Enfermera
Porque orgulloso me encuentro,
Pleno, lleno de emoción,
Quiero con versos sencillos
Dar vuelco a mi inspiración
Y ofrecer a la enfermera,
Esta glosa de ocasión.
Si la justicia social Aquí fuera de primera,
Yo pondría como ejemplo a
una eficiente enfermera
Porque es útil, filantrópica,
Samaritana y pionera,
Mal pagada, marginada,
Y con precarias fronteras,
En mundo boca abajo
Sin éticas ni banderas,
Donde enfermarse es un lujo,
El blasón es la cartera,
La alcurnia. La corrupción, El lucro.
La meta plena. Por eso, ante tanta escoria,
Tanta fluidad rastrera,
Si la justicia social,
Aquí fuera la primera,
Yo tendría como ejemplo.
A una eficiente enfermera.
Dr. Francisco Carrera Michelli
EL DON DE SER ENFERMERA
La pasión de vuestro trabajo
muestra esa vocación,
una vocación que nace, crece y florece
dándonos a nosotros el alivio
y una gran bendición.
Gracias por darnos ese aire de sacrificio,
Gracias por hacernos olvidar nuestro dolor,
Gracias por el amor en vuestra labor.
En nuestros momentos difíciles
vuestras manos llenas de un gran Don,
y pasión por vuestro trabajo
son una verdadera inspiracion de amor.
Con la mirada tan noble
pureza que lleva vuestra alma,
olvido mi dolor, olvido mi oscuridad
y como enfermeras que dan vida
en mis Oraciones siempre estarán.
Siempre sacrificando el tiempo,
Siempre caminando con un farol de vida,
siempre alumbrando el camino,
siempre presente están,
verdaderamente son una hermosa inspiración.
Dios bendiga vuestras manos
que calman y dan calor
Pido a Dios que cuide de ustedes
por qué ser enfermeras no es un trabajo,
por qué ser enfermera es un verdadero Don de Dios.
Dedicado a las Enfermeras
Marcelo L.C.
Soy Enfermera!
Soy Enfermera!
lo quise ser desde siempre,
porque admiraba la gorrita de cruz, lo blanco y lo turquesa,
porque jugaba alegre con jeringas, gasas y muñecos,
porque veía de magia repartir pastillas de sosiego y cura,
porque me divertía repetir una palabra médica rebuscada,
porque creía fácil diluir en mis hermanos la amargura,
porque pensé que mi paciencia era ilimitada.
Soy Enfermera!
lo quise ser siempre,
porque cuando niña sola y en cruel agonía,
una mujer de dulce sonrisa y de extraña mirada,
transformo en tibio regazo mi camilla helada,
ella, de traje blanco y de generoso corazón,
me untó de alivio y protección cada oscuro día,
ahora lo pienso, ella fue mi inspiración.
Soy Enfermera!
lo quiero serlo siempre,
porque quiero ayudar a mi paciente hermano lejano,
que me aguarda esperanzado en el monte oscuro y frío,
que me llama cuando el dolor del alma muerde,
que ruega encontrarme bajo el largo camino del río,
que camina valiente en el desamparo,
persistiendo cuando la muerte al alma no entiende.
Soy Enfermera!
lo quiero siempre serlo,
porque soy capaz de entregar mis fuerzas y mi mente,
para rescatar a mi paciente hermano de lo adverso,
de las condenas de insalubridad y del desconocimiento,
porque aprendí de la ciencia acompañarlo con seguridad,
y puedo entregar miles de acciones de oportunidad,
guiando a cada pueblo hermano a una vida con dignidad.
Soy Enfermera!
no me olvidaré de serlo,
porque lo soy por vocación y entera voluntad,
y aunque me parezca que ya no me alcanzan mis pasos,
porque me canso del día cargado y de la guardia intensa
llegaré por el valor de mi moral y mi juramento,
que me brindan gran fortaleza y me hacen resilente,
preparando sonrisas de inspiración para mi hermano paciente.
Autora: Lic. Elizabeth Patricia Roca Vargas N° CEP 15449 (1er Puesto)
A ti, enfermera
Palabra tan singular y fácil de pronunciar, si supieran lo que realmente encierra
No habría porque declarar.
A ti, que con tus palabras de aliento y tú sola presencia, haces brillar esos pasillos que solo están llenos de desesperanza y vació.
A ti, que cada día te levantas para servir y enaltecer el ánimo de los decaídos haciendo que su vida se irradie.
A ti, que haces que las lagrimas y la desesperanza se desvanezcan y que la sonrisa de los demás aparezca y les de consuelo.
A ti, que sin exigir nada a cambio; velas del decaído, desamparado, del triste,
del exasperado, de la vida misma, en toda su infinita inmensidad.
A ti, que te preparas cada día, y olvidando tus dificultades, sigues sin importar que el futuro sea inoportuno e incierto.
A ti, que eres capaz de seguir más allá de cualquier adversidad, y aunque el miedo te invada; logras trascender en la vida.
A ti, que con esa sencillez y tus palabras de aliento; cada día curas heridas creadas por el tiempo.
A ti, que demuestras a los demás la existencia misma, y manifiestas que la vida de los seres humanos no es algo vital, si no que esta basada en el crecimiento físico y espiritual.
A ti, que eres un ser infinito favorecida por dios; para dar a los demás lo que no pueden encontrar y que eres capaz de dar.
A ti, que solo al verte, se logra percibir esa esencia y que no cualquiera la puede concebir, que pasando el tiempo; siempre estas disponible para cuidar y defender .
A ti, que te preocupas por el ser olvidado y lo haces sentir humano, recordando que la vida no tiene horizontes; enseñando que la dicha está en uno mismo.
A ti, que me recuerdas tu historia llena de vicisitudes, que llenan de regocijo mi corazón, enorgulleciéndome de ser lo que tú siempre fuiste.
A ti, que nadie te puede comparar, que ahora puedo reconocer que eres única y especial, dando gracias al cielo por haber hallado esa satisfacción en mi vida que creaste desde antes de que tuviera noción de tu existencia.
A ti, siendo ese elemento importante en la vida, teniendo ese espíritu emprendedor, que sigues siendo esa esencia, que sigues siendo esa calidez, demostrándolo con tu sola presencia.
A ti, enfermera que solo puedo decirte: ¡gracias!, ¡gracias!, ¡gracias!, por ser la persona que tanto fue esperada y anhelada y que sin ti la vida sería vana.
A ti, solo a ti, que fuiste, eres y siempre serás; la dulce melodía que en la vida hace sonar.
Dedicado a todas aquellas enfermeras(os) que hacen de su profesión; su vida.
Autor: Linda Rubí Macedo Flores