1-SOJA Y SUS DERIVADOS: esta legumbre aporta hierro y muchas proteínas de calidad, y es la principal fuente de fitoestrógenos (isoflavonas), unas sustancias naturales que actúan de forma similar a los estrógenos femeninos, por lo que ayudan a equilibrar el flujo de hormonas. Su consumo se recomienda especialmente durante la menopausia. La puedes consumir en forma de brotes germinados, líquida (leche de soja), queso (tofu).
2-ÁCIDOS GRASOS OMEGA 3 Y 6: Protegen la salud del corazón y el sistema cardiovascular. La dieta actual favorece una mayor proporción de ácidos grasos omega 6, cuando lo deseable es un buen equilibrio entre ambos. Por ello debes aumentar el consumo de alimentos ricos en ácidos grasos omega 3. Una de sus mejores fuentes es el aceite de oliva y el pescado (sardinas especialmente). También se pueden adquirir como suplementos.
3-ANTIOXIDANTES: Combaten el envejecimiento celular, ya que neutralizan la acción de los radicales libres. Son antioxidantes las vitaminas A, C y E y los flavonoides, unas sustancias de tipo pigmentario presentes en las hortalizas y frutas de color amarillo o anaranjado. También ejerce este efecto la coenzima Q10, que puedes encontrar en forma de suplementos.
4-CEREALES INTEGRALES: Son la principal fuente de energía del organismo. Además, sus hidratos de carbono de absorción lenta ofrecen esa energía de forma gradual, lo que contribuye a regular los niveles de glucosa en sangre. También son una importante fuente de minerales (hierro y magnesio) y vitaminas del grupo B, indispensables para el funcionamiento del sistema nervioso, por lo que te ayudan a mantener un buen estado de ánimo. Si se consumen enteros, aportan fibra y más minerales. Se recomiendan especialmente en periodos de agotamiento y desmineralización. Aunque los más conocidos y consumidos son el arroz y el trigo, es aconsejable ampliar la variedad: centeno, avena, quinoa, mijo...
5-CALCIO: Junto al fósforo es el principal mineral que forma los huesos y los dientes. Mantener un buen nivel y asimilarlo correctamente es vital para prevenir posibles fracturas, osteoporosis y dolores musculares. Se encuentra en los productos lácteos, pero también en almendras, sésamo, espinacas, brécol, puerro, sardinas, gambas y mejillones.
6-ALGAS: Además de su riqueza en nutrientes, protegen la glándula tiroides por su contenido en yodo. Su consumo regular ayuda a reducir los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre. Se pueden tomar en forma de infusión (wakame, nori, kombu) o suplementos (espirulina, laminaria y fucus).
7-SELENIO: Es antioxidante y colabora con el sistema inmunitario y en los procesos de desintoxicación. Sus mejores fuentes son el pescado azul, el germen de trigo, la levadura de cerveza y las nueces del Brasil. Su déficit se asocia a problemas de fertilidad, dolores musculares y envejecimiento prematuro.
8-TÉ VERDE: Contiene una gran cantidad de flavonoides de efecto antioxidante y anticancerígeno. También dificulta la formación de coágulos y grasas en la sangre y ayuda a disminuir la hipertensión, por lo que se aconseja especialmente a partir de los 35-40 años.
9-HIERRO: Es necesario para producir hemoglobina, que transporta el oxígeno a las células. Las mujeres estamos más expuestas a un posible déficit por la pérdida de sangre que supone la menstruación y el embarazo. Su falta ocasiona una disminución del rendimiento físico e intelectual. y sensación de cansancio. Son buenas fuentes los cereales integrales, el pescado azul, los frutos secos, las espinacas, las acelgas....
10-YOGUR: Ayuda a repoblar la flora intestinal, facilita la asimilación de los alimentos, refuerza el sistema inmunitario y favorece el tránsito intestinal. Contienen sobre todo vitamina A y calcio.
11-UVA: Contiene flavonoides y minerales, como el potasio, que estimulan los procesos depurativos y protegen frente a las enfermedades cardiacas, las circulatorias, el cáncer y los procesos degenerativos. Se aconseja a convalecientes y embarazadas.
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