Por fortuna, tarde o temprano llega el momento en que tomas consciencia de lo descentrada que habías estado de ti misma, y ese momento suele coincidir cuando por fin sueltas todo aquello a lo que te estabas aferrando por miedo. Entonces descubres que en ese camino de contentar a otros, se te ha olvidado quién eres y qué es lo que habías venido a hacer aquí.
Mientras tratas de agradar a los demás por encima de a ti misma, encierras cierta angustia crónica que ya no detectas porque, por triste que suene, acabas por acostumbrarte. No es hasta que sueltas que descubres el gran peso que estabas cargando a tus espaldas.
Hasta ese momento puede que tu vida estuviera pautada, estabas viviendo en piloto automático. Puede que descubras como, la mayor parte de las veces, habías tomando decisiones que nada tenían que ver con lo que deseas en tu vida; y es que sin darnos cuenta, hacemos más cosas por el entorno y el qué dirán de lo que imaginamos.
Una vez que aceptas esto y tienes el coraje de empezar a ser tú misma (con todas las consecuencias) lo más importante es tomarte el tiempo de escucharte a ti misma. Comienza tu autodescubrimiento, y para ello es fundamental evitar el ruido de nuestra mente y el externo, aprender a tener paciencia, no precipitarnos y tomar nuestras propias decisiones.
En este punto, el no hacer tan importante como el hacer. Sin que signifique paralización, saber frenar para aprender a saber quién de verdad eres, toma su tiempo y su observación. De hecho, ya debe convertirse en una constante en nuestra nueva vida, porque es desde ahí, desde nuestro silencio y nuestra calma mental desde donde aprenderemos a escucharnos de verdad.
Si estás planteándote quién eres, qué te gusta o hacia dónde quieres dirigir tu vida es porque ya has dado uno de los pasos más importantes de tu vida, PENSAR POR TI MISMA. Así que, aunque te pueda resultar angustioso a veces, estás en el momento perfecto para hacer limpieza mental y material, y para reubicarte. Es el mejor momento para ser tú misma, todo lo que vaya en sintonía con quién eres te encontrará en tu camino.
La fórmula perfecta para encontrarte de nuevo reside en vivir el presente, aprender a escucharte y simplemente ser. Suena sencillo, pero en esta sociedad de mascaras y disfraces en la que vivimos a veces se hace de lo más complicado.
Un abrazo,
VaNova