¿Alguna vez has estado paseando felizmente por el parque durante un hermoso día de verano cuando de repente tienes esa sensación desde abajo? Tus nalgas se tensan, una gota de sudor te recorre la frente y tus ojos empiezan a girar en todas direcciones buscando frenéticamente una salvación. En la distancia ves tu salvación acompañada de una música celestial; un aseo público.
Recorres rápidamente la distancia que te separa del aseo caminando cómicamente intentando que por el momento se mantenga todo en su lugar. Llegas a la entrada, te desabrochas el cinturón y vacías tus intestinos justo cuando te encontrabas en el borde del abismo.
Seguro que tú también te has encontrado en una situación como esta. Sin previo aviso tus intestinos llaman a la puerta de salida. Independientemente de donde te encuentres, salir corriendo es la única salvación posible. ¿Pero alguna vez has mirado de cerca lo que tu cuerpo acaba de expulsar?
Examinación al detalle
Puede ser un ejercicio repugnante para algunos, pero tomar unos segundos para analizar los restos de la cena de la noche anterior puede ser muy ilustrativo.
Nuestro sistema digestivo funciona de una manera similar a una planta de reciclaje. Toma lo que puede necesitar de los materiales (en este caso alimentos) y luego tritura y mezcla el resto de los residuos para eliminarlos.
Ahí es donde nuestros intestinos entran en acción y eliminan los restos inútiles.
Sin embargo, algunas veces nuestro sistema de reciclaje (sistema digestivo) no procesa todos los alimentos que consumimos y terminamos expulsando alimentos parcialmente digeridos.
Esto no solo significa que acabamos con una mala absorción de nutrientes debido al hecho de no asimilar todos los alimentos, sino que además terminamos con proteínas, grasas y carbohidratos no digeridos.
Antes de profundizar en los problemas causados por la mala absorción, asimilación y digestión, veamos qué es y como funciona el sistema digestivo.
Nuestro segundo cerebro
Como acabamos de mencionar, la digestión descompone los alimentos en sus nutrientes constituyentes para que se transformen posteriormente en producción de energía.
Para que las células absorban los nutrientes de los alimentos y bebidas, deben ser descompuestos en moléculas más pequeñas que la sangre las pueda transportar a donde el cuerpo las necesita.
Estos nutrientes son conocidos como macro y micronutrientes. Los macronutrientes incluyen proteínas, grasas y carbohidratos mientras que los micronutrientes incluyen vitaminas, minerales y fitonutrientes.
Todo empieza en la boca
La digestión empieza en la boca mientras masticamos la comida. Desmenuzando el alimento con los dientes y mezclándolos con saliva los preparamos para el viaje a través del aparato gastrointestinal.
El aparato gastrointestinal contiene una capa de músculo que se contrae y empuja el alimento o líquido a través de los órganos. Durante este viaje, la comida se mezcla con los flujos digestivos a medida que recorre el sistema digestivo.
Una vez que llega al estómago, se mezcla con ácido clorhídrico (ácido del estómago) y se descompone aún más para que el cuerpo lo asimile. Después de este proceso inicial, las moléculas están listas para ser absorbidas.
Las moléculas pasan a través de la pared intestinal hacia el torrente sanguíneo donde se transportan a donde más se necesitan.
El proceso de convertir alimentos en materiales utilizables por el organismo ocurre en el intestino delgado. Cualquier desecho que inútil para el organismo, viaja a través del intestino grueso para acabar saliendo por el recto. Este desecho se conoce como materia fecal.
Síntomas de una mala digestión
Problemas de estómago
Como hemos mencionado, los problemas de estómago como dolor, hinchazón o calambres, pueden ser un síntoma de que no se está digiriendo la comida adecuadamente.
Pérdida de peso
Otro signo común de que no se está digiriendo la comida correctamente es la pérdida de peso.
Puedes estar consumiendo un montón de calorías, pero debido a que la comida esta pasando por el aparato gastrointestinal sin el beneficio de una digestión adecuada, el organismo no recibirá el beneficio de esas calorías.
Una pérdida de peso inexplicable también puede ser de una enfermedad grave como el cáncer, por lo que si estás pasando por estos síntomas asegúrate de estar bajo en control de un médico.
Crecimiento deficiente
Los niños que crecen por debajo de lo esperado en comparación con otros niños de su edad, pueden estar graves problemas digestivos. El crecimiento deficiente puede estar relacionado con una pobre absorción de nutrientes que a su vez conduce a deficiencias de vitaminas y minerales que pueden atrofiar el crecimiento natural de un niño.
Si sospechas que tu hijo no está alcanzando el peso y la altura de otros niños de su edad, una visita al médico podría arrojar luz sobre ese tema.
Falta de energía
La fatiga y la baja energía pueden ser señales de que no estás absorbiendo los nutrientes significativos y que no estas tomando las calorías necesarias a pesar de comer la cantidad recomendada.
Los problemas digestivos a menudo se asocian con deficiencias de hierro, vitamina B12 y ácido fólico. El resultado es la anemia, una condición que se relaciona con la falta de energía.
