Tatyana
A lo largo de la práctica en fisioterapia empleamos múltiples dispositivos de electroterapia porque así nos han enseñado en las distintas formaciones, pero rara vez nos planteamos si la literatura actual apoya el uso de esta herramienta o bien el paradigma ha cambiado y nos encontramos desfasados en nuestra práctica clínica.
Un ejemplo de esto es la aplicación de la magnetoterapia en la consolidación de fracturas y retrasos de consolidación de las mismas. ¿Es una terapia realmente efectiva por sí misma?, ¿existe literatura que respalde su utilización?,¿en qué principios se basa para mejorar esta cicatrización?
En esta pequeña revisión haremos un repaso de la literatura existente que trate del tema y sacaremos unas conclusiones acerca de su utilización actual.
Teoría de la magnetoterapia
Cuando nos encontramos ante una fractura en la que se ha decidido la reducción cerrada junto con inmovilización pueden tener lugar los retrasos en la consolidación o incluso la no unión de los extremos óseos. Ante estos casos, será necesario llevar a cabo un cambio en las estrategias de tratamiento.(1)
En este contexto, en 1970 nace la magnetoterapia, como alternativa conservadora a este tratamiento. Consiste en la inducción de ondas eléctricas en el hueso que han sido generadas por un pulso electromagnético con la finalidad de mejorar la curación del mismo con efectos bioestimulantes, antiinflamatorios, analgésicos y de reducción del edema. Así, en 1979 esta herramienta se aprueba dentro del campo de la fisioterapia. (1)
En general esta mejoría se ha atribuido a que la tensión que genera la magnetoterapia tiene cierta semejanza con la tensión que provoca la actividad muscular lo que promueve la síntesis de proteínas, una mejoría en la vascularización y calcificación de la matriz ósea. (1,2) Los efectos que se han descrito de la técnica son: (1,2)
Mejora la disposición de las moléculas y los átomos dipolares.
Modifica la permeabilidad de las membranas, estabilizando la bomba de sodio y favoreciendo el proceso de enlace. Estimula la reproducción celular y activa los sistemas de reducción oxidación.
Ejerce efectos piezoeléctricos sobre el hueso y el colágeno: los cristales se someten a tensión mecánica y eso induce a la formación de nuevo tejido óseo.
Efectos metabólicos tóficoestimulantes acelerando la función de las mitocondrias, aumenta la mitosis celular y con ello la reparación tisular.
En relación al tema que nos compete, los campos magnéticos no crearían un callo óseo que no se fuera a formar, sino que lo formará más velozmente.(2).
Los aparatos de magnetoterapia generan un campo preferentemente magnético (nunca menor del 90%) en el que se pueden controlar los parámetros de intensidad o inducción, frecuencia, tiempo, gradiente, vector, profundidad de la penetración, localización, forma de la onda y sentido del campo. Hay tres tipos generales de dispositivos de magnetoterapia: selenoide (la extremidad o el torso se colocan en el sistema generador de magnetoterapia), dos bobinas (se colocan las dos bobinas a ambos lados de la extremidad) y colchón plano (más empleado en el hogar y con fines de bienestar).(2,3)
Dependiendo de las frecuencias tendrá unos efectos u otros, en teoría, para que las ondas incrementen la formación ósea deberían de trabajar a frecuencias bajas (1.5-76.6 Hz) y serían necesarios tratamientos diarios de 20-30 minutos durante meses, de esta forma habría un incremento significativo de la formación ósea hasta en un 85%.(1)
El método consiste en colocar las bobinas próximas al miembro dañado sin necesidad de quitar el yeso, férula ni tocar al paciente y la corriente eléctrica variable pasa por la bobina, la cual crea un campo magnético pulsante (Ley de inducción de Faraday) que penetra dentro de los tejidos conductores. A la vez, este campo genera una densidad de corriente eléctrica (estímulo eléctrico). (2)
Las contraindicaciones absolutas no existen, aunque en algunos casos hay que tener precaución como son:(2)
Marcapasos
Mujeres embarazadas
Enfermedades graves, víricas o tumores
Hipotensión
Hemorragias
Estudios de efectividad de la magnetoterapia
A pesar de que existen numerosos estudios que demuestran que los campos magnéticos son capaces de modular las funciones moleculares, celulares y tisulares de manera fisiológica y clínicamente significativa, los efectos a nivel macroscópico han sido estudiados en menos estudios y los resultados no son tan claros.(3)
Por ejemplo, en un estudio con animales (cobayas) se intentó estudiar el patrón de curación de una osteotomía inducida. Para ello se seleccionaron 30 cobayas, se les indujo la osteotomía y se les dividió en 3 grupos: uno que se sometió a campos electromagnéticos pulsados, otro que se sometió a campos electromagnéticos continuos y un grupo control. La electromagnetoterapia se indujo mediante jaulas especiales durante 9 días, 8 horas/día. Los resultados de este estudio apuntan a la idea de que ambos grupos experimentales obtuvieron una mejor reparación ósea que el grupo control sin haber diferencias entre ambos tipos de magnetoterapia.(4)
Pero, ¿qué nos sugieren los estudios realizados en humanos?, ¿es efectiva la magnetoterapia en las fracturas no consolidadas o con retraso en la consolidación?
