También a gente que cultiva le decimos que nosotros no cavamos en el huerto de tierra, y también nos miran raro o con cara de que no tenemos ni idea de lo que estamos haciendo.
Pero bueno, es lógico, el labrar la tierra y removerla es el método que siempre se ha utilizado en agricultura y decir lo contrario para algunos es casi un sacrilegio.
Pero nosotros seguimos a lo nuestro, porque este método a nosotros nos está funcionando muy bien, y como estamos contentos con los resultados queremos compartir con vosotros nuestra experiencia.
El no labrar la tierra tiene su fundamento y encierra de fondo una filosofía que es la que a nosotros nos atrapó en un primer momento. Esta manera de cultivar tiene un nombre: agricultura natural.
Herramientas del abuelo de Javi, las tenemos en casa pero no las hemos utilizado.
Esta agricultura que por supuesto es ecológica y que intenta imitar al máximo a la naturaleza, tiene su fundamento en la autofertilidad de la tierra.
El gran defensor de la agricultura natural fue el científico japonés Masanobu Fukuoka, que dejó su profesión y se fue al campo a cultivar arroz, centeno y cebada y que practicó durante toda su vida esta manera de cultivar.
Sus libros "La revolución de una brizna de paja" y "La senda natural del cultivo" son fundamentales para entender este sistema.
Nuestro huerto-bosque este verano
Si vosotros pensáis en un bosque sabéis que ninguna mano externa se ocupa de labrarlo y añadir fertilizantes, y sin embargo, ese ecosistema sigue vivo año tras año y creando nueva vida.
¿Y porqué la tierra es fértil sin la intervención humana? Os explico, tenemos la creencia que para cultivar plantas hay que alimentarlas, y por eso le echamos fertilizantes y abonos como si la tierra en sí fuera un simple recipiente, pero no es así, en los 30 primeros centímetros de la capa de la tierra hay una variedad enorme de seres vivos, desde lombrices hasta microorganismos que son en gran medida los responsables de la alimentación de las plantas.
Las lombrices son fundamentales para conseguir que la tierra esté abonada, aireada y esponjosa. Ellas comen las raíces muertas y restos de las plantas, remueven la tierra aireándola , y sus excrementos es uno de los mejores fertilizantes ya que consigue aumentar el volumen de la actividad biológica de la tierra.
La más conocida de todas es la lombriz roja californiana, y que no deberíamos de expulsar nunca de nuestros huertos.
Y los otros grandes aliados del huerto es una microfauna que engloba bacterias, hongos e incluso algas microscópicas, que participan en la transformación de la tierra en un sistema rico en nutrientes.
Pero también en la tierra podemos encontrar una microflora que se asocia a las raíces de nuestras hortalizas y que les ayudan a asimilar los nutrientes que de otra manera no podrían hacerlo de forma natural.
¿Qué sucede si aramos, voltemos y labramos la tierra? Os lo podéis imaginar, es como si metiéramos en una centrifugadora a todos esos microorganismos y microflora que vive al lado de nuestras plantas, los destruimos y por lo tanto si queremos tener hortalizas tenemos que abonar y abonar nuevamente cada temporada.
Pero además, si lo que utilizamos son fertilizantes químicos lo que conseguimos es matar y destruir cualquier signo de vida que haya en la tierra, entonces sí que la tierra se convierte en algo inerte y que nos obliga constanmente a fertilizar cada vez mas.
Esta es la manera de cultivar actual, en la que sin fertilizantes químicos no conseguirían nunca producir ni una planta de rabanitos.Por lo tanto si no volteamos, ni aramos, ni labramos, y dejamos que la propia tierra se autofertilice podemos conseguir cultivar hortalizas sanas y naturales de verdad.
En este huerto natural tan solo habrá que abonar en determinados momentos o a determinadas hortalizas, pero sin remover la tierra. Evidentemente esto se consigue en un proceso de varios años y con paciencia.
Este método de agricultura natural, tiene un aliado muy importante, es la cobertura de la tierra, el empleo de paja o de ramas trituradas y restos de podas, esta cobertura permite que haya una gran actividad microbiana en la tierra, y además esta cobertura se acaba convirtiendo en materia orgánica y por lo tanto fertilizan la tierra de forma natural.
Además, la tierra se vuelve más esponjosa y en verano disminuye la evaporación del agua por el calor, y en invierno esta cobertura protege las raíces de las plantas del frío.
Todo esto nosotros lo hemos experimentado en el huerto de tierra, y nos están funcionando bien.
Este método realmente necesita varios años para conseguir esa autofertilidad, pero pensamos que vamos por el buen camino.
El invierno pasado como no conocíamos en qué condiciones estaba la tierra en el momento de cultivar, y como construimos bancales elevados para cultivar lo que supone un movimiento de las capas de la tierra, hicimos un aporte de estiércol de caballo y de humus de lombriz durante la primera temporada en invierno, pero en verano sin remover la tierra y sin arrancar las raíces, añadimos una capa de estiércol y volvimos a colocar la cobertura de paja y ramas trituradas y el huerto ha estado espectacular todo el verano, y hemos empezado a ver lombrices lo que significa que estamos haciéndolo bien.
Huerto de tierra preparado de este invierno
¿Estamos locos por cultivar de esta manera? A lo mejor. Pero nosotros somos más felices pensando que con esta manera de cultivar respetamos la naturaleza mucho más, y este método nos acerca a una manera de entender y sentir todo nuestro entorno mucho más sensible y cercano con todos los seres vivos que nos rodean.
Siempre hemos oído decir: "La naturaleza es sabia". Entonces, ¿por qué no la escuchamos y observamos mucho más?
Feliz como una perdiz este verano con este pedazo de tomate que recolectamos
Os lo he intentado explicar de una manera sencilla, pero este tema se puede ampliar mucho más, si os ha parecido interesante todo lo que es cuento, y queréis saber un poco más sobre agricultura natural, os recomiendo que leais el libro de Masanobu Fukuoka, podeis hacerlo con este pdf: "La revolución de una brizna de paja".
Y también os recomiendo que leáis el libro EL HUERTO MÁS NATURAL de Jean-Marie Lespinasse, del cual ya os he hablado en un anterior post.
Cultiva tu Corazón Verde
No te pierdas el placer de tener un huerto en casa
Buena cosecha a todos ¡¡¡