Puedes ver una lista de las enfermedades intestinales aquí.
Comida no digerida en las heces; ¿qué significa eso para la salud?
El efecto a largo plazo de los problemas digestivos puede ser muy grave, por eso es importante que un doctor te examine si encuentras alimentos no digeridos en las heces.
Algunas enfermedades que causan mala digestión a largo plazo son las siguientes:
Síndrome del intestino irritable
El Síndrome del intestino irritable es una afección crónica que afecta al intestino grueso (colon). Los síntomas incluyen estreñimiento, cólicos, gases, diarrea, hinchazón, dolor abdominal y moco en las heces.
Afortunadamente solo un pequeño número de persona sufre de los síntomas más graves, pero debido a que es una enfermedad a largo plazo, vivir con ella puede ser estresante. Algunas persona logran disminuir sus síntomas al manejar su estilo de vida, la dieta y el estrés. Otros pueden requerir medicación.
Enfermedad de Crohn
La enfermedad de Crohn, como el síndrome del intestino irritable, es una condición crónica que persiste durante mucho tiempo. El intestino se inflama, lo que significa que todo desde la boca, pasando por el estómago y hasta el colon, se ve afectado por esta enfermedad intestinal.
Esta enfermedad afecta normalmente a la parte inferior del intestino delgado. No tiene cura y aunque los síntomas no están siempre están presentes, generalmente no desaparecen por sí mismos.
Enfermedad celíaca
La enfermedad celíaca se debe a que la superficie absorbente del intestino delgado, se daña por la sustancia de gluten. Esto desemboca en la incapacidad del organismo de absorber macro y micronutrientes.
Los síntomas incluyen:
Perdida de peso
Diarrea crónica
Fatiga
Anemia
Calambres
Irritabilidad
Hinchazón
Si la enfermedad no se trata, la mala absorción se producirá debido a daños en el intestino delgado. Se ha demostrado que adoptar una dieta libre de gluten es muy efectivo para el alivio de estos síntomas.
5 Maneras de simples de mejorar la digestión
No importa cuantos nutrientes y calorías contiene un alimento, si tienes problemas digestivos simplemente tu organismo no absorberá lo que necesita. La mala digestión puede conducir a síntomas dolorosos mientras que la mala absorción puede derivar en una serie de enfermedades crónicas.
Para evitar sufrir la mala digestión sigue estos consejos.
1. Tés de hierbas
Los tés de hiervas han sido conocidos durante miles de años por sus propiedades medicinales, pero ¿sabias que algunos ayudan específicamente a mejorar la digestión? El jengibre, la ortiga, el hinojo, la menta y la manzanilla son ideales para mejorar la digestión.
2. Mastica bien los alimentos y come a un ritmo moderado
Seguro que ya lo habías oído antes, y sí, tu madre tenía razón cuando te decía que masticaras la comida y dejaras de engullir como un perro hambriento. Lo ideal es masticar hasta que comida se haya convertido en líquido. Haciendo esto, mezclarás adecuadamente la comida con los flujos salivales predigiriendo los alimentos correctamente y preparándolos para su viaje a través del sistema gastrointestinal.
3. Come sencillo y combina adecuadamente
Manteniendo comidas sencillas, ponemos menos tensión en el aparato digestivo dándole menos con lo que tratar. La combinación de azúcares y grasas es una pesadilla digestiva, así que haz lo posible por evitar estas combinaciones y así facilitarás las cosas más abajo.
4. Come fruta entre comidas, no con comidas
Debido a que la fruta es principalmente azúcar natural, se digiere más rápido que la mayoría de los otros alimentos. Si comemos fruta al final de la comida (una práctica muy común), entonces tenemos una situación en la que la fruta comienza a oxidarse y a fermentar mientras espera al resto de alimentos. ¿Alguna vez te has preguntado por que los postres de frutas dan flatulencias? Ahora ya lo sabes.
5. Evita comer en exceso
Deja de comer pensando en que todavía te queda un hueco por llenar. Un truco para evitar comer en exceso y saturar el aparato digestivo durante las comidas es comer más a menudo durante el día en pequeñas cantidades.
Echa un vistazo abajo
La próxima vez que te encuentres con algunos de los síntomas que hemos cubierto a lo largo del artículo, echa un vistazo a la materia de color marrón. Si vez diversos pedazos de distintos colores, es probable que la comida esté indigesta y deberás tomar medidas para volver a la normalidad.
Una buena digestión es uno de los principales componentes para vivir sanos y gozar de buena salud. Es vital absorber los nutrientes de los alimentos y deshacerse de los residuos de manera efectiva.
Aumentando las bacterias amigas con probióticos naturales puedes prevenir enfermedades graves en el futuro. Siempre que surjan síntomas graves, consulta con tu médico.
Recuerda siempre que la dieta es el factor más importante para prevenir problemas digestivos, lo que significa que hay mucho que uno mismo puede hacer para auto-ayudarse.
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