Aunque no es un alimento en sí, es un nutriente fundamental para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, principalmente del aparato digestivo. Proveerle a tu cuerpo la cantidad de fibra correcta aportará grandes beneficios a tu salud.
Existen dos tipos de fibras, soluble e insoluble, la fibra insoluble se encuentra en cereales, pan, pastas, obviamente en sus presentaciones integrales; la soluble, se encuentra en alimentos como las legumbres, frutas y verduras, también en ciertos cereales como la avena y cebada, la cual es fermentada en el colón y se absorberá, proporcionándote luego energía.
Este nutriente es un hidrato de carbono que las enzimas digestivas no digieren, está compuesto de celulosas, pectinas, agar, gomas mucílagos y lignina. Los expertos recomiendan un consumo diario de 25 gramos por persona adulta, por ello, debes incluir los alimentos que la contienen en tu dieta.
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La manera más idónea para controlar la ingesta de fibra, es que al momento de hacer nuestra comida nos aseguremos que allí está incluido un alimento con fibra, un ejemplo de cómo deberían distribuirse es el siguiente, para comenzar el día en el desayuno zumo de naranja, a media mañana una manzana, para almorzar alguna verdura, en la merienda cereales integrales y para cenar pan integral.
Es común, escuchar a personas quejarse por sufrir de problemas estomacales e intestinales, la mejor manera de mantener la regularidad del sistema digestivo es mediante el consumo de fibra, para lograrlo no es complicado, debes tener una alimentación controlada y regulada comer cada tres o cuatro horas, no hacer dietas milagrosas, tomar mucha agua, hacer ejercicio regularmente, cuando sientas necesidad de ir al baño, hazlo.
Recuerda que debes cambiar la manera de comer, comienza con cosas sencillas, puedes reemplazar los alimentos pobres en fibras (harinas refinadas como pan blanco, pasta, arroz blanco y dulces, por los ricos en fibra como pan integral, arroz integral, frutas y vegetales), come más frutas y vegetales crudos, cuando menciono esto me refiero a la cáscara y la piel también (cuando sea posible) debido a que muchas veces allí está la fibra del alimento.
El incorporar la fibra a tus comidas, implicará que lo hagas de manera progresiva, ya que tu organismo debe acostumbrarse para que no sufras de dolores estomacales o gases, acompañándola también de líquido, fibra sin agua es contraproducente, puede formarse como un bloque y no es lo que queremos.
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La fibra, te ayudará a controlar los niveles de glucosa en la sangre, además te dará una mano con la pérdida de peso, porque los alimentos con fibra necesitan ser más masticados, por lo que el cerebro registra automáticamente que está lleno, de igual manera sentirás mayor sensación de saciedad, también se investiga su relación con minimizar el riesgo de padecer cáncer colorectal, así que anímate a consumirla, te beneficiará enormemente.
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La fibra el mejor aliado para tu salud
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