En un episodio de atracón, se pueden ingerir desde 1.000 a 12.000 calorías de una sola vez ya que los alimentos que se ingieren suelen ser grasos y de alto contenido calórico.
Si bien el comportamiento con el atracón es similar al que de la bulimia nerviosa, las personas que padecen trastorno por atracón normalmente no se purgan vomitando o usando laxantes por lo que la consecuencia del trastorno es un aumento de peso que lleva en poco tiempo a la obesidad.
Según el Dr. Jesús Lago, experto en cirugía de la obesidad, “el trastorno por atracón está detrás de muchos casos de obesidad y obesidad grave, lo que ocurre es que en muchos casos es difícil detectarlo porque el propio paciente lo oculta. En la mayoría de los casos, se descubre el trastorno por atracón cuando una persona acude a un especialistas para perder peso. Aún y así, el diagnóstico de trastorno por atracón sigue siendo complicado ya que el patrón alimentario de estos pacientes (desordenado y contrario a lo recomendado tanto en la elección de alimentos como en los hábitos alimentarios) es similar al de otras personas que padecen obesidad pero no necesariamente este trastorno”.
Después del atracón, el sentimiento de vergüenza, de culpa y de angustia que experimentan la mayoría de personas con este trastorno puede agravar el problema generando situaciones de estrés y episodios de depresión en quienes lo padecen.
Causa y tratamiento:
Del mismo modo que sucede con otros trastornos alimenticios, la combinación de factores psicológicos, biológicos y medioambientales parecen estar detrás de este trastorno que motiva a come de forma compulsiva como reacción a situaciones de tristeza, aburrimiento, ansiedad y emociones negativas buscando en la comida la recompensa o el consuelo a esa situación.
El tratamiento es complejo ya que deben intervenir diferentes profesionales médicos que aborden el problema desde varias perspectivas.
Desde el punto de vista del exceso de peso que origina este trastorno “las técnicas de cirugía no están indicadas como primera etapa del tratamiento cuando existe un trastorno de este tipo.Primero el paciente debe recibir terapia para el trastorno por atracón y cuando reúna las condiciones necesarias, considerar la cirugía de la obesidad para acabar con el sobrepeso que ha originado su trastorno” añade el Dr. Lago.
Y es que en una segunda etapa, cuando el paciente tiene un mejor control de su ansiedad por la comida, diferentes estudios han concluido que la cirugía de la obesidad es igual de beneficiosa para este tipo de pacientes. Además de la pérdida de peso y la motivación que esta pérdida supone para hacer un cambio en el estilo de vida y en la forma de enfrentarse a la comida, la cirugía de la obesidad tiene efectos sobre el sistema nervioso y el sistema hormonal que podrían ayudar a aliviar los atracones.
Por otro lado, diferentes investigaciones apuntan a que la prevalencia de depresión se reduce entre un 8 y un 74 por ciento tras la cirugía del mismo modo que la gravedad de los síntomas depresivos con una reducción de entre un 40 a un 70 por ciento. Siendo la depresión uno de los principales motivos que lleva a padecer trastorno por atracón, la cirugía de la obesidad podría ayudar en una segunda fase de tratamiento de la enfermedad.
Según el Dr. Lago, “No sugerimos que la gente que padece este trastorno recurra a una cirugía de la obesidad como primera opción, pero sí como parte del tratamiento global de la enfermedad, una vez la valoración psicológica y psiquiátrica así lo determine, en especial teniendo en cuenta los beneficios que aporta a nivel de calidad de vida”.
.