¿Cómo sostener la motivación como padre o madre?
Así que te dejo con ella, no sin antes agradecer a mi amigos Marjolaine y Rubén por darme permiso para usar las maravillosas fotos de ellos con su precioso hijo Leo. Una familia maravillosa. ¡Felicidades chicos!
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Queridos papás y mamás.
En el post de hoy os contemplo como eje de giro. El propósito de esta semana es introducirme en una de las modalidades de ese Amor conmayúsculas del que hablábamos el mes pasado: El Amor por los hijos y el proyecto de la pater/maternidad.
¿Cómo sostener la motivación como padre o madre?
y
¿Cómo orientarse en una tarea de semejante envergadura?
La semana pasada acudía a un curso en el que se planteaba el papel de los padres en nuestros días. La charla la desarrolló Mª Jesús Lazcano Hamilton, psicóloga, maestra y psicoanalista, perteneciente y cofundadora de la asociación ADERES (ya os conté que trabajo ahí) y que además tiene una amplia experiencia en clínica infantil y coordina una pequeña escuela de padres.
Pues bien, ella planteaba que la época en la que vivimos propone un modelo de paternidad ?todopoderosa? que somete a los padres a un nivel de exigencia tal que terminan sintiéndose ahogados.
Me explico.
El discurso que nos rodea afirma que como padre/madre, uno tendría que poder dar a los hijos de forma ilimitada, aunque no se tenga de todo.
Actividades extraescolares, profesores particulares, regalos espectaculares, experiencias educativas con la tecnología más puntera, una correcta estimulación de la creatividad y un largo etcétera ampliaría esta lista.
Además, ante la imposibilidad de los padres de cubrir dichos requisitos planteados como ?verdaderas necesidades? de los niños, aparecería el sentimiento de culpa en ellos.
Una paternidad que se perfila como omnipotente (?papá y mamá deberían poder con todo?) y omnipresente (?papá y mamá deberían estar en todo?) y es concebida como sinónimo de entrega y sacrificio.
A esto se le añade que, para demostrar que uno siente verdadero Amor por sus hijos, el acto que lo demostraría sin dejar lugar a dudas es el de DESVIVIRSE. Conceptos todos ellos muy ligados a la cultura judeo-cristiana (en el saber popular está la referencia de Dios (padre ?todo poderoso?) que se sacrificó en la cruz por la humanidad (dio la vida por sus hijos)
Por todo ello, no es difícil encontrar a padres y madres que, tras nacer sus hijos, abandonan cualquier otra actividad que hasta entonces les revertía algún tipo de bienestar y satisfacción, para dedicarse profesionalmente a la pater/maternidad. Digamos que se juegan su existencia únicamente en aquello que rodea al hijo.
Y entonces se encuentran con una serie de discursos perversos en los que son cuestionados sistemáticamente por parte de diversos profesionales:
"Su hijo se distrae demasiado en clase, no atiende y no hace los deberes. Consulte con un especialista porque algo no va bien."
Dice la escuela. Y mientras se derrumba la imagen del maestro como figura de referencia.
?Su hijo es desatento e hiperactivo. Adminístrele esta medicación. Mejorará su comportamiento, su atención y le dará menos problemas.?
Afirma la neuro-pediatría Y mientras se descubre que tal déficit es un artificio gestado para ampliar los beneficios de las farmacéuticas.
?Cuidado con ser un padre/madre especialmente autoritario, porque podría minar la autoestima de su hijo. Pero practique la permisividad de forma controlada. Aprenda a utilizar el sistema de refuerzo positivo y castigos para moldear el comportamiento del niño. Pero deje espacio para la creatividad, la libre expresión y la autonomía personal. Y, por supuesto, no se olvide de los límites. Sin ellos, lo demás no sirve para nada.?
Concluye la psicología. Y mientras sigue estancada en sus investigaciones sobre la emoción humana.
Y ahí se quedan los papás y las mamás, atrapados entre las quejas y la sensación de incompetencia. Abrumados por las exigencias y culpabilizados de todo resultado anómalo de sus hijos. Ninguna prueba de paternidad parecería ser definitiva para nombrarse como buenos padres/madres, por lo que no podrían descansar de intentarlo.
¿Cómo afrontar entonces la educación de los hijos?
¿Cómo encontrar lugares desde los que orientarse en la paternidad?
Bueno, puede que los padres contemporáneos tengan por delante la conquista de su autoridad. Quizás enfrentarse a que eso de la ?buena pater/maternidad? no existe, les permita recuperar un espacio de palabra en el que ellos también tengan algo que decir acerca de sus hijos.
Recuperar un lugar desde el que escuchar a los saberes científicos sin considerarlos dogmas de la buena crianza y preguntarse qué quieren legar educativamente a sus retoños.
La psicología de la educación ofrece un concepto denominado ?el ajuste de la ayuda? y se usa para definir el papel del maestro. Es decir, la función del maestro es saber acompañar al alumno en su proceso de aprendizaje, ajustando (aumentando o reduciendo) la ayuda que es necesaria.
Quizás algo de esto aparece también en la pater/maternidad y se pueda ofrecer a los padres como punto de partida.
Un ejercicio de observación en el que ir detectando cuándo los hijos ya no necesitan tanta ayuda e ir dejando que aparezcan sus modos en la forma de hacer las cosas. Ir soltando la cuerda de la autonomía pero con una voz que vaya orientando los pasos.
Lo sé, lo sé. Muy fácil de escribir, pero muy complicado en la vida cotidiana.
Tal vez parte del éxito de la paternidad resida en el momento en que el hijo vive con la necesidad de alejarse de las figuras paternas para seguir adquiriendo experiencias y aprendizaje, pero se mueve en el mundo con la certeza de que siempre habrá una mano a la que agarrarse cuando tropieza y un camino de vuelta a casa.
Un Amor pater/materno que permita al hijo interiorizar ciertos límites para poder despegar solo. Y eso, queridos papás y mamás, hay muchas maneras de hacerlo.
Aquí entran ustedes.
Atrévanse a ejercer.
Metan la pata.
Duden.
Desespérense.
Pero sobre todo, es el momento de hacer presencia.
Por hoy me detengo aquí.
Me marcho pero para volver, como bien me enseñaron mis padres.
Nos leemos en quince días.
¡Feliz fin de semana!
Marta B.
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Foto mano de bebé: El deseo de ser padres