Te dejamos algunas pautas, elaboradas por el Consejo General de Dentistas, para cuidar tu boca en verano y mantener tu salud oral.
Consejos para cuidar tu boca en verano
Hidratarse: beber mucha agua es fundamental para contrarrestar la pérdida de líquidos que se produce por la sudoración. La sensación de boca seca es el primer signo de deshidratación. Se aconseja beber 2 litros de agua al día.
Alimentarse de forma saludable: una dieta sana se basa en el consumo de frutas, verduras, legumbres, pescados y aceite de oliva, evitando las comidas copiosas y procesados. Asimismo, se debe reducir al mínimo la ingesta de alcohol y evitar el tabaco.
No abusar de las bebidas carbonatadas: su gran contenido en azúcar daña los dientes, por lo que hay que tratar de disminuir su consumo. Además, la mayoría son ácidas y pueden perjudicar el esmalte dental.
Precaución con el deporte:en vacaciones se suele practicar más ejercicio al aire libre, por eso es cuando más traumatismos dentarios se producen. En el caso de los niños, aumentan cerca de un 30%. Por este motivo, se recomienda utilizar un protector bucal durante la práctica de deportes de contacto. En caso de fractura dental hay que conservar el diente en suero salino, agua o leche, y llamar inmediatamente a un dentista para poder llevar a cabo el tratamiento más adecuado.
Cuidar la higiene bucodental: aunque sea más complicado por el cambio de rutina, hay que cepillarse los dientes, al menos, 2 veces al día (durante 2 minutos cada vez) con pasta fluorada y usar seda o cepillo interdental por la noche. Conviene señalar que, debido a la situación sanitaria actual, es imprescindible cuidar el cepillo de
dientes: lavarse bien las manos antes y después de usarlo, limpiarlo, desinfectarlo con un colutorio, enjuagarlo y secarlo, mantenerlo protegido en su capuchón, no compartirlo nunca, alejarlo del sanitario (para evitar posible contaminación) y no almacenarlo junto a otros cepillos.
Cuando no sea posible cepillarse los dientes, se puede mascar chicle sin azúcar con xilitol durante 20 minutos.
Cuidado con el cloro: el cloro altera el pH de la boca, favoreciendo la desmineralización de los dientes. En el caso de practicar natación de manera profesional o pasar muchas horas en la piscina, el dentista puede indicar el uso de un colutorio específico, además de cepillarse los dientes con pasta fluorada.
No abandonar los tratamientos: las férulas de descarga para el bruxismo o las de ortodoncia deben seguir usándose durante las vacaciones. Si no se utilizan las horas recomendadas por el dentista, es posible que dejen de ajustarse y habrá que hacer unas nuevas.
Proteger los labios: al igual que la piel del resto del cuerpo, hay que proteger los labios de la excesiva exposición al sol con un fotoprotector adecuado para evitar que se quemen.
La mascarilla, también en verano
Es importante que sepas que -a pesar de que muchas personas achacan el mal aliento, sensación de boca seca, manchas en los dientes, etc.- al uso de la mascarilla, no hay ninguna evidencia científica que demuestre la relación del uso de mascarilla con la aparición de patologías orales.En la boca conviven millones de bacterias pertenecientes a unas 300 familias diferentes. La falta de oxígeno podría alterar ese equilibrio llamado simbiosis para dar lugar a un desequilibrio (disbiosis) en el que determinadas bacterias orales más patógenas pudieran desarrollarse y predominar. Sin embargo, es altamente improbable que en las condiciones habituales de uso de las mascarillas se produzca esta situación de falta de oxígeno.
La mascarilla no causa enfermedades bucodentales
Así que, ya sabes, este verano sigue la regla de las 3M:
Manos: lavado frecuente.
Mascarilla: uso obligatorio en espacios públicos.
Metros: mantener la distancia social.