Durante años, ha habido un rechazo a aceptar que el ciclo reproductivo se componía de dos fases, embarazo y lactancia, debido a la falsa creencia de que la leche materna se podía sustituir por productos artificiales. Este rechazo es particularmente importante en los países más desarrollados, donde nuestro tipo de vida es un gran impedimento para la lactancia. Así lo demuestran los datos: menos de uno de cada cinco niños son alimentados con lactancia materna a los 12 meses.
A nivel epidemiológico y biológico, los estudios afirman que la decisión de no alimentar a los niños con leche materna tiene efectos a corto y largo plazo sobre la salud, nutrición y desarrollo de los niños. Es posible que no exista ningún otro método tan importante como la lactancia para mejorar la salud en las dos personas implicadas en este proceso: el niño y la madre.
Se han encontrado numerosos mecanismos por el que la leche materna tiene todos estos efectos beneficiosos, sin embargo aún se siguen descubriendo nuevos mecanismos. Se habla de la leche materna como la medicina personalizada de los bebés.
Efectos a corto plazo en los bebés
Para realizar los estudios sobre la lactancia materna, es importante diferenciar entre países desarrollados y subdesarrollados. En los países subdesarrollados, los bebés están mucho más expuestos a padecer enfermedades de origen infeccioso, en este sentido, la leche materna proporciona una protección extra en estos bebés.
Se ha observado que en los niños de países subdesarrollados, la leche materna disminuye la mortalidad infantil entre 3 y 5 veces. En los países desarrollados, el impacto también es muy importante, con una reducción del riesgo de un 36% de muerte súbita y un 58% de enterocolitis necrotizante, una patología con altísimo riesgo de muerte para el bebé.
En cuanto a otros problemas de origen infeccioso, se ha observado que la lactancia materna podría llegar a reducir a la mitad los casos de diarrea y un tercio los de infecciones respiratorias.
La prevención para los casos de alergia, también es un efecto que habitualmente se le concede a la lactancia materna, sin embargo, este hecho no está claramente demostrado y parece ser que únicamente podría tener efecto en ciertos casos muy determinados.
A nivel oral también se ha observado una reducción de la maloclusión dental, que puede conllevar problemas en la masticación, faringitis u otros más graves como el tórax aplanado. Sin embargo, la lactancia materna también esta asociada a un mayor riesgo de padecer caries en los dientes de leche, posiblemente debido a una disminución de los hábitos de limpieza bucal.
Efectos a largo plazo en los bebés
La lactancia materna durante el primer año de vida de los bebés tiene repercusiones importantes también en la salud futura del bebé.
Por un lado, se ha observado una reducción en la obesidad, así como del riesgo de sufrir diabetes 2 en el futuro.
Por otro lado, también se ha relacionado de forma muy consistente la lactancia con una mayor inteligencia futura de los bebés. Varios estudios hablan de aumentos de 3-4 puntos en el cociente intelectual de los bebés. En este sentido, estudios con seguimientos de más de 30 años, han determinado que la lactancia materna puede tener un impacto futuro muy positivo en las ganancias económicas y en el grado de escolarización.
Efectos en la madre
Existen muchos estudios que demuestran el efecto beneficioso de la lactancia materna también en las madres. La explicación a todos estos beneficios podría encontrarse en los cambios hormonales que se dan durante la lactancia materna.
Hay una evidencia muy robusta de que la lactancia materna es capaz de reducir el riesgo de cáncer de mama, el cáncer de ovario y diabetes tipo 2.
Además, con la lactancia materna se consiguen períodos de amenorrea (ausencia de regla) mayores, lo que conlleva una disminución de la natalidad. En países desarrollados esto puede no suponer una ventaja, pero sí lo es en países subdesarrollados.
La lactancia materna es la mejor medicina tanto para nuestros bebés como para la madre, y además a un precio alcanzable por todos los bolsillos ¡gratis!. Por ello, es importante concienciar a las futuras madres y a los profesionales sanitarios para cambiar los hábitos de alimentación de sus bebés.