Los principios de año siempre nos parecen emocionantes, mirando a enero como el mes que abre la puerta a todos esos nuevos proyectos que deseamos emprender. A pesar de que, probablemente, la mayor parte de esos propósitos se queden en el tintero, decidir qué queremos hacer y qué no haremos puede ser la manera ideal de empezar el 2008 con el mejor pie posible.
Hacer dieta, acudir a un gimnasio, apuntarnos a ese cursillo que tanto nos gustaría... la lista puede ser infinita, pero, sin duda, algo que cada vez tenemos más en mente es el deseo de dejar de fumar definitivamente.
Busca tu razón
En los últimos años, hay mucha gente que ha conseguido deshacerse de este mal hábito, cuyos efectos se han convertido en una de las principales causas de mortalidad a nivel mundial. En efecto, la salud se erige como una de las principales razones para dejar de fumar, pero no es suficiente con que nos digan que es perjudicial, el primer paso es querer dejar de fumar: "no vale de nada que haya terapias y medicamentos si no estamos realmente convencidos de querer dejarlo", explica Mª Ángeles Planchuelo, Presidenta del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT).
Teniendo esto en cuenta, elegir nuestra razón es fundamental, ya sea por salud, por estética, por dinero, por respeto a los demás o simplemente para sentirnos mejor con nosotros mismos. Tras esto, lo ideal es "tomar la decisión en un plazo cercano en el tiempo", es decir, marcar un día fijo en nuestro calendario, comenta Planchuelo.
Pide ayuda a los demás
Aún siendo la persona con mayor fuerza de voluntad del planeta, desprendernos del tabaco nunca es fácil. Afortunadamente, se ha avanzado muchísimo en las técnicas y terapias que nos ayudarán a olvidarnos de nuestra adicción. Desde el CNPT aconsejan "acercarse a un profesional de la salud, ya que el tabaquismo, como cualquier otra enfermedad, precisa de un diagnóstico certero para iniciar un tratamiento".
Durante el proceso, se lleva a cabo un seguimiento que pasa por afrontar tanto la parte física, que sería la dependencia de nuestro organismo al tabaco, como la parte psicológica y social. Para esta última, Mª Ángeles Planchuelo recuerda que "es muy importante seguir las pautas de un terapeuta, que nos hará enfrentarnos a nuestro vicio de manera gradual y constante". Asimismo, es de especial relevancia hacer saber a los demás que lo estamos dejando, para evitar así malentendidos que nos puedan hacer caer de nuevo en la adicción.
Ayúdate tú también
Debes pensar que no es más que un trámite que se termina superando, pero podemos ayudarnos para afrontarlo con más optimismo:
- Considera que dejarlo aumentará tu autoestima y que, poco a poco, te irás sintiendo mejor.
- Hazte a la idea que dejarás de depender de algo, por lo que aumentará tu libertad.
- Con el dinero que ahorres, regálate y concédete un capricho de vez en cuando.
- Ten en cuenta que dejarás de molestar a los demás y serás un buen ejemplo para tus hijos.
- Despídete de los malos olores en la ropa y en tu casa.
- Conseguirás reducir las posibilidades de manchas en la piel y arrugas prematuras.
- Pero sobre todo, hazlo por tu salud y por la de los que te rodean.