La afición por el ciclismo cada vez va a más en nuestro país. No solo lo demuestran las audiencias recientemente registradas en televisión por un evento tan importante como el Tour de Francia, sino adicionalmente la gran cantidad de ciclistas que, día tras día, circulan por las carreteras españolas. ¿También es tu caso? Entonces no te lo pienses dos veces: asegura tus salidas en bici para que, si se produce algún tipo de incidente, recibas la asistencia que necesitas.
Algunos de estos incidentes pueden ser evitados siendo un muy buen ciclista. Por ejemplo, un acelerón a tiempo quizá evite una colisión, pero puede que no te veas capaz de darlo si llevas una gran cantidad de kilómetros a tus espaldas. La situación cambia drásticamente aumentando la resistencia.
Cuando hablamos de ser mejor ciclista no solo nos referimos a llevar la bicicleta con mayor destreza, sino también a ser capaz de circular con el vehículo de dos ruedas a una mayor velocidad o durante una cantidad de tiempo superior al pasar a tener una capacidad aeróbica que poco tendrá que ver con la de antaño.
Ahora que hemos hecho referencia al tiempo, hay que decir que no es necesario disponer de muchas horas libres a lo largo de la semana con tal de ser mejor ciclista. Lo cierto es que, con entrenos de tan solo media hora, tendrás más que suficiente, siempre y cuando los aproveches al máximo.
En próximas líneas podrás leer cómo es un buen entrenamiento de treinta minutos. Poniéndolo en práctica, tú también conseguirás mejorar tu resistencia y la destreza como ciclista, manejando a la perfección la bicicleta para que, tanto por carretera como por montaña, vayas totalmente seguro.
Así son los buenos entrenamientos de media hora
Lo primero que has de saber es que existe la posibilidad de entrenar circulando por exteriores como sueles hacer por ejemplo los fines de semana. Sin embargo, aquellos amantes del ciclismo que desean obtener el mejor resultado posible no dudan en recurrir al rodillo. El objetivo es claro: controlar con una precisión milimétrica el nivel de intensidad con el que llevan a cabo el ejercicio físico, lo cual sin el mencionado elemento se convierte en una tarea bastante más complicada.
Los ciclistas que entrenan en exteriores están acostumbrados a verse obligados a detener la marcha cuando llegan a un semáforo, pinchan un neumático o sucede cualquier otro imprevisto. Gracias al rodillo, no tendrás que lidiar con ni una sola interrupción, así que la media hora de la que dispones será aprovechada al máximo.
En cualquiera de los dos casos, entrenar con intervalos es una muy buena idea. En poco tiempo notarás que tu capacidad física y tu agilidad con la bicicleta mejoran de manera drástica.
Los intervalos más beneficiosos para mejorar como ciclista son aquellos que abarcan dos fases: la muy intensa y la posterior de recuperación. La primera de ellas no tiene que llevarte al límite, pero sí debes hacer un sprint que te haga terminar con una escasa reserva de energía, la cual irás recuperando posteriormente con el medio minuto o los sesenta segundos que destines a circular de forma suave.
Conviene destacar que la intensidad 10 solo se alcanza en uno de los intervalos. Aun así, es aconsejable llevar contigo un pulsómetro para no excederte del todo. El objetivo es que acabes muy cansado pero sin que ello acarree llevar el corazón al límite.
Aspectos a tener en cuenta al entrenar durante treinta minutos
Como hemos visto, no es necesario disponer de mucho tiempo para convertirte en mejor ciclista: media hora es suficiente con tal de obtener buenos resultados. Eso sí, para tal fin es esencial que tengas en cuenta los siguientes aspectos.
En primer lugar, has de saber que unos buenos estiramientos son esenciales para prevenir lesiones. Hay que decir que los entrenamientos de tan solo media hora se caracterizan por ser bastante exigentes. Si tus músculos y las articulaciones no han calentado previamente, es probable que te pase factura en forma de lesiones. Recuperarse de algunas de ellas es realmente complicado e incluso doloroso, así que evítalo por todos los medios.
Por otra parte, la hidratación también es clave. Independientemente de si optas por el rodillo o sales con la bici, en ambos casos has de llevar contigo una mochila de hidratación o cualquier otro elemento que te permita ir bebiendo agua de manera periódica.
Si finalmente acabas haciendo una salida con tu propio vehículo de dos ruedas, ten en cuenta que el entrenamiento en ciertas fases alcanzará una intensidad muy elevada. Así pues, la velocidad también lo será, factor que dará pie a que el estado en el que se encuentra la bici adquiera una especial relevancia. Antes de salir, revisa la presión de los neumáticos y otros detalles técnicos como los frenos con tal de cerciorarte de que cada elemento funciona correctamente.