Similitudes entre la cavitación y los ultrasonidos Los centros de estética aplican estas dos técnicas para reducir la grasa localizada, eliminar la celulitis y ayudar al correcto drenaje del cuerpo. El resultado es mejorar la salud del organismo y, en la mayoría de casos, bajar de peso. Además, la flacidez tiene solución gracias a estas técnicas.
En general, podemos decir que ambas son técnicas no invasivas y que se han desarrollar para garantizar la seguridad del paciente sin efectos peligrosos o secundarios. Tampoco ocasiona unos gastos demasiado elevados para éstos y los descuentos para realizar sesiones en los centros especialistas son cada vez más frecuentes.
Las técnicas analizadas se basan, ambas, en ondas sonoras a frecuencias altas, pero que son imperceptibles para nosotros. Además, tienen su origen en la producción de calor sobre los tejidos y en la aplicación de un gel sobre la piel que mejora la trasmisión de esas ondas. A pesar de ello, es cierto que son sutilmente diferentes en su aplicación.
Otro punto en el que se asemejan estos dos procedimientos es en la necesidad de utilizar un equipamiento adecuado y seguro que sólo en los centros profesionales se disponen. Es aparatología de vanguardia, pero que genera resultados casi instantáneos que no necesitan un mantenimiento excesivo por parte del paciente.
Diferencias entre la cavitación y los ultrasonidos Para eliminar esos líquidos grasos del cuerpo, la cavitación y los ultrasonidos utilizan dos formas o procedimientos diferentes que determinan sus posibilidades.
Sin embargo, lo primero que es necesario aclarar es que la cavitación se basa en ultrasonidos lo que puede llevar a confusiones en las diferencias de estas dos técnicas. Por ello, es importante explicar que los ultrasonidos específicamente cavitales (en el caso de la cavitación) son ondas ultrasónicas que van aumentando su potencia progresivamente para descender de forma drástica al final del proceso y provocar la “fractura” de ciertas membranas que contienen líquidos grasos. Tras ello, es necesario el drenaje correcto del cuerpo para que se elimine todas esas células grasas que se han abierto.
Por tanto, la cavitación busca la implosión del adipocito que es lo que realmente contiene aquello que el paciente quiere eliminar de su organismo.
Por su parte, el ultrasonido hace perder ese líquido a través de la vibración mecánica sostenida permitiendo el intercambio de fluidos. Se distribuye la energía de forma uniforme lo que reduce sustancialmente la celulitis y otras acumulaciones grasas.
El ultrasonido utiliza frecuencias muy altas para lo anterior, mientras que la cavitación utiliza ondas de baja frecuencia. En concreto, hablamos de kilohercios en cavitación y megahercios en ultrasonidos. Ninguno de los dos tipos de frecuencias son demasiado perceptibles, pero por motivos diferentes.
La diferencia esencial es que el tipo de ondas determina la profundidad del tratamiento aplicado. Las ondas de la cavitación son más amplias y penetran mejor en las capas profundas de nuestra piel, mientras que las ondas de ultrasonido, con una frecuencia mayor, son más cortas y trabajan a un nivel más superficial.
Al final, lo importante es que se aplique la técnica que se aplique sea con la recomendación de un especialista en el tema que pueda aconsejarte de la mejor forma posible. De hecho, antes de pensar en una técnica, lo que debes encontrar es un centro de estética profesional y de confianza.