Por siglos hemos intentando definir EL AMOR.
Indudablemente todo debe comenzar por el amor propio, pues solo si estamos repletos de luz y de un sentimiento de aceptación y bondad dentro de nosotros, podemos compartir con los demás este sentir.
Cuando dejemos de pelear con nuestra esencia, podremos sentir las verdaderas vibraciones del corazón, cuando soltamos las expectativas y nos dejamos abrazar por las posibilidades, disfrutaremos cada instante.
Dentro del contexto del amor, lo que importa es la intención que nos mueve, no tanto el resultado.
Es un ejercicio que requiere razón y corazón en justa proporción.
?Cuando decidimos conscientemente amar al otro, debemos brindarle la oportunidad de ser escuchado, de aceptar su experiencia sin pretender cambiarle, sino comprenderle; ofrecerle un espacio en el que pueda descubrirse sin miedo a ser calificado, en el que sienta la confianza de abrirse sin ser forzado a revelar aquello que considera privado; es reconocer y mostrar que tiene el derecho inalienable de elegir su propio camino, aunque éste no coincida con el tuyo; es ayudarle amorosamente a descubrir su verdad interior por sí mismo, a su manera, apreciarlo sin condiciones, sin juzgarlo, ni reprobarlo, sin pedirle que se amolde a tus ideales, sin exigirle que actúe de acuerdo con tus expectativas; es valorarlo por ser quien es, no por como tu desearías que fuera; es confiar en su capacidad de aprender de sus errores y de levantarse de sus caídas más fuerte y más maduro y compartirle tu fe y confianza en su poder como ser humano?.
Cuando nos aventuramos en una relación de pareja, debemos ir tras esa meta poderosa de llevar al otro ?a su mejor versión de sí mismo? y permitir que lo propio suceda con nosotros. Crecer juntos y disfrutar de ese sentimiento que transmuta los temores y nos acerca a sensaciones de plenitud y eternidad.
Que esta sea una maravillosa semana para ti y en la que seas cada vez más consciente del sentido del AMOR en tu existencia.
PAOLA ANDREA LONDOÑO MORENO
Terapeuta de Reiki
@Ateneareiki