Es posible que ciertas acciones previas a irnos a la cama sean las responsables de ese mal descanso, por ejemplo se deben evitar las cenas copiosas y comer hasta sentirnos totalmente saciados y con la consecuente pesadez o ardor de estómago que esto supondrá.
En cuanto a la bebida, los refrescos contribuyen a aumentar la sensación de hinchazón y malestar por los gases que estos aportan, por lo que se deben evitar siempre y más aun en las cenas. Además, el beber a través de pajitas también aumentará los gases y esa molesta sensación.
La ingesta de alcohol también puede contribuir a una mala calidad del sueño, ya que a priori todos podemos pensar que el alcohol nos dará sueño, y así es, pero resulta un sueño de baja calidad y con interrupciones del mismo según estudios. Por esto, no es correcto recurrir a tomar alcohol como una solución a la falta de sueño.
Otro de los grandes enemigos de no tener un buen descanso lo encontramos en las bebidas que contienen componentes excitantes como la cafeína o la teína; con esto nos referimos a café, té, bebidas de cola o energéticas (Red Bull, Burn) que debemos evitar en las horas previas al descanso.
Así como la cena no debe ser copiosa, es importante elegir el tipo de condimentos que usamos y se deben evitar algunos de ellos más fuertes como son guindillas, curry, jengibre o pimienta que pueden irritar la mucosa gástrica. En cambio hay otros que aportarán sabor a nuestros platos y resultan suaves para las digestiones como son orégano, laurel o romero.
Algunas salsas que aportan un sabor demasiado fuerte también deben evitarse como kétchup, mostaza o tabasco, sustituyéndolas por otras más suaves como salsa de setas, de tomate natural o mayonesa ligera.
De igual modo que estas acciones pueden ayudar a un mal descanso, existen otras que nos pueden ayudar a mejorarlo:
Por ejemplo, realizar cenas ligeras, en las que pueden incluirse alguna sopa o crema de verdura y una tortilla francesa o filete de pollo o pavo a la plancha, junto con una pieza de fruta como postre.
Por otra parte si el problema es una sensación de hambre a mitad de la noche, una solución puede ser realizar una pequeña re-cena (muy ligera) previa a acostarnos en la que podemos incluir un yogur desnatado o un vaso de leche caliente para evitar levantarnos a medianoche si es ese nuestro problema.
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