Así que has decidido comprometerte a un estilo de vida más saludable.
Aunque esta decisión puede parecer desalentadora, la práctica de hábitos saludables no tiene que ser difícil.
¿No estás segura por dónde empezar? Utiliza estos consejos para alcanzar tus metas de acondicionamiento físico y mejorar tus niveles de energía rápida y fácilmente.
¡Bravo! Has hecho el compromiso de ponerte en forma. La fase de “No quiero hacer ejercicio” ha terminado.
Algo dentro de ti ha “hecho clic” y estás lista para comenzar a crear hábitos más saludables.
Entonces, ¿por dónde empiezas? Comienza usando el poder de la visión.
Visualización
Siéntate en un lugar tranquilo. Piensa en tus metas de acondicionamiento físico. Ahora, cierra los ojos e imagina mirarte en el espejo y verte más joven y más en forma.
Imagina sentirte llena de energía, libre de enfermedades, y más divertida y amable a lo largo del día.
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Para lograr esta visión y estar en forma y saludable, es necesario comer bien para tener una nutrición adecuada, y hacer entrenamiento cardiovascular y de fuerza.
Sigue las siguientes instrucciones y verás los resultados deseados más rápido y más fácil.
Comida para el acondicionamiento físico
Bebe agua filtrada.
El agua ayuda a eliminar los desechos metabólicos (toxinas) y te proporcionará más energía para tus actividades. El objetivo es de dos a tres litros por día.
Evita el azúcar
No sólo el azúcar te mantendrá gorda, sino que también puede prepararte para la enfermedad.
Prueba la dulzura de la stevia, una hierba natural que se encuentra en tu tienda local de alimentos saludables.
La Stevia mantendrá tu nivel de azúcar en la sangre estable mientras que ayuda en la pérdida de grasa.
Come cada 2.5 a tres horas
Comer revoluciona nuestro metabolismo para permitir una pérdida de grasa más rápido, mantiene nuestras mentes despiertas, y proporciona energía constante a lo largo del día.
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Aprende a comer hasta que estés satisfecha y no llenarte en exceso para que tengas hambre de nuevo para tu próxima pequeña comida.
Obten tus ocho aminoácidos esenciales.
Trata de tener proteína en cada comida o alimentos a combinar. Prueba un batido de proteína de alta calidad.
Come “alimentos crudos” todos los días.
Los alimentos crudos son alimentos vivos y nos dan energía. Elige orgánicos por su increíble sabor y para evitar pesticidas y herbicidas no deseados (toxinas).
No hay nadie como tu, por lo que tus necesidades nutricionales también son únicas.
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Aquí es donde un consejero nutricional puede ayudarte a crear hábitos más sanos y alternativas sabrosas que se adaptarán a tu forma de vida.
Camina, nada, escala, maneja
Consulta a tu proveedor de atención médica antes de comenzar cualquier programa de ejercicio cardiovascular.
Las personas obesas tienen una mayor incidencia de trauma articular durante el ejercicio; los movimientos de agitación deben ser alterados durante el entrenamiento.
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La primera semana debes involucrar una caminata de una hora todos los días durante esa semana.
Después de la primera semana, opta por tres a cinco días de entrenamiento cardiovascular durante 20 a 60 minutos, según lo recomendado por el Colegio Americano de Medicina Deportiva.
Hacer ejercicio demasiado pronto después de una comida completa puede comprometer el suministro de oxígeno y nutrientes a los músculos que trabajan (donde lo necesitas).
Comienza siempre con un calentamiento y termina con un enfriamiento de cinco a 10 minutos de baja intensidad.
Haz un estiramiento antes, durante y después del ejercicio.
Esto ayudará a mejorar tu recuperación después del entrenamiento, manteniéndolo libre de dolor con mayores cantidades de energía.
Manten tu ritmo cardíaco en la “Zona de Corazón Saludable”. Según Chad Tackett, presidente de Global Fitness, esto es del 50 al 60 por ciento de tu ritmo cardíaco máximo.
En esta zona, el 10 por ciento de los carbohidratos se queman (se usan como energía), se quema el 5 por ciento de la proteína y se quema un 85 por ciento de la grasa.
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Usa tu fuerza
Este componente del ejercicio se refiere al entrenamiento de la fuerza, resistencia o entrenamiento de peso.
Recluta a un entrenador personal
Esto es muy recomendable. Tu entrenador te puede ahorrar tiempo adaptando un programa de acondicionamiento físico para obtener resultados más rápidos y seguros.
Mira tu velocidad
Cuando realices tus ejercicios, usa movimientos lentos y controlados.
Cuenta de uno a dos segundos para cada movimiento de elevación y de tres a cuatro segundos para cada movimiento de bajada.
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Comienza con pesas ligeras
La tendencia a usar demasiado peso normalmente resulta en una mala forma y reduce tu capacidad de obtener resultados al tiempo que aumenta el riesgo de lesiones.
Cambia tu rutina cada seis a ocho semanas
Al hacerlo, estás continuamente desafiando al cuerpo a seguir progresando (evitando cualquier frustración).
Esto se puede hacer bien renovando todo el entrenamiento o simplemente cambiando algunos ejercicios.
Evita el sobre entrenamiento
Nunca entrenes el mismo grupo muscular dos días seguidos (los abdominales son la excepción).
Los signos de sobre entrenamiento son que te sientes quemada, débil y/o adolorida.
Después de seguir estos principios, imagina lo absolutamente increíble que te puedes sentir. Si otros pueden hacerlo, tu también puedes. ¡Así que hazlo!
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