Tenemos en el aceite de soja a uno de los ingredientes más polivalentes que podemos hallar en una cocina y los latinos saben bien lo que aporta este aceite muy rico en vitamina E y también en grasas saludables de tipo omega 3.
Entre sus las propiedades del aceite de soja se encuentra la disminuir la presión arterial protegiéndonos de padecer distintas enfermedades cardiacas.
Lo bueno de este aceite es que no contiene grasas modificadas genéticamente puesto que se extrae de los granos enteros de la soja (siempre que sea ecológico).
El color del aceite de soja es dorado y con un sabor neutro y es muy utilizado en la cultura culinaria latina.
A día de hoy se puede decir que la gran parte de lo que se etiqueta como aceite vegetal es realmente aceite de soja y mucha gente lo consume diariamente sin siquiera saberlo.
El problema surge cuando nos empezamos a plantear que el aceite de soja que contienen los productos del supermercado, lo más probable es que proceda de soja transgénica…pero vamos a enfocarnos en las propiedades dando por hecho que hablamos de soja natural y ecológica.
Apenas contiene olor y permite que se resalten los sabores de los platos sin restárselo.
Se puede utilizar el aceite de soja para elaborar platos caseros, echarlo en adobos, aderezos para las guarniciones, las ensaladas o los salteados y además es buen aceite para freír de una manera sencilla y rápida.
Consumir aceite de soja es bueno para las personas que tienen el colesterol alto o los triglicéridos.
Tiene similitudes con el aceite de colza y se puede usar para tratar los síntomas de enfermedades como la artritis ya que reduce la inflamación que produce y también tiene propiedades vasodilatadoras mejorando la salud de las arterias y antiplaquetarias.
Contiene lecitina y esta es muy beneficiosa para reforzar las defensas del sistema inmunológico y prevenir enfermedades.
Los fitoestrógenos que contiene la soja ayudan entre otras cosas a regular el equilibrio hormonal y a aliviar los síntomas de la menopausia como los sofocos.