Primero, soy mis padres, un ovulo y un espermatozoide, dos energías distintas y complementarias que se unieron con tal obstinación que alcanzaron la vida, consiguieron de alguna forma darme ese toque especial, que puedo llamar alma, ¿O acaso fue el alama mía la que consumó la vida?, mucho se dice al respecto, unos dicen que el alma se forma a las tantas semanas, otros que es el alma la que elige a los padres que quiere en su experiencia... Qué sé yo, pero ahí está el hecho, sangre de su sangre, vida de su vida, es lo que soy: Mis padres.
Luego, nací para esta experiencia, en este cuerpo, con este género y tales características, y así me recibió el mundo, me ofreció ese aire para respirarlo y lo acepté, me aferre a la vida y tomé ese soplo de vida, la respiración, ese ciclo que contiene más ciclos vitales, como el del corazón y continué así hasta ahora: Un aliento de vida.
He ahí esencia de todo ser, pero en este mundo dividido por las diferencias, compartimos la misma esencia pero la experiencia particular que vivimos es única e irrepetible.
Dentro del catálogo de posibilidades resulta que nací con un género, que incluye capacidades y condiciones, una energía femenina: Soy Mujer.
Mi nombre, lugar y fecha de nacimiento son la primera firma que me identifica y encabeza el título de mi vida...
Este tipo de cosas son mi mayor pertenencia, son mi condición y a partir de ellos se forja mi tránsito por este mundo.
¿Alguien más quiere definirse a su manera?