¿Qué es el masaje linfático?
El masaje linfático es un tipo de masaje que se aplica sobre el sistema circulatorio y cuyo objetivo es el de movilizar los líquidos del organismo para favorecer la eliminación de toxinas y otras sustancias que se acumulan en el líquido que ocupa el espacio que hay entre las células.
El sistema linfático guarda una estrecha relación con el sistema inmunológico, de ahí que el masaje linfático sea beneficioso para la salud en general, ya que refuerza nuestras defensas.
Este tipo de masaje se ha hecho popular por su efectividad en combatir la retención de líquidos, aunque también se utiliza con frecuencia en el tratamiento de la celulitis, problemas circulatorios, piernas cansadas, procesos de cicatrización, acné, edemas, estrés, nerviosismo e incluso para calmar dolores de cabeza y otros síntomas del resfriado.
El drenaje linfático mediante masaje, se realiza con las manos mediante movimientos muy suaves, lentos y repetitivos en la dirección correcta, siguiendo la corriente de los conductos linfáticos, lo que favorece la circulación de la linfa y en consecuencia, estimula el drenaje de los conductos linfáticos, limpiando todas las zonas congestionadas.
¿Qué es el sistema linfático y qué funciones tiene?
El sistema linfático está considerado como parte del aparato circulatorio porque está formado por los vasos linfáticos, similares a los vasos sanguíneos, que transportan un líquido llamado linfa que proviene de la sangre, siendo la segunda red de transporte de líquidos corporales.
El sistema linfático cumple dos funciones básicas:
Depurativa: elimina del organismo las toxinas y sustancia de deshecho.
Protectora: modula la respuesta del sistema inmunitario frente a bacterias, virus y otras sustancias extrañas que puedan llegar al interior del organismo
La linfa
La linfa es un líquido de un color blanquecino que recorre los vasos linfáticos capaz de movilizar moléculas como las proteínas.
La movilización de líquidos en nuestro organismo es de vital importancia para la correcta nutrición del sistema celular. Cuando ingerimos alimentos, los nutrientes se desplazan por nuestro organismo hasta llegar a las células. Para que las células estén bien nutridas, estos nutrientes se mueven dentro del líquido intercelular, que es el espacio donde se produce el intercambio, es decir, lo que la célula retiene y lo que expulsa.
La función de la linfa, es la de transportar el líquido sobrante que contiene las sustancias que las células desechan hasta la sangre. De esta manera, el organismo puede desprenderse de estos deshechos.
Cuando se producen edemas o retenciones de líquidos, es precisamente porque el sistema linfático no puede depurar esas zonas del cuerpo, de manera que esas sustancias y líquidos se van almacenando en ciertas partes del cuerpo.
La estrecha relación que mantiene el sistema linfático con el sistema inmunológico de debe a los ganglios linfáticos, que son los encargados de depurar los agentes patógenos, de combatirlos y de neutralizar los daños.
Cuando el sistema linfático está saturado los ganglios linfáticos no pueden realizar su función de una forma correcta y se inflaman, lo que nos indica de que algo anormal está sucediendo en nuestro organismo.
El sistema linfático es el encargado de protegernos de las agresiones externas
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Beneficios del masaje linfático
El masaje linfático, como mencionábamos anteriormente, estimula el drenaje de los conductos linfáticos, limpiando las zonas congestionadas, aunque sus beneficios van más allá:
Ayuda a depurar el organismo.
Mejora el funcionamiento del sistema linfático.
Mejora la circulación de retorno.
Tiene una acción sedante sobre el dolor.
Reduce la inflamación.
Contribuye a mejorar las defensas del organismo.
Baja la presión sanguínea.
Estimula la función renal.
Produce un efecto relajante, por lo que se recomienda para situaciones de nerviosismo y estrés.
Favorece la circulación sanguínea evitando que se formen bolsas y arrugas.
Favorece la eliminación del acné.
Elimina la celulitis.
Elimina hinchazón de piernas y pies.
Acelera la curación de tejidos tras intervenciones de cirujía.
Cómo hacer un masaje linfático anticelulítico en casa
Los masajes linfáticos se pueden hacer en diferentes zonas del cuerpo (piernas, abdomen, brazos, cuello…), según convenga, pero hoy os queremos explicar cómo hacer un drenaje linfático anticelulítico.
Si optáis por probar los beneficios del drenaje linfático, lo ideal es que os lo haga un profesional pero si queréis probarlo en casa, lo primero que debéis tener en cuenta es que la eficacia del masaje depende de la presión de los dedos y de hacer los movimientos de la forma correcta.
También cabe decir, que no sólo con una sesión vamos a notar todos sus beneficios. Lo ideal es ir repitiendo el masaje durante unas semanas, se recomiendan unas diez sesiones para garantizar su efectividad.
Consejos previos y pasos a seguir para hacer un drenaje linfático de piernas
Antes de iniciar el masaje se recomienda hacer una exfoliación y si es posible, hacer el masaje después de haber tomado un baño ya que de esta manera activaremos la circulación y tendremos el cuerpo más relajado. El mejor momento del día para hacer un drenaje linfático es por la noche ya que ayuda a eliminar líquidos y toxinas acumulados durante el día.
Se recomienda estirarse con las piernas en alto. Podemos colocar una almohada a la altura de los tobillos, de esta manera, mejoraremos el retorno venoso.
Seguidamente debemos masajear la piel suavemente con movimientos circulares, lo que nos va a permitir activar la circulación de la zona, en este caso de las piernas.
Mantendremos esta posición al menos 15 minutos antes de iniciar el masaje.
Se pueden utilizar aceites o cremas para hacer el masaje ya que ayudan a deslizar mejor las manos y disminuye la fricción. Elige una crema o aceite vegetal con activos que ayuden a mejorar la circulación como cafeína, guaraná, ginkgo biloba o centella asiática.
Cómo hacer un aceite anticelulítico, drenante y para piernas cansadas
El masaje siempre se debe empezar desde abajo hacia arriba, de los tobillos hasta la ingle. Con esto intentamos llevar la linfa hasta la zona de la ingle donde se encuentran varios ganglios linfáticos, siendo más fácil el proceso de drenaje.
Ahora podemos incorporarnos un poco con la rodilla flexionada para iniciar el masaje y llegar bien al tobillo. Empezaremos presionando los tobillos levemente y haciendo masajes circulares muy suaves usando ambas manos.
Cuando lleguemos a la rodilla, presionaremos la parte interior de ésta con ayuda de los pulgares haciendo pequeños círculos. Siempre con presión suave para descongestionar la zona.
Cuando lleguemos a los muslos, seguimos con un masaje circular hasta terminar en la ingle, dónde utilizaremos las palmas de las manos abiertas y de una manera más enérgica y circular.
Los movimientos no deben ser fuertes si tienes varices, ya que se puede provocar la inflamación de las venas y la formación de moratones.
Haz movimientos circulares ascendentes, repite entre 5-10 veces en las zonas que tienen ganglios linfáticos. Haz también movimientos lentos y de compresión leve pero siempre circulares ascendentes.
Tras hacer el masaje linfático en ambas piernas hay que permanecer de nuevo con las piernas elevadas al menos 15 minutos. En esta ocasión, se recomienda elevar las piernas tanto como se pueda ya que de esta forma, ayudaremos a la linfa a transportar toxinas y líquidos con más fluidez.
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