La industria de alimentos está haciendo un gran negocio con sus alimentos procesados, aprovechándose de las circunstancias que nos rodean en la actualidad, donde apenas nos queda tiempo para hacer de comer, o ir al mercado a adquirir productos frescos. Sin embargo, cada vez somos más conscientes de las consecuencias nefastas que tiene para nuestra salud una dieta basada en alimentos procesados.
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Si ponemos nuestro foco de atención en obtener en nuestro día a día una alimentación saludable, sabemos que tenemos que ir dando de lado cada vez más a este tipo de alimentos, los procesados, que no nos aportan ningún valor nutritivo. Esta alimentación que ha favorecido la industria no puede sustituir a una alimentación con productos frescos y naturales.
Seguir una dieta sin alimentos procesados es posible, solamente hay que tomar conciencia y dar prioridad a una alimentación saludable. Para ello vamos a ver a lo largo de este texto qué tipo de alimentos debemos de ir incorporando en nuestra alimentación, y qué tipo de comidas debemos ir evitando pensando en nuestro bienestar.
La comida que comes puede ser la más poderosa forma de medicina o la forma más lenta de veneno.
– Ann Wigmore
Comer de manera consciente
El primer impulso que nos lleva a comer de una forma sana es el de ser conscientes de lo que estamos comiendo. Al conocer mejor los alimentos, estar informados y considerar tanto lo que nos resulta beneficioso, como lo que perjudica a nuestro organismo es el primer paso, sin duda, para obtener un buen compromiso con una dieta sin alimentos procesados.
Cuando nos obligamos a tener que comer de otra manera, sin ser verdaderamente conscientes de por qué lo estamos haciendo y con unas motivaciones que son más bien superficiales, entonces es cuando las dietas acaban fracasando. E, incluso, cuando lo tenemos que hacer porque el médico nos ha dicho que lo necesitamos por nuestra salud, nos cuesta mucho cambiar nuestros hábitos alimenticios. Esto es porque no existe una verdadera consciencia de lo que supone la alimentación en nuestra forma de vida.
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Poner consciencia en lo que comemos supone un estilo de vida, una decisión que requiere de compromiso y motivación intrínseca. Y ¿qué es la motivación intrínseca? Una motivación que nace desde dentro, no es una motivación para obtener resultados ni que los demás nos vean mejor, es una motivación que nos impulsa a cuidarnos, a vernos mejor a nosotros mismos y a escuchar nuestras necesidades físicas y mentales. Necesidades, no de impulsos de placer, sino de atender a lo que más nos conviene para dar un mayor sentido a nuestras vidas.
Este tipo de consciencia se va adquiriendo y te vamos a indicar cómo, atendiendo a las pautas que te vamos a ofrecer en el siguiente apartado.
Iniciarnos en una dieta sin alimentos procesados
Este cambio de consciencia requiere sobre todo de actitud, y una de las actitudes más aconsejables es la información. Si te informas mejor sobre lo que consumes estarás más preparado para tomar decisiones coherentes y saludables. Te invitamos a que cuando vayas al supermercado mires las etiquetas y aprendas a leerlas. Hay ciertos componentes que será mejor que evites. Infórmate sobre cada uno de ellos y lee acerca de sus consecuencias para la salud.
Si te fijas en tu dieta, de lo que consumes a diario, verás que hay demasiados productos que son procesados y que contienen muchos ingredientes que no sabes ni lo que son realmente. Si quieres realmente llevar una dieta saludable te aconsejamos que comiences por dejar de alimentarte con productos que no sabes ni lo que son. Es importante que sepas lo que estás comiendo. Para ello, los productos naturales y frescos son la mejor opción, sin duda.
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Te daremos algunas recomendaciones sobre productos que te conviene incorporar en tu dieta, en sustitución de aquellos productos que contienen muchos azúcares, grasas, sal, estabilizantes y acéites hidrogenados o parcialmente hidrogenados.
Incorpora en tus comidas vegetales de hoja verde, como las lechugas, canónigos, rúcula y col rizada.
Recurre a las ensaladas: pero las que te haces tú en tu casa, utilizando todo tipo de vegetales e incluso fruta.
Da prioridad a las comidas caseras: las que ya vienen hechas incluyen en sus etiquetados mucho más de lo que se ve. Por eso te aconsejamos que hagas comidas de verdad, hechas por ti, con alimentos e ingredientes que conozcas y sepas que no hay ningún añadido extraño.
Utiliza edulcorantes naturales: como la panela, el azúcar que no ha sido refinado, azúcar moreno de caña integral, etc.
Aprende a comer productos frescos: puedes preparar exquisitas comidas sin tener muchos conocimientos sobre cocina, empleando y combinando toda clase de verduras, cocinándolas al vapor o consumiéndolas en crudo bien aliñadas.
Incorpora a tu dieta productos que te puedas hacer tú mismo, que puedas comer en crudo y no hayan sido procesados, como las almejas, los mejillones, todo tipo de mariscos, pescados y carnes, preferiblemente de agricultura ecológica. Si no es posible, al menos que las carne las obtengas directamente de la carnicería y los pescados y mariscos de la pescadería. En definitiva, como te hemos explicado, el primer paso es que te hagas consciente de cómo te estás alimentando, que te comprometas con tu salud y bienestar. Eso hará que tengas un cambio de actitud y de perspectiva, lo que te ayudará a tomar decisiones más responsables y coherentes con tu calidad de vida. Evita en la medida de lo posible todos los alimentos que contengan ingredientes que desconoces, e incorpora en tu dieta todo lo que tú puedas cocinar y tomar en crudo, para una alimentación más natural y sana.
RECUERDA: la base para disfrutar de una buena salud está muchas veces en cambiar nuestros hábitos, tal y como propone el método Crear Salud. Necesitamos nutrirnos adecuadamente y activarnos haciendo cosas que aporten a nuestro bienestar integral.
Además, para cuidar nuestra mente, existen herramientas como la app Siente – que puedes descargarte aquí – que pueden ser grandes aliadas en tu camino a una vida saludable. Su metodología es sencilla de usar, pues incluye el mindfulness y la psicología positiva para mejorar tu bienestar, reducir el estrés y, de paso, ser más feliz.