Con la llegada de la Navidad, llegan las reuniones familiares, las comidas de empresa, las cenas con amigos y las noches de juerga. Acontecimientos donde todo el mundo se excede con la comida y la bebida. Sin duda, el abuso del alcohol puede jugarnos malas pasadas: aprende a divertirte estas fiestas sin perjudicar tu salud.
El alcohol y las grasas son la causa de la mayoría de las gastroenteritis y los cólicos que se producen en estas fechas. Tanto es así, que se calcula que el 20% de los españoles sufrirá algún tipo de indigestión provocada por los excesos navideños. Pero en ocasiones se supera el simple cólico. "La confluencia de las comidas grasas y el alcohol en personas sanas de mediana edad puede desencadenar patologías que van más allá de una indigestión, como la pancreatitis aguda", señalaba al periódico La Razón, Manuel Díaz-Rubio, presidente de la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD).
Existen enfermos crónicos que relajan el control médico de comidas y bebidas durante estas fiestas. Por eso, si quieren evitar serios problemas en su salud, deberán abstenerse de beber hipertensos, diabéticos, enfermos hepáticos y personas con colon irritable o con trastornos psiquiátricos.
Las 'comilonas' suelen ir asociadas al consumo de alcohol: unas cervezas con el aperitivo, vino durante la comida o la cena, cavas y licores con los postres, además de las copas para finalizar. Los riesgos que provocan el consumo etílico desmesurado van desde la inflamación de páncreas y cefaleas hasta trastornos hepáticos y gástricos. Lo ideal sería no pasar de dos vasos de vino y uno de cava en cada comida.
La gastritis aguda es una dolencia frecuente que surge con las comidas copiosas típicas de las fiestas. La inflamación de la mucosa del estómago provoca serios problemas que se suelen agravar con el consumo de alcohol de alta graduación como el vodka o el ron, ya que el etanol erosiona las paredes del estómago.
Quiénes no pueden beber alcohol
Deben tener prohibido el alcohol todas las personas que padezcan enfermedades crónicas del hígado, del sistema nervioso y del páncreas. Además, debemos tener cuidado con los medicamentos: leeremos el prospecto para saber si el tratamiento nos permite beber. Aquellas personas que sufran problemas psiquiátricos tendrán que abstenerse también del alcohol. Y, por supuesto, los que vayan a coger el coche deberán olvidarse de las copas.
Las dosis que admiten las personas dependen mucho del sexo, edad, peso y factores genéticos, aunque también de la constitución y salud de cada uno. En general se considera normal por debajo de los 30 gramos de alcohol al día, existe un riesgo moderado si ingerimos entre 30 y 60 gramos de alcohol diarios y es problemático, con riesgo para el desarrollo de cirrosis, con más de 60 gramos diarios de alcohol.
Los gramos pueden controlarse si multiplicamos los grados de la bebida, que son los gramos de alcohol por cada 100 cc, por la cantidad que tomemos. Por ejemplo, cuatro cañas de 250 cc de 5% de alcohol tendrán 4 x 250 x 5 / 100 = 50 gramos. El hígado metaboliza 25 gramos de alcohol a la hora, por eso, si tomamos una botella de vino (125 gramos de alcohol), tendremos durante 5 horas el alcohol circulando por nuestro cuerpo.
Beber poco y acompañado de comidas
Pasar unas fiestas saludables no significa que tengamos que abstenernos de las bebidas alcohólicas, siempre que la ingesta sea moderada y acompañada de comida, ya que cuanto más lleno esté el estómago más tardará el alcohol en llegar a la sangre. Los alimentos con alto aporte calórico y grasas ralentizan la absorción del alcohol.
También tendremos que evitar el abuso de los combinados, sobre todo si éstos van acompañados de bebidas gaseosas. Los ácidos carbónicos de los refrescos con burbujas facilitan el paso del alcohol por nuestro cuerpo, lo que acentúa el efecto tóxico de los licores, y permiten que actúe antes.
Las mujeres tendrán que tener más cuidado con el alcohol porque tienen menos agua en el cuerpo, lo que significa que se producen mayores concentraciones de alcohol en sangre. También su hígado tiene menor capacidad de metabolización.
Qué hacer para superar la resaca
Una vez que hemos bebido más de la cuenta, ya no hay remedio: habrá que sufrir la temida resaca. Los remedios caseros contra esta molesta compañera sólo atenúan sus síntomas, ya que es necesario que transcurran unas horas mínimas para que el cuerpo elimine todo el alcohol de la sangre.
Lo primero que tendremos que hacer es dormir bien y descansar lo suficiente. Una ducha nada más levantarnos permite estimular la circulación, mucho más si finaliza con un poco de agua fría. La comida será ligera y fácilmente digerible: los alimentos ricos en vitamina B y C facilitan la eliminación de las toxinas. Aspirinas, ibuprofeno o similares servirán para acabar con el malestar general y un café estimulará nuestro organismo y ayudará a espabilarnos.
No es muy recomendable quedarse en casa todo el día, ya que se acentúan las jaquecas. Lo mejor es distraerse y hacer un ejercicio moderado: dar un paseo, salir a tomar café, ir al cine. Dejaremos que transcurran unas horas desde la última copa hasta la hora de acostarnos. Otro dato fundamental: beber mucha agua es esencial para eliminar el alcohol, tanto antes de dormir, como en plena resaca.