A menudo pensamos al experimentar algunos síntomas que “si puedo seguir con mi vida, no será nada grave”. Sin embargo, la mayoría de las enfermedades importantes comienzan con síntomas leves, intermitentes o fáciles de justificar “será el estrés”, “no he dormido bien” “es la edad” …
Hay síntomas que no deberían pasar desapercibidos como, por ejemplo, la pérdida de peso sin causa aparente, fiebre persistente, falta de aire o cambios llamativos intestinales. Detectarlos a tiempo y acudir a un profesional puede marcar la diferencia. Además, hoy es más sencillo acceder a revisiones y pruebas médicas gracias a un Seguro de salud que facilita consultas de Medicina General, especialistas, diagnósticos rápidos y segundas opiniones.
A continuación, detallaremos algunas de las “señales silenciosas” de nuestro cuerpo más importantes que muchas personas tienden a ignorar.
Cansancio continuo que no mejora con el descanso
La fatiga después de una semana intensa es normal. Pero no lo es tanto sentir un cansancio intenso casi todos los días, durante las últimas semanas o meses. El síndrome de fatiga crónica, por ejemplo, se caracteriza por un agotamiento físico y mental intenso, sin causa aparente, que mejora con el reposo y limita la vida diaria.También puede tratarse de anemia, alteraciones del sueño, problemas de tiroides o infecciones. Si las malas sensaciones son constantes o empeoran, es motivo suficiente para consultar al médico de cabecera y valorar analíticas o estudios del sueño.
Digestiones pesadas y cambios en el ritmo intestinal
Comer de forma abundante puede producir ocasionalmente pesadez, pero no deberías vivir todo el tiempo con acidez, gases, la sensación de “ladrillo” y la necesidad de desabrocharte los pantalones después de casi cada comida.
Cambios en los hábitos intestinales que permanecen en el tiempo- diarrea o estreñimiento cronológico, dolor abdominal persistente o heces muy oscuras o con sangre- son signos de alarma. Requieren valoración médica pues pueden relacionarse con infecciones, enfermedad inflamatoria intestinal o, incluso, cáncer de colon. Si las digestiones no son normales, no hay que ignorarlo. Una consulta, algunos análisis o una radiografía son capaces de descubrir la causa.
Dolores de cabeza recurrentes
Mucha gente vive con fuertes dolores de cabeza y los atribuyen a las horas frente al ordenador, las gafas o el estrés. Sin embargo, cefaleas varios días a la semana y que se acompañan de otros síntomas como visión rara, discapacidad para hablar, debilidad en los brazos o piernas requieren una valoración médica.En la mayoría de los casos, no hay nada importante detrás de ellos, pero un profesional puede diagnosticar si es cefalea tensional, migraña u otro tipo y descartar factores neurológicos o vasculares.
Cambios en la piel y los lunares
La piel también “habla”. La aparición de un nuevo lunar o un lunar antiguo que cambia de tamaño, forma o color, comienza a parecer escamas, pica o sangra, necesita de una visita a un dermatólogo. El melanoma suele debutar con cambios en lun lunar o una mancha pigmentada.Falta de aire o molestias en el pecho
Subir un par de pisos sin aire, sentir opresión en el pecho, experimentar palpitaciones o ahogos que antes no aparecían con el mismo esfuerzo no deben pasarse por alto. La dificultad para respirar y el dolor torácico pueden ser síntomas de enfermedad que requieren atención, especialmente si son súbitos o si van en aumento.En ocasiones se trata de síntomas respiratorios, cardiacos, anemia o incluso ansiedad. El médico valorará si basta con adaptar hábitos o es necesario derivar a cardiología o neumología y solicitar pruebas más específicas.
Cambios de peso y de apetito sin explicación
Estos cambios pueden ser ignorados, pero conviene prestarles atención. Perder peso sin hacer ejercicio o dieta o ganar varios kilos en poco tiempo sin motivo claro son señales a tener en cuenta. La pérdida de peso involuntaria puede estar relacionada con trastornos endocrinos, digestivos o tumores, entre otras causas.Cambios en el estado de ánimo, el sueño o la concentración
Dificultad para concentrarse, olvidos llamativos, irritabilidad, tristeza mantenida, alteraciones importantes del sueño… pueden ser señales de problemas de salud mental (depresión, ansiedad) pero también de enfermedades físicas. Puede tratarse de desequilibrios hormonales, infecciones o trastornos neurológicos. Abordar estos síntomas pronto facilita el tratamiento y evita que el problema se cronifique.Escuchar al cuerpo
Ninguno de estos síntomas significa por sí solo que tienes una enfermedad grave, pero tampoco deberían normalizarse si se repiten durante semanas o afectan a tu calidad de vida.La regla práctica es sencilla: si un síntoma se mantiene en el tiempo, empeora o te preocupa, es mejor consultarlo con un profesional.
En la actualidad, acceder a un chequeo médico es más fácil gracias a los seguros de salud, que pueden incluir desde el primer día medicina general ilimitada, acceso a especialistas, pruebas diagnósticas, telemedicina 24/7, segunda opinión médica y coberturas dentales, sin límite de edad y sin carencias.