Al respecto se han hecho numerosos estudios entre los que podemos encontrar los siguientes. Por ejemplo se hizo un estudio en el que se seleccionaron 10 pacientes con fracturas estables pero con retraso en la consolidación o que directamente no habían consolidado y se dividieron en dos grupos de 5 pacientes cada uno: grupo experimental (el cual se sometió a magnetoterapia 20 Hz, a un 50% de la intensidad, durante un tiempo de 20 minutos/día, 3 meses) y un grupo control (al cual se le puso calor local durante 20 minutos y se le pautaron ejercicios isométricos que realizaron durante 10 minutos). Los resultados sugieren mejores resultados en el grupo experimental que en el grupo control, por lo que la magnetoterapia estaría indicada en este caso.(1)
En otro estudio se presentaron dos casos clínicos con retardo de consolidación tras el tratamiento quirúrgico (fractura de huesos largos) y tras la aplicación de 36 y 28 sesiones de magnetoterapia durante 30 minutos/día a una frecuencia de 50 Hz e intensidad 80 Gauss, se alcanzó la conformación consolidación de ambas fracturas. Aunque sí que es cierto que estos efectos no se compararon con ningún grupo control.(5)
Una revisión analizó los estudios que había sobre la efectividad de la magnetoterapia en la aceleración de la consolidación de fracturas óseas humanas. Solo pudieron obtener 3 artículos que tratasen el tema y tuviesen la calidad metodológica adecuada para poder extrapolar los resultados. En total se incluyen 182 pacientes, pero con distintos tipos de fractura y distintos abordajes conservadores (fijación externa, yeso, etc.), distintas máquinas, aplicadas a distintas frecuencias y tiempos lo que dificulta la extrapolación de los resultados. Uno de ellos ponía la magnetoterapia 8 horas al día durante 3 meses al grupo intervención y al grupo control se le puso un tratamiento placebo con dispositivos falsos a pacientes con fracturas en huesos largos. En el segundo el grupo intervención (con fractura de Colles) ponía la magnetoterapia 30 minutos al día durante 10 días y ejercicios programados dos veces al día de movilización de la extremidad superior frente al grupo control que solo realizaba movilizaciones. El último estudio aplicó en el grupo intervención la magnetoterapia 1 hora durante 8 semanas en pacientes con fracturas distales de fémur, frente a placebo en el grupo control. En los 3 estudios analizados, el tamaño del efecto fue pequeño y no se encontraron diferencias estadísticamente significativas, aunque sí que se apreciaban mejores medias en el grupo intervención que en los grupos control, en cambio sí que hubieron más mejoras estadísticamente significativas en la disminución del edema y en la mejora del rango de movimiento.(1)
En cambio, otros estudios obtienen resultados muy distintos. Por ejemplo, Adie S. et al. (2011) hicieron un estudio multicéntrico en el que se probó la eficacia de la magnetoterapia pulsátil en fracturas agudas del eje tibial y se valoró si había una reducción de la tasa de intervenciones quirúrgicas por ausencia de unión o retraso en la misma. Para ello seleccionaron a 259 pacientes de 6 hospitales distintos y lo distribuyeron aleatoriamente en dos grupos: un grupo experimental que fue sometido a sesiones de magnetoterapia activa y un grupo control o placebo donde, aunque el aparato debía de ponerse, la corriente electromagnética no tenía lugar. Ambos debían ponerse el dispositivo 10 horas al día durante 12 semanas. Como resultado se vio que el cumplimiento fue moderado con 6.2 horas de uso diario promedio y no se encontraron diferencias entre grupos con respecto a la intervención quirúrgica, unión radiográfica o medidas funcionales, por tanto el uso de la magnetoterapia no parece ser especialmente importante aunque sí que es cierto que no derivó en ningún riesgo ni complicación asociado al tratamiento.(6)
