Es un hecho por todos reconocido que el ejercicio físico aumenta la eficacia de la insulina, favorece una mejor utilización del azúcar por parte del organismo y, por tanto, hace que disminuya el azúcar en sangre. Sin embargo no suelen ser tan conocidos el entrenamiento de fuerza para la obesidad.
Según el Dr. Javier Ibáñez, “el entrenamiento de fuerza para la obesidad y diabetes puede ser un medio muy útil.
Esta afirmación se debe a que entrenamiento de fuerza para la obesidad y diabetes ayuda a una persona obesa que está siguiendo una dieta para perder peso porque:
1º) Reduce sustancialmente la pérdida de músculo que se produce cuando una persona hace sólo dieta. Mantener la masa muscular corporal es esencial para un mejor transporte de la glucosa y del metabolismo de la grasa.
2º) Evita la reducción del metabolismo de reposo que se produce inevitablemente cuando se sigue sólo una dieta hipocalórica.
3º) Ayuda a mejorar las cifras de la tensión arterial, del colesterol y de los triglicéridos.
4º) Mejora la fuerza, la flexibilidad y la resistencia física.
5º) Mejora el sentimiento de bienestar y autoestima.
6º) Es mucho más probable que aquellas personas que han perdido peso y han abandonado la dieta hipocalórica puedan mantener esta pérdida si siguen realizando el entrenamiento de fuerza.
Por otro lado, la Asociación Americana de Diabetes (ADA) defiende que en el momento del diagnóstico de la diabetes tipo 2, en pacientes con una HbA1c (hemoglobina glicosilada) menor de 7,5%, antes de pautar un tratamiento farmacológico se les puede dar la oportunidad de intentar cambios en su estilo de vida (dieta hipocalórica y ejercicio físico) por un período de 3-6 meses. “En este sentido, se ha visto que con sólo dos sesiones de fuerza por semana, en sólo cuatro meses, sin una dieta hipocalórica concomitante, los pacientes pueden mejorar significativamente los niveles plasmáticos de glucosa y la sensibilidad a la insulina, y disminuir alrededor de un 10% la grasa corporal”, explica el Dr. Ibáñez.
Todo ejercicio es bueno para el control de azúcar en la sangre. El ejercicio aeróbico, como caminar o nadar, ayuda a mantener o incluso bajar de peso, mejora la salud cardiovascular y el control de la glucosa en la sangre.
El entrenamiento de fuerza, por lo general, incluye levantamiento de pesas, uso de máquinas, flexiones corporales y bandas elásticas. Con el ejercicio aeróbico se trabaja el corazón, pero con los ejercicios de resistencia se trabajan diferentes grupos musculares utilizando el propio cuerpo. Lo ideal es compaginar los dos tipos de ejercicio (aeróbico y fuerza) además de flexibilidad.
¿Sabías que este tipo de ejercicio era tan saludable para estos pacientes?
Imágenes (por orden de aparición): jerryonlife/Flickr y Gabriel Porras/Flickr.