La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, conocida por sus siglas como EPOC, es una enfermedad crónica, aunque prevenible, que, como su propio nombre indica, afecta a los pulmones obstruyendo parcialmente el paso del aire, lo que dificulta la respiración normal, y que, por tanto, impide la correcta oxigenación de nuestro organismo.
En la actualidad, se estima que afecta a aproximadamente el 10% de las personas con edades comprendidas entre los cuarenta y los ochenta años sólo en nuestro país. Por si fuera poco, el 73% de los pacientes no están diagnosticados.
Causas y síntomas
La causa principal de esta patología es el tabaquismo. No es de extrañar, por tanto, que la gran parte de los pacientes con EPOC fumen o hayan fumado regularmente en algún momento de su vida.
No obstante, existen otros factores de riesgo que pueden estar implicados en la aparición de esta enfermedad, como por ejemplo la exposición continuada a ciertos gases nocivos o el humo de otros fumadores.
En cuanto a sus síntomas, destacan:
Tos frecuente con o sin mucosidad.
Fatiga.
Continuadas infecciones respiratorias.
Disnea, es decir, dificultad para respirar que empeora con la realización de alguna actividad leve.
Dificultad para tomar aire.
Sibilancias.
Igualmente puede darse el caso de que al inicio de la enfermedad no se presenten estos síntomas, ya que suelen darse lentamente, y la persona esté enferma sin saberlo.
Diagnóstico y tratamiento
La forma más eficaz y rápida, y por ello también la más utilizada, para diagnosticar una EPOC es realizando una espirometría. Esta prueba consiste en soplar a través de un tubo todo lo fuerte que se pueda para que una máquina evalúe la capacidad pulmonar del paciente. Los resultados se pueden analizar inmediatamente.
Igualmente, puede ser útil auscultar los pulmones, aunque esta prueba no es concluyente ya que pueden sonar normales aun cuando el paciente sufre EPOC. En la misma situación se encuentran las radiografías, aunque el médico puede solicitarlas para obtener mayor información.
Además, en algunos casos, puede que el paciente también deba someterse a un análisis de sangre, conocido como gasometría arterial, para medir la cantidad de oxígeno y dióxido de carbono presente en la sangre.
Es importante mencionar que no existe ninguna cura posible para esta enfermedad y que, por tanto, el único tratamiento posible es aquel cuyo objetivo sea disminuir los síntomas, evitando así que la situación empeore. Por supuesto, dejar de fumar deberá ser la primera medida a tomar por el paciente con EPOC para mejorar con el tratamiento.
Consejos
Caminar la distancia que el médico crea conveniente.Realizar ejercicios respiratorios de fisioterapia.
Evitar el aire frío.
Evitar ambientes con humo.
Llevar a cabo una dieta saludable con pescado, carne de aves o carne magra de res, al igual que frutas y verduras.
Consumir al menos litro y medio de agua para ayudar a hacer más fluida la expectoración y limpiar las vías respiratorias.
Limitar el consumo de alcohol.
Vacunarse contra la gripe.
Fuente: facilisimo.com y MedlinePlus.
Imágenes (por orden de aparición): bachmont/Flickr, Valentin.Ottone/Flickr, sergis blog/Flickr y woodleywonderworks/Flickr.