Para las personas que estén interesadas en la investigación o comprensión de la conducta humana, hay unos cuantos parámetros a tener en cuenta, y algunos fundamentos.
En este caso voy a hablarles de la diferencia que hay entre estudiar aquellas conductas que concurren o que coinciden temporal o espacialmente con algo que yo estoy estudiando, contrastándolas con aquellas conductas que realmente pueden ser causa o pertenecen al conjunto de causas de aquello que estoy estudiando.
Aunque en la época actual se ha hecho mucha incidencia en las cuestiones de género, y también la protección de la violencia de género, que por fin ha alcanzado la judicatura y policía especializada, etc. etc., lo cierto es que hay otros campos de la salud mental que tenemos que abordar rápidamente. En concreto hablo del suicidio. El suicidio multiplica por 20 las cifras de mujeres que fallecen muy lamentablemente a manos de maltratadores. Sin embargo, el plan nacional de suicidio está parado en este momento en el parlamento español. Quizás el interés no es el mismo, pero imaginemos que estamos estudiando el suicidio.
Actualmente, en la Fundación de San Juan de Dios, que es el hospital de niños principal en Barcelona, se ha publicado por fin un estudio que correlaciona el uso de pantallas y dispositivos en redes sociales con la tentativa de suicidio.
El concepto que quiero introducir es que la correlación no es la causa: el mirar redes sociales o participar en ellas o convertirse en dependiente, no causa el suicidio. Es muy posible que la esclavitud de las redes y el tipo de información y de comparaciones y dependencias emocionales que están alrededor de la pantalla, sean exactamente las mismas que pueden ocurrir en grupos sociales físicos y presenciales.
También es posible que el efecto de estas plataformas multiplique las experiencias que igualmente hubieran tenido efecto al respecto del suicidio.Pero, en todo caso, la conducta dependiente de redes sociales y plataformas, aunque permite predecir la conducta suicida, no es la causa directa en ningún caso.
Afortunadamente las correlaciones como he dicho, nos dan conocimiento predictivo, permiten pensar en que la probabilidad del suicidio va a aumentar por el uso de pantallas y plataformas excesivo, pero no nos explican la causa última del suicidio.Hay otros hechos relacionados con conductas como suicidio que podemos estudiar y que podemos analizar, pero en ningún caso nos dan la causa última de esta conducta. Como paradigma o procedimiento podríamos pensar en un modelo de laboratorio donde la variable dependiente del investigador en la que existe (que es la que manipula y puede controlar) comprobamos si tiene una relación directa entre su aparición y en este caso, que estamos comentando, la conducta suicida. Lo importante es comprender que la correlación no es causa.
Por último podríamos poner un ejemplo sobre las caravanas de tráfico y coches que ocurren a diario. El alba, el nacimiento del sol diario viene a coincidir con las caravanas de tráfico. Es un hecho que correlaciona, pero la aparición del sol no causa la caravana en sí, sino que concurre. Probablemente la causa se encuentra en la costumbre de ir en coche, la imposibilidad de tener buenas infraestructuras o transportes públicos, y otras causas como el horario de entrada a los trabajos. Así pues, seguramente es una constelación de causas o varias cosas, pero en ningún caso la correlación con el hecho de la luz diaria vendría a suponer la causa directa. En todo caso nos permite hacer una predicción que al empezar el día probablemente van aparecer caravanas en determinados lugares.
Nota: El artículo ha sido publicado originalmente en Saludterapia.
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