Hay veces en la vida en las que subestimamos el poder de un abrazo, muchas veces al día perdemos la ocasión de dar un abrazo, los dejamos olvidados, en un segundo plano sin ser conscientes de su importancia, de lo necesarios que son, tanto para quien los da como para quien los recibe. Si realmente no nos damos cuenta del poder de un abrazo.
El abrazo tiene un gran poder, nos reconforta cuando nos sentimos mal y nos conecta con aquellos que queremos, son beneficiosos para uno mismo, pues con un gesto podemos expresar un montón de sentimientos, y reconforta tanto a quien lo da como a quien lo recibe.
Hay momentos en la vida en los que un abrazo llega a tener más sentido que un montón de palabras, consuelo, ternura, amor, cariño, amistad, alegría… y esos abrazos que hacen que la tristeza se vaya del corazón.
En esos momentos en los que nos sentimos vulnerables, un abrazo nos reconforta, nos da animo, y hace que sintamos que no estamos solos. Cuando damos un abrazo, nos sentimos fuertes, necesarios, pero sobre todo, sentimos que somos capaces de dar algo a alguien solo por el placer de dar, y eso nos hace sentirnos plenos y bien con nosotros mismos.
Dar un abrazo es una manera de reafirmar el amor que sentimos por las personas que amamos y hacerlo a diario mejora nuestras relaciones, sean estas del tipo que sean. Cuando damos un abrazo, baja nuestro nivel de ansiedad, liberamos oxitócina, es una hormona que nos calma y hace que nos sintamos más felices. Los abrazos también ayudan a mejorar la vida sexual de la parejas pues generan una sensación de felicidad , satisfacción, intimidad, y todos estos sentimientos proporcionan que nos sintamos plenos sexualmente y con ganas de fundirnos con nuestra pareja, en el acto sexual.
¿Razones para dar abrazos?, aquí tenéis unas cuantas.
Es bueno para la salud
Disminuye la ansiedad
Nos ayuda a demostrar el amor
Es la mejor herramienta de reconciliación
Mejora la intimidad
Nos hace más felices
Comunica sin palabras
¿Necesitáis más razones para regalar un abrazo?
Yo personalmente no necesito razones, pues cualquier momento es bueno para dar y recibir un abrazo, porque si, sin más, porque sale de dentro darlo, y hace que me sienta realmente bien. ¿Todavía más? Se que hago bien a la persona que lo recibe.
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Un saludo
Mari Carmen.
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