en la vértebra con la protrusión. Se tiene conocimiento de que la tensión sobre la vértebra vulnerable de desarrollar una hernia, es en parte responsable de su desarrollo y que lógicamente, si esta tensión queda repartida en otros elementos como los músculos de la espalda o mediante una faja, el avance del crecimiento de la protrusión se ve disminuida y con ella todos los síntomas asociados como el dolor y el adormecimiento de las extremidades afectadas.
Como funciona la faja hernia discal
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Para entender la razón por la cual la faja discal y la fortaleza de los músculos del torso logrados por la práctica de ejercicios especializados, hay que estudiar la causa por la que ocurren las protrusiones vertebrales. Una hernia discal es una protuberancia en el disco que la conecta con la vértebra siguiente, la protuberancia es consecuencia del debilitamiento de la capa más externa del disco comprometido. La presión de las capas más internas obligan a la zona debilitada de la capa externa a ceder, cuando esto ocurre, se forma la hernia, que sin ningún tipo de tratamiento, puede llegar a irritar a los nervios próximos.
Una de las razones por las que la capa más externa del disco de una vértebra se debilita es por la pérdida de líquidos si hablamos del caso en el que la vejez es el factor decisivo. Otros factores decisivos son el debilitamiento del disco por factores externos como accidentes laborales y de tránsito. Un tratamiento en estas circunstancias es importante para evitar el crecimiento de la hernia y que llegue a irritar los nervios circundantes, pues son ellos los que terminarán por causar los síntomas característicos de las protrusiones vertebrales.
Diagnosticar a tiempo ayuda a la recuperación
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La presión ejercida por el peso del torso, en parte relacionado con su contextura y con el tipo de esfuerzo realizado día a día, puede ser decisivo en el avance del crecimiento de la hernia, por lo que parte del tratamiento es reducir este factor tanto como sea posible. Si la hernia logra diagnosticarse a tiempo y el paciente entra en la aplicación de estrategias adecuadas para evitar el avance, puede prevenirse la irritación de los nervios por el contacto con la protrusión. Los médicos especialistas son quienes generalmente pueden realizar esta tarea y son los más recomendados pese a haber tantas alternativas de medicina no formal y de prácticas milenarias.
Las soluciones de los especialistas en los casos en los que la hernia no ha irritado los nervios subyacentes, es el de reducir la presión ejercida en las vértebras afectadas a partir de elementos como una faja para hernia y de la práctica de ejercicio físico para que los músculos del torso ejerzan una función de sostén más marcada y cumplir con un nivel de soporte similar al de las fajas. Lo importante es que el diagnóstico y la receta de la faja misma y del conjunto de ejercicios sean recetados por el especialista.
Los ejercicios son importantes
Ejercicios para hernia discal
Uno de los ejercicios más sugeridos en este sentido es el que consiste en llevar las rodillas al pecho mientras se está acostado boca arriba en una superficie plana como el suelo. El ejercicio se basa en colocar las rodillas en un ángulo de 45 grados mientras se sostienen de la planta de los pies. Luego con la fuerza que corresponda, la persona intenta llevar una rodilla por vez hacia el pecho, seguida por la otra y así sucesivamente. Estos movimientos ponen en movimiento los músculos del torso y en especial los de la zona lumbar que es el área en donde es más probable la aparición de una hernia.
Las contracciones de abdominales isométricas son también ejercicios que generan grandes resultados pues son especializados en entrenar los músculos lumbares. El ejercicio consiste en colocarse boca arriba en una posición similar a la descrita en el párrafo anterior. El ejercicio consiste en flexionar los músculos abdominales de forma que el torso tienda a enderezarse. Automáticamente la curvatura natural de la región lumbar de la espalda se hace menos pronunciada hasta que toca la superficie. Luego, el siguiente paso es relajarse para volver a la postura previa.
Un tercer ejercicio es el del perro y el gato, que consiste en flexionar el torso completamente mientras se está en posición cuadrúpeda. Para practicar este ejercicio, se debe tomar la postura mencionada, poniendo atención a los músculos del torso. Luego hay que levantar el torso hacia arriba, de forma que se curve de manera convexa de cara al suelo. Luego solo queda relajarse para volver a la posición inicial. Se recomienda realizar este ejercicio en series varias de intervalos de entre 30 y 60 segundos aproximadamente y en la cantidad permitida por el estado físico de la persona.
Por último, es mencionable el ejercicio de Superman, que tiene al menos 2 variantes. Una de ellas se realiza a partir de una posición cuadrúpeda idéntica al del ejercicio anterior. Luego el paciente debe levantar un brazo junto a su pierna opuesta hasta alinearlo con la espalda. Luego volver a la posición inicial y realizar lo mismo con el otro brazo y la otra pierna. Otra de las variantes consiste en acosarse boca abajo en una superficie plana para luego tratar de levantar ambos brazos y ambas piernas como si se quisiera llevarlas hacia arriba. Esto activa deliberadamente los músculos lumbares, ayudando a fortalecerlos.
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