Estudios recientes presentados en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) demuestran el efecto de los anabolizantes, el ruido…en el corazón.
Hoy termina el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) que reunió a miles de expertos de todo el mundo. En él se ha hablado de los efectos que los desastres naturales como los tsunamis o los terremotos pueden tener sobre el corazón, y también del papel del ruido en este aspecto. Vamos a ver los puntos claves. Además, hay nuevas investigaciones sobre los efectos de los anabolizantes sobre la presión arterial y los fármacos antihipertensivos sobre la disfunción eréctil.
El Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) es un acontecimiento excepcional para la convención médica, en el que participan aproximadamente unos 35.000 especialistas llegados de 140 países del mundo para presentar y aprender sobre las últimas investigaciones relacionadas con enfermedades cardiovasculares. Muchos de los estudios presentados en estos días han confirmado cómo el ambiente y los eventos naturales juegan un papel clave para este tipo de enfermedades: terremotos, naufragios, tsunamis y otros desastres tienen de hecho un efecto directo sobre la salud del corazón. Y no sólo eso, sino también la contaminación acústica, a la que todos estamos expuestos constantemente, puede tener un impacto negativo sobre nuestro corazón.
Un estudio de la Universidad de Cornell ya había demostrado que el miedo y el estrés resultante de un desastre natural, como un terremoto, provocan un aumento del 15% en el riesgo cardiovascular incluso en personas sanas. Ahora se ha presentado otro estudio que analizó los efectos a largo plazo sobre la población del terremoto que sacudió el noreste de Japón en 2011. Un tsunami de magnitud 9 que se cobró la vida de más de 15 mil personas. En este caso se ha producido un aumento de los casos de síndrome coronario agudo, cardiomiopatía, embolia pulmonar y eventos cerebrovasculares agudos. Los cuales se destacaron de inmediato, tanto por estrés agudo como por la falta de servicios eficientes y la escasez de médicos y voluntarios. En particular, los investigadores analizaron la tasa de incidencia de insuficiencia cardíaca mediante la comparación de las áreas más afectadas con los menos afectados. El número de casos fue 1,66 veces mayor en el año del tsunami y se ha mantenido alta en los dos años siguientes al desastre, mientras que en las zonas menos afectadas no se vieron diferencias significativas.
Este tipo de eventos causan cambios en la presión arterial, aumentando los niveles sanguíneos de colesterol, triglicéridos, hematocritos, fibrinógeno y fluidez de la sangre.
El estrés mental, el miedo y los cambios ambientales dramáticos causan la activación anormal del sistema nervioso simpático que reacciona dando cascadas hormonales que interfieren con la presión arterial. También actúa aumentando la coagulación y la actividad de las plaquetas, factores que pueden actuar como activadores de eventos cerebrovasculares .
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La contaminación acústica y el corazón. Los sonidos, zumbidos, ruido de fondo de los aparatos eléctricos no son sólo una molestia o un problema para la audición, sino que pueden tener repercusiones en el corazón. Para investigar los efectos que la contaminación acústica puede tener sobre la salud se ha llevado a cabo un estudio realizado por la Universidad de Cracovia (Polonia). Se centraron en el impacto del ruido de los aviones sobre los niveles de presión arterial de los habitantes que viven en las proximidades de los aeropuertos, la prevalencia de la hipertensión arterial y el daño en los órganos asintomáticos como la rigidez de las arterias, hipertrofia ventricular izquierda y la función diastólica.
Para llevar a cabo el estudio se estudió a 101 personas que habitan casas muy próximas a los aeropuertos y están expuestos a más de 60dB de ruido. Luego había otro grupo control de 100 personas fueron elegidos por vivir en áreas de bajo ruido o con un límite de 55 dB. El análisis de los resultados reveló que la presión arterial fue mayor en los sujetos expuestos a ruido en comparación con el grupo control, con una prevalencia del 40%, frente al 24%.
