Si eres no fumador este artículo no es para ti. Si eres fumador puedes seguir fumando mientras lees esto o encender un cigarrillo si ves que te entra algo de ansiedad al comenzar una aventura como ésta, que recordarás mientras vivas. Si eres de los que ha dejado de fumar hace poco y estás en la pelea de si vuelves o no, no enciendas un cigarrillo, luego verás por qué.
Como ya sabes de sobra los perjuicios del tabaco, creo que leer de nuevo que fumar aumenta entre 15 y 30 veces las posibilidades de tener cáncer de pulmón (uno de los más agresivos, por cierto) o que fumar es una ruina porque se gasta uno más de 130 euros al mes, o que se puede coger uno una pulmonía teniendo que salir a la calle a dar unas caladas, no te va a ayudar a aumentar tus conocimientos.
Quizás sí pueda interesarte saber qué es la nicotina. La nicotina no es más que un alcaloide que sintetiza, entre otras, la planta del tabaco y que le sirva a ésta, entre otras cosas, como insecticida natural. Parece ser que contiene hasta un 5% de esta sustancia. Lo más curioso es que crea adicción.
Tienen estudiado que desde que se da una calada, la nicotina sólo tarda entre 10 y 60 segundos en alcanzar el cerebro. Ahí se une a la acetilcolina, que es un neurotransmisor (sustancia que trasmite información entre neuronas) y esto hace que se libere dopamina.
Y la dopamina, como bien sabes, es una de las responsables de las sensaciones placenteras de nuestro cerebro.
¿Pero por qué se produce la adicción? Cuando algo nos produce placer queremos volver a repetirlo una y otra vez, pero en el caso de la nicotina, que no deja de ser un veneno, el cerebro se defiende y la cantidad de dopamina que produce una determinada cantidad de nicotina cada vez es menor. Aún así, como queremos seguir consiguiendo ese mismo placer, a su vez, aumentamos el número de receptores de nicotina para conseguir la misma cantidad de dopamina. Como consecuencia, cada vez necesitamos más cantidad de nicotina para tener el mismo resultado. Y dile tú al cerebro que no se lo das.
Entonces piensas
-”Estoy metido en un pozo sin fondo…”
-Pero no…
-“¿Cómo que no? No me vengas que si con fuerza de voluntad, que si poniendo de tu parte, que si piensa en tus hijos…”
-Que no, que no es así, que no es necesaria la fuerza de voluntad para dejar de fumar.
-“Anda, venga, que no me he pasado un solo día sin fumar desde hace años y yo no podría”
-¿Y si te digo que sí, que es posible, que no es necesaria la fuerza de voluntad, que da igual que lleves 10 años que 1, que es increíblemente fácil?
-“¿Y el “mono” qué?”
-El mono es el mono más pequeño de cualquier adicción, tan pequeño que hasta se puede decir que casi no existe. No se tienen convulsiones, ni nerviosismo, ni siquiera sequedad en la boca. Lo único que notarás es una ligera sensación de hambre en el estómago, y ya está. Eso es todo el mono físico del tabaco, bueno, y quizás que te dé un poco más de sueño, pero nada más.
-“Ya, ya, ya, pero me pondré como una vaca, engordaré y engordaré…”
-Pues tampoco. Porque estarás tan contenta de saber que la sensación de hambre que tienes en la boca del estómago es de que ya no fumas.Y querrás seguirla notando porque te darás cuenta de que lo has conseguido, de que ya no fumas y de que no por eso tienes ansiedad, ni nervios ni nada, sólo una pequeña sensación de hambre. Y ese es todo el mono.
-“Bueno, bueno, no sé, me haces dudar…”
Esto no es un cuento. Es verdad. A mí me ha pasado. Llevo más de 9 años sin fumar y antes fumaba un paquete y medio de Ducados al día. He estado con fumadores y no me han molestado; he estado en los bares antes de la ley antitabaco y no me ha dado ningún deseo de fumar; he estado en celebraciones y acontecimientos y no he sentido la necesidad de fumar.
Y lo mejor de todo es que estoy encantado, contento y feliz de ser un no fumador. Y por eso quería contároslo a todos porque cualquiera lo puede hacer igual.
Si te ha entrado un poco de curiosidad en el artículo, cuento toda mi experiencia en Si eres fumador puedes fumar mientras lees esto. Espero que te sirva.