Puede que estés aquí porque el titulo te haya llamado la atención, y esa ha sido precisamente la intención de este artículo.
Veréis, sin entrar mucho en los detalles escabrosos de mi vida, digamos que he buceado profundamente en mis cicatrices y he llegado a conocer tanto la parte mas angelical de mi persona, como mis mayores monstruos. Esto no es una auto biografía, solo quería señalar un hecho. Pero lo importante viene ahora, desde que comencé el descubrimiento de quien soy, he pasado, como muchas personas, por varias etapas de búsqueda. Últimamente, me siento liberada de ciertas expectativas implantadas por nuevas (realmente bien antiguas) soluciones rápidas de la New Age y libros como “El secreto”, por ejemplo. No es que en su momento, cuando me encontraba en los peores momentos de mi vida y con una autoestima inexistente, no acudiera a ellos, y a muchos otros referentes de “milagros”, los típicos ídolos espirituales a los que te aferras cuando deseas cambiar tu vida y verte (y que alguien mas te vea) como la persona mas maravillosa del mundo.
Entiendo la necesidad y la tentación de dejar en manos de otros la solución a nuestros problemas; la inquietud a la soledad, a afrontar nuestras realidades y solucionarlas con coraje y una mente clara. Se que, cuando un ciclo negativo gira en torno a tu vida, y pretendes salir de él, lo primero que deseamos es una solución rápida, y precisamente por eso, son tan peligrosos y provocativos todos estos libros y cursos de ideas manidas, que te hacen creer desde un principio, como si de sectas se trataran, que tu eres un ser divino (que sí eres) sin defectos, y que siguiendo unos sencillos pasos puedes cambiar tu vida en dos meses.
Claro, cuando te encuentras en esa tentativa, mucho mejor que la perspectiva de tí mismo hundido en tus problemas reales, te agarras a ella como si la vida te fuera en ello. E intentas cumplir esas mismas expectativas, «yo soy una persona increíble, y si leo cada día una frase positiva, y me creo una gran confianza con autoconvencimiento, en unas semanas tendré una vida nueva como sacada de la pantalla de mi televisión». E incluso, en las reuniones de terapias, llegas a creerte que esa perfección (falsa espiritualidad bañada de un ego muy poco sano) se proyecta a través de ti, y todos tus comportamientos y hábitos públicos ahora son, de repente, perfectos. Prácticamente ya no eres la misma persona, pasas de no tener autoestima a aparentar quien quieres ser, porque todos a tu alrededor se creen también bajo ese halo de perfección artificial que no nace de su humanidad (ni divinidad).
Bien, dicho todo esto, supongo que aquellos que llevéis años siguiendo metodologías similares, sabréis de que os hablo. Empezáis con unos tips o soluciones (normalmente son un número tipo 3, 5, 10…) rápidas (y ésta es la palabra clave que llega a nuestro inconsciente, aunque no la digan) que van a cambiar tu vida gradualmente. Con el tiempo, aparecen otros nuevos, y os enfocáis en todos ellos, cubriendo de “gloria” vuestros problemas reales, los cuales siguen ahí, porque lo queramos o no, las cosas no desaparecen por untarles una falsa espiritualidad encima.
Unos años después, y siguiendo con la misma “teoría novedosa”, supuestamente milagrosa y que os ha cambiado la vida (pero que todo el mundo repite como un papagayo), seguís sin haceros un análisis personal profundo, ni cuestionaros nada, ni de esas palabras leídas o aprendidas en un libro muy comercial, que de repente se hace famoso.
Y en lugar de entrar en un ciclo de soledad, siento decíroslo, pero completamente necesario para, de verdad, conocer todas vuestras luces, y también vuestras sombras; seguís proyectando toda vuestra atención hacia esas enseñanzas mas que diluidas y explotadas (de las originales, mucho mas simbólicas, abstractas y difíciles de leer, que realmente, mostraban un camino de autoconocimiento, diferente para cada uno de nosotros) con diferentes nombres y desde la versión mas rápida, simple y comercial posible; en lugar de miraros realmente. Porque el camino fácil y rápido es lo que todos queremos, pero siento decirlo, es también el mas vacío de espiritualidad y autoconocimiento.
Con esto no digo que todas estas terapias y aprendizajes no sirvan para nada. Considero que, si aprendes a analizar las cosas por ti mismo, y sacar de ello tu propia enseñanza, no la que traten de decirte otros, realmente puedes aprender mucho. Pero no del libro, sino de ti mismo. Tampoco implica que debas estar solo para ser consciente de tus pensamientos y tus actos, ya que, si bien es cierto que hay que estar en calma mental y no escudarnos en las opiniones “favorecidas” de las personas que nos quieren, esto no significa que no debamos apoyarnos y ayudarnos unos a otros. Por otra parte, quizás no todos debamos pasar por una crisis existencial, pero si ya estas pasando por una, utilízala como una oportunidad de conocerte a todos los niveles, conviértete en tu mejor terapeuta.
Estos “tips” además, pueden ser también un EXTRA que puedes practicar para aprender a controlar tu vida (y tu mente), una vez que tengas claro desde que punto partes. Pero no hay coherencia en tu verdadero aprendizaje, si solo enfocas todos tus esfuerzos en solucionar tus problemas desde la vía del “coaching”, es decir, desde el camino del «mi problema es el dinero, así que me convierto en una persona ganadora, que consigue dinero, autoconvenciéndome a mí mismo y a otros de que se puede». Eso ha sido solo un ejemplo, pero hay miles; todos ellos pasan por mezclar al estilo experimental objetivos materialistas con claves metafísicas y espirituales distorsionadas. No hay verdadero crecimiento interior si no pasas por tocar tu fondo (a veces, varias veces en la vida), por aceptar que no eres perfecto, no desde el masoquismo, sino desde la visión del aprendizaje, el amor y la autovaloración. Por supuesto, a nadie le gusta tener que hacerlo, por eso no hay videos, ni charlas, cursos, o libros de millones de ventas que te hablen sobre esto. Nadie los compraría, porque vivimos en el siglo de la comercialización de todo lo sagrado, y de conseguir las cosas fácilmente, siguiendo a falsos lideres (en todos los ámbitos) en lugar de ser fieles a nosotros mismos, porque, ¿cómo vamos a hacer eso si no sabemos quiénes somos?
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