1. Fallos en la comunicación
Una relación donde hay problemas de comunicación y malos entendidos da cuenta de un buen momento para asistir a la terapia de parejas. Allí se puede crear un espacio en el que se compartan ideas e impresiones de forma honesta y directa, rasgos que quizás no se estaban permitiendo en la relación y que permitirán entender mejor cómo avanzar para solucionar o sortear determinada complicación comunicacional en la pareja.
2. Crisis puntuales
Si los problemas en la pareja comienzan luego de una crisis o hecho puntual, el terapeuta puede ofrecer soluciones y aportes para volver a encaminar la pareja. La pérdida de trabajo, la muerte de un ser querido, son situaciones complejas que a veces desencadenan complicaciones en la pareja. Gracias a la terapia de parejas se pueden abordar desde una nueva óptica y ayudar así a entender mejor como sortear determinadas crisis que marcan un antes y un después en cada uno de los integrantes de la pareja.
3. Problemas en las relaciones íntimas
Otro signo importante que puede marcar un buen momento para comenzar la terapia de parejas surge cuando hay complicaciones en las relaciones íntimas. Cuando no hay una buena sincronía entre la pareja para expresar el afecto, y no solamente en las relaciones sexuales, sino en la expresividad del cariño en general. Sea con palabras, gestos o en el mismo acto sexual. La re-incorporación de estos elementos a la relación, sean miradas, caricias, abrazos, conexión, implican que la ayuda de un psicólogo especializado en parejas puede dar una mano.
4. Indecisión sobre el futuro
Las parejas pueden requerir ayuda profesional cuando comienzan a detectar que sus planes sobre el futuro van por sendas diferentes. La manera en la que se planea el futuro es importante, ya que las discrepancias pueden ser indicios de importantes diferencias. Con ayuda de un psicólogo especializado en terapia de parejas, puede que se detecte la raíz del problema y se encaucen hacia un destino en común.
5. Hijos que perturban la paz en el hogar
Si bien la llegada de los hijos a una pareja suele ser un acontecimiento de felicidad y alegría, también pueden generar que no permita los momentos de intimidad y contacto que tan importantes son para la pareja. La terapia puede ayudar a discernir estrategias para conseguir esos momentos tan necesarios para la pareja, y a su vez para que los hijos no se conviertan en un obstáculo para seguir viviendo el amor de la pareja.
Estos son solamente algunos de los rasgos más importantes a tener en cuenta para empezar a consultar a un psicólogo por terapia de parejas. Sin embargo, también es importante remarcar que, en casos de violencia doméstica, no hay terapia de parejas que ayude. Hay que salir de ese lugar, romper la relación y tomar todas las medidas para impedir que la pareja violenta siga dominando nuestras decisiones.