Las mezclas de aceites esenciales con aceites vegetales son muy sencillas y resultan ser una fantástica alternativa a las cremas industriales, llenas de sustancias tóxicas. Los aceites vegetales son los responsables de hidratar y nutrir, siendo a su vez la sustancia conductora en la que podemos diluir nuestros aceites esenciales. Los aceites esenciales son sustancias muy concentradas, llena de principios activos y fitoterapeuticos, por lo que debemos tomar ciertas precauciones, siendo muy importante tener en cuenta la proporción que utilizaremos.
A diferencia de los aceites esenciales, con los aceites vegetales no es necesario tomar precauciones, a excepción de padecer alguna alergia en concreto, situación que podremos comprobar fácilmente aplicando una gota en la muñeca y observando la reacción.
Para preparar nuestra mezcla necesitaremos un frasco de cristal vacío opaco, cuyo contenido esté marcado en ml (por ejemplo un frasco de 250 ml). Añadiremos el aceite vegetal que elijamos y a continuación añadiremos las gotas de los aceites esenciales seleccionados (por ejemplo para 30 ml podremos añadir hasta 15 gotas de aceites esenciales, usando un máximo de 4 aceites esenciales)
Los aceites vegetales más usados son:
Aceite de almendras dulces: Posee propiedades regeneradoras, nutritivas, emolientes y protectoras. Muy hidratante y apto para todo tipo de pieles, incluso para bebes y embarazadas.
Aceite de jojoba: Es un rico humectante para la piel y contribuye a reducir las arrugas. Proporciona firmeza y elasticidad, estimulando los procesos de regeneración celular de la piel. Regula la producción de grasa.
Aceite de rosa de mosqueta: Es un potente regenerador cutáneo que actúa eficazmente en los tratamientos para tratar las cicatrices, estrías, marcas de acné y quemaduras. Regenera la piel desde el interior, manteniéndola tersa e hidratada. Muy útil para prevenir estrías en el embarazo.
Aceite de argán: Aporta elasticidad a la piel, manteniendo la hidratación y tratando las irritaciones cutáneas como estrías o marcas del acné. Combate los signos del envejecimiento.
Si lo deseamos podemos mezclar mitad de un aceite vegetal y la otra mitad de otro para ampliar los beneficios de la mezcla resultante, y luego añadir los aceites esenciales.
Los aceites esenciales más comunes son:
Lavanda: Posee propiedades sedantes, relajantes, analgésicas, antisépticas, regeneradoras y desodorantes. Potencia los efectos de todos los aceites esenciales por lo que es muy aconsejable añadir unas gotas a cualquier mezcla que elaboremos. Mantiene la piel en un estado óptimo y regenera cualquier zona dañada por quemaduras, anomalías de la piel, acné, dermatitis o envejecimiento prematuro. No está contraindicado su uso en embarazadas y niños.
Geranio: Es considerado un tónico cutáneo con propiedades relajantes. Indicado para tratar pieles grasas y con acné. Util para tratar la celulitis, para dar masajes contra la tensión premenstrual y tratar eccemas. No está contraindicado su uso en embarazadas y niños.
Limón: Tiene propiedades cicatrizantes, antirreumáticas, bactericida, depurativo, desinfectante e insecticida. Util como antiarrugas, cicatrizante, para tratar la celulitis, manchas en la piel, uñas, acné, cabellos frágiles y grasos. No exponer la piel al sol tras su aplicación y no usar en embarazadas.
Menta: Con propiedades analgésicas, digestivas, antifermentativas, refrescantes, cicatrizantes, antifúngicas, antiviral, antiinflamatorias, estimulantes y suavizantes. Util para tratar afecciones de la piel como dermatitis, acné o picor de la piel. No utilizar durante el embarazo.
Ylang ylang: Posee propiedades equilibrares, astringentes, antisépticas y afrodisíacas. Regula la grasa de la piel, regenera las pieles secas, envejecidas y con cicatrices, estimula el crecimiento del cabello y combate su caída. Ademas su aroma nos llena de energía y positividad, siendo muy útil en casos de depresión.
Existen multitud de recetas elaboradas con aceites esenciales para tratar diferentes problemas en la piel, e incluso aceites específicos para utilizar en vapores para limpieza de cutis, y mezclas para aliviar dolores musculares o reumáticos. En el siguiente post os explicaremos algunas de estas recetas, pero para no dejaros con la miel en los labios os adelantaremos una receta para tratar la retención hídrica: Diluir en 60 ml de aceite de almendras 3 gotas de aceite esencial de hinojo, 3 gotas de aceite esencial de ciprés y 4 gotas de aceite esencial de geranio. Mezclar bien y masajear la zona afectada. Pero cuidado!! Esta receta está prohibida a las embarazadas.