¿Qué es la espirulina?
La espirulina es una alga unicelular que tiene forma de espiral (de ahí su nombre), y es de color azul verdoso por la presencia de clorofila que le da el color verde y de ficocianina, pigmento que le da el color azulado; crece y se multiplica en aguas naturales en medio alcalino y fue utilizada por los aztecas; pero en la actualidad ya se cultiva en varios países.
La spirulina es un superalimento que ofrece proteínas más digeribles que las de la carne de vacuno y contiene una sorprendente variedad de elementos nutritivos: vitaminas, macrominerales, minerales, clorofila,ácidos grasos esenciales, proteínas, ácidos nucléicos (ADN y ARN), clorofila, y una amplia gama de fitoquímicos.
Este alga microscópica constituye un complemento alimentario de primera calidad. Científicamente se ha probado que contiene más hierro que la espinaca, más beta-caroteno que la zanahoria, más calcio que la leche además contiente proteinas, vitamina B12 y ácido gama linoléico que cualquier otro alimento. Contiene además vitamina E, calcio, fósforo y magnesio.
La O.N.U. mediante el Instituto Intergubernamental para el Uso de las Microalgas Spirulina contra la Malnutrición recomienda el empleo de microalgas como la spirulina contra la malnutrición aguda en situaciones de emergencia humanitaria, de malnutriciones de índole crónica, y para el desarrollo sostenible.
También la espirulina ha sido elegida por la NASA para enriquecer la dieta de los astronautas en misiones espaciales.
Beneficios de consumir espirulina
La spirulina es un suplemento dietético ideal anti-envejecimiento gracias a su valor nutritivo concentrado, a que es fácil de digerir y a que contiene antioxidantes como el beta caroteno, que es bueno para la salud de los ojos y la visión.
Es baja en grasas saturadas, a diferencia de otros alimentos con alto valor nutricional, como los lácteos y las carnes, y aporta ácidos grasos esenciales, que no pueden hallarse en la carne, huevo y lácteos. También es baja en calorías.
La espirulina es especialmente eficaz en casos de anemia (debido a que favorece la producción de glóbulos rojos, por su riqueza en clorofila, ácido fólico, hierro y vitamina B12), desmineralización y agotamiento. Ayuda a recuperar la forma física, la energía y la vitalidad y a desintoxicar el organismo.
La espirulina es fuente de vitamina B-12, esencial para la salud de los nervios y tejidos, especialmente para los vegetarianos.
En programas dietéticos de reducción de peso, se puede utilizar como coadyuvante por sus aportes nutritivos y porque ayuda a controlar el apetito (su riqueza en mucílagos, un tipo de fibra, proporciona sensación de saciedad).
Es un complemento adecuado para la piel y para reforzar las uñas debido a su riqueza en vitaminas del grupo B y ciertos minerales (hierro, magnesio y zinc).
La espirulina es rica en hierro y es más fácil de absorber que otros suplementos dietéticos. El hierro es esencial para construir un sistema inmunitario fuerte, y es la deficiencia mineral más común.
La spirulina es también un potente regenerador de la flora intestinal y es un poderoso activador de los mecanismos celulares de desintoxicación. Nutre y protege al hígado y riñones.
Pigmentos de la spirulina
La spirulina es rica en pigmentos naturales, los cuales poseen cada uno amplias propiedades terapéuticas:
Clorofila: la spirulina es una de las mejores fuentes de clorofila. Este pigmento que da el color verde a las plantas es un potente depurador y desinfectante a nivel intestinal, hepato biliar y pulmonar. Además, se considera que por su similitud con la hemoglobina, la clorofila puede ayudar (si hay buen aporte de hierro) a combatir la anemia. Y la spirulina aporta clorofila y hierro al mismo tiempo.
La clorofila constituye el 1,1% de la spirulina, lo cual representa un nivel muy alto.
Carotenoides: la spirulina es una buena fuente de carotenoides. Contiene betacaroteno, xantofilinas, criptoxantina, equinenoma, zeaxantina y luteína.
En conjunto representan el 0,37% de la composición total de la spirulina.
Las investigaciones modernas han mostrado que estos compuestos constituyen potentes antioxidantes que nos protegen de múltiples enfermedades, entre ellas el cáncer. Son esenciales para la salud ocular.
El betacaroteno es un nutriente que está presente en muchas frutas y verduras, especialmente en aquellas de color amarillo, anaranjado o verde oscuro. Además de su poder para curar el cáncer, comprobado por numerosos estudios, tanto experimentales con animales, como dietéticos en humanos y clínicos con pacientes de cáncer, el betacaroteno es uno de los estimulantes naturales del sistema inmunológico (Ross Pelton, 1994).
Por su parte el Dr. Atkins (1999) señala lo siguiente: "Prescribo beta caroteno natural de manera rutinaria a todos mis pacientes con virus crónicos y con infecciones agudas y crónicas. De acuerdo con la investigación, dosis de beta caroteno mayores de 30 mg. tomadas por más de dos meses produjeron un aumento significativo de la función del sistema inmunológico. Llama la atención una carencia del nutriente entre personas con SIDA. Un estudio encontró que más de 70% de los pacientes con SIDA estaban por debajo del rango normal de niveles de beta caroteno, y otro estudio encontró una reducción de 13 veces del nutriente en niños con SIDA. Más sobre el asunto: dosis de 180 mg. diarios han ayudado a pacientes con SIDA a invertir el agotamiento de sus células inmunitarias".
Ficocianina: es el pigmento principal de la spirulina. Es un compuesto proteico y constituye hasta el 20% del peso total de la microalga. La ficocianina contiene iones de magnesio y de hierro, por lo cual pudo haber sido la precursora de la clorofila y de la hemoglobina. La investigación moderna ha mostrado que fortalece al sistema inmunológico y combate el cáncer.