Otro estudio se hizo para valorar la efectividad de la técnica en pacientes con fractura aguda de escafoides. Para ello 53 pacientes de 3 centros médicos diferentes se seleccionaron para participar y se dividieron en dos grupos: grupo magnetoterapia y grupo placebo. Se hicieron estudios radiológicos a las 4, 6, 9, 12, 24 y 52 semanas. Como resultado del análisis estadístico, no se mostraron diferencias significativas entre los grupos. En la evaluación clínica se vio que, a las 6 semanas, la sensibilidad en la tabacalera anatómica, así como a la compresión longitudinal del escafoides diferían significativamente a favor del grupo placebo. Concluimos, por tanto, que la estimulación del crecimiento óseo mediante corrientes electromagnéticas no tiene ningún valor en el tratamiento de las fracturas de escafoides agudas.(7)
Por último, en un estudio se estudió la efectividad de la magnetoterapia en el tratamiento de la falta de unión ósea o el retardo en la unión en fracturas tibiales retrasadas o no unidas. Para ello se seleccionaron 44 pacientes con estos signos y aunque no se mostró significación estadística entre los resultados pre y postratamiento si que se mostró una tendencia a una mayor probabilidad de unión.(8)
Conclusiones
En relación a los resultados obtenidos de la búsqueda realizada, podemos decir que la evidencia científica actual no justifica la aplicación de la magnetoterapia en la neoformación ósea en fracturas agudas ni en los retrasos de consolidación ósea aunque sí que se podría aplicar como medida paliativa de otras secuelas de las fracturas como podría ser el edema o la disminución del rango de movimiento. Igualmente, la calidad metodológica de los estudios no es buena, por lo que nuevos estudios se deben realizar, con mejores metodologías para seguir empleando o rechazar la utilización de esta terapia con tales fines así como para establecer unos parámetros fijos para cada patología en concreto.
Bibliografía
1. Cano Sánchez, M. Á., Díez García, M. d., León Hernández, et al. Tratamiento de las fracturas no-unión y en el retardo de la consolidación con aplicación de la magnetoterapia. Revista Mexicana de Medicina Física y Rehabilitacion. 2002; 14: 26-30.
2. Chillaron Areny, M., & Casanova Gonzalvo, C. Eficacia de la magnetoterapia en la consolidación de fracturas óseas. Revisión sistemática. Universidad de Lleida. 2015;1-35.
3. Markov, M. XXIst century magnetotherapy. Electromagnetic Biology and Medicine. 2015; 34(3): 190-6. doi:https://doi.org/10.3109/15368378.2015.1077338.
4. Darendeliler MA, D. A. Efectos de los campos electromagnéticos estáticos y pulsados en la curación ósea. Int J Adult Orthodon Orthognath Surg. 1997; 12: 43-53.
5. Martínez Escudero, C., Capellas Sans, L., & Tinoco González, J. Magnetotherapy in delayed consolidations. Rehabilitación. 2001; 35(5): 263-325. doi:10.1016/S0048-7120(01)73197-0.
6. Adie S, H. I. Pulsed electromagnetic field stimulation for acute tibial shaft fractures: a multicenter, double-blind, randomized trial. J Bone Joint Surg Am. 2011; 93(17): 1569-76. doi:10.2106/JBJS.J.00869.
7. Hannemann PF, G. K. The clinical and radiological outcome of pulsed electromagnetic field treatment for acute scaphoid fractures: a randomised double-blind placebo-controlled multicentre trial. J Bone Joint Surg Br. 2012; 94(1): 1403-8.
8. Aggelos Assiotis, N. P. Pulsed electromagnetic fields for the treatment of tibial delayed unions and nonunions. A prospective clinical study and review of the literature. J Orthop Surg Res. 2012; 7(24). doi:10.1186/1749-799X-7-24.
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