Por otra parte, los indicadores de daño orgánico asintomáticos se vieron alterados significativamente en ambos grupos. Es decir, que la exposición a largo plazo al ruido del tráfico aéreo se asocia con una presión arterial más elevada y la prevalencia de hipertensión, junto con una mayor incidencia de daño de órgano cardíaco.
El ruido crónico o excesivo interfiere mediante el aumento de los niveles de las hormonas del estrés, como el cortisol, la adrenalina y la noradrenalina. Éstas a su vez afectan en cascada sobre el sistema inmunológico y endocrino de la nervioso autónomo. Y esto provoca los problemas relacionados con el corazón.
Anabolizantes y presión. Según un estudio realizado por la Universidad de Copenhague , aquellas personas que toman anabolizantes tienen más riesgo de sufrir hipertensión. , En esta investigación se evaluó el impacto del abuso de sustancias para aumentar la masa muscular en un grupo de hombres con menos de 50 años y se controlaba la presión arterial. Los resultados mostraron que aquellos que abusaron de esteroides tenían niveles más altos de presión durante el día de 133,8 (de 127.5 a 140) en comparación con los que ya no tomaban pero habían tomado anabolizantes que presentaron un valor medio de 126,8 y el grupo control (no tomaron nunca anabolizantes) con 125,7mmHg. Los valores nocturnos aún fueron más significativos: Al caer la noche, los valores fueron de 125,6; 118.2 y 115,3mmHg respectivamente.
Los anabolizantes son sustancias que reproducen los efectos de la testosterona y muchos lo buscan por su capacidad de aumentar la masa muscular y mejorar el rendimiento deportivo. Pero el uso y sobre todo el abuso de estas sustancias tiene efectos secundarios y riesgos. Es frecuente que aumente la agresividad, aparecen síntomas excitadores-maníacos, episodios psicóticos, y también el aumento de la presión arterial, retención de líquidos y la consiguiente fatiga del músculo del corazón.
La disfunción eréctil. En aproximadamente el 10-20% de los que toman fármacos antihipertensivos, especialmente diuréticos y bloqueadores beta, puede darse disfunción eréctil como efecto adverso. Hasta ahora ningún estudio había investigado exactamente el efecto de cada clase de fármacos sobre la hemodinámica de las arterias del pene. Pero ahora lo han hecho los médicos del Hospital General de Hippokration en Atenas, que han estudiado a 156 pacientes tratados durante al menos 6 meses y 47 sujetos que nunca habían recibido tratamiento para la hipertensión pero padecían disfunción eréctil y un doppler en la ecografía del pene después de una inyección intracavernosa de prostaglandina para evaluar la funcionalidad y la gravedad de la enfermedad vascular de los cuerpos cavernosos.
Los investigadores estudiaron el efecto de cada clase de fármacos en la velocidad sistólica en los pacientes tratados en monoterapia y luego los compararon con los efectos de la combinación de dos moléculas específicas en el mismo parámetro. Un valor bajo de la velocidad de Pico Sistólico (PSV) indica una alteración del flujo sanguíneo hacia el pene y por lo tanto una disfunción eréctil severa. Los resultados mostraron que, en comparación con los sujetos que no recibieron tratamiento para la hipertensión, aquellos que sí tomaban passtillas hipertensoras dieron un valor inferior de PSV de 31,5 frente a 36,3 cm/s.
Los pacientes que recibían un beta-bloqueador o bloqueador de los canales de calcio mostraron valores más bajos que los que recibieron inhibidores del ECA o un medicamento bloqueador del receptor de angiotensina II.
El estudio demostró que la combinación de un diurético con un bloqueador del receptor de angiotensina o con un ieca tiene un gran impacto negativo sobre la hemodinámica de las arterias del pene.
El estudio County Omstead señaló que la disfunción eréctil está asociada con un mayor riesgo de padecer alguna enfermedad coronaria del corazón, cerca del 80%.
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