Debido a estas características, se considera un alimento muy práctico para aquellas personas que tienen problemas de anemia, debilidad, astenia, malnutrición, así como otros problemas de importancia.
La alfalfa es una planta que la pueden consumir tanto los hombres y mujeres cómo los animales. Según se piensa, es una de las primera plantas que fueron plantadas por el hombre,.
Características de la Alfalfa
La alfalfa es originaria del “Imperio Persa” (es decir, de países cómo Siria, Irán, Turquía, Irak o Afganistán), aunque hoy en día la podemos encontrar en prácticamente cualquier lugar del mundo. Durante la época del Imperio Persa era cultivada para dar de comer a los caballos.
Podemos encontrar muchas referencias de la Alfalfa a lo largo de los siglos. Por ejemplo, algunos escritos procedentes del “Imperio Romano” explicaban con detalle porque era una planta tan importante para la sociedad, cómo cultivarla y la forma de explotación que seguían en ese momento del tiempo. Sin embargo, una vez que el imperio cayó, la planta desapareció completamente de Europa.
No llegaría a España hasta que los árabes la transportaron desde Persia, lugar en dónde se comercializó durante mucho tiempo.
Cruzado el Pacífico, en el año 1519, llegaría a Méjico, Perú y Chile. Una vez en ese destino, sería trasladada hacia Argentina y finalmente, en el año 1860, a los EEUU.
Estas son las principales características de la Alfalfa:
Altura: Lo más normal es que la planta crezca entre los 30 y los 60 cm de altura.
Tipo de raíz: La raíz de la planta es robusta, profunda y larga. De la misma emergen otras raíces secundarias, diseñadas para la captación de aquellos minerales que están más lejos de la superficie. Gracias a ello, la planta puede sobrevivir en hasta entornos hostiles.
Tallo: En relación con los tallos, estos tienen una forma muy delgada, aunque cuentan con la fuerza suficiente como para aguantar el peso de las hojas. Esta estabilidad hace que la planta sea propicia para conseguir la siembra.
Hojas: Integra hojas ovaladas y trifoliadas. Se caracterizan por tener unas orillas lisas, con los bordes superiores levantados.
Flores: Las flores se van desarrollando en racimos que crecen desde la zona de las axilas hasta abarcar las hojas. Se caracterizan por su elegante color violeta pálido. Sin embargo, cómo excepción también las podemos encontrar en tonalidades blancas o rojas.
Fruto: El fruto es una legumbre que no llegará a desarrollarse hasta que llegue a la madurez, momento en el que se liberarán las semillas. A diferencia de otras plantas similares, esta no tiene espinas.
Semillas: Cada fruto puede contener entre 2-6 semillas con un característico color amarillo, con una longitud de entre 1.5 2.5mm.
Beneficios de la alfalfa
Combate la anemia
La alfalfa tiene un alto contenido de vitamina C y hierro, componentes clave para prevenir y contrarrestar los síntomas de la anemia. Se puede consumir fresca, o bien en muchas recetas de cocina.
Incluso hasta nos podemos preparar una infusión con esta planta para poder aprovecharnos de todas las propiedades que nos ofrece.
Ayuda a hacer la digestión
Las comidas copiosas ya no resultarán un problema con una infusión de alfalfa. Ayuda a hacer la digestión, a absorber nutrientes y a evitar indigestiones o inflamaciones en la zona abdominal.
Un buen remedio para artrosis o artritis
Si tenemos estas dolencias, se puede preparar un remedio de alfafa con aplicación externa y local en la zona afectada. Se hace un emplasto de alfalfa que contribuirá a reducir la inflamación, además de ser un buen recurso para mejorar la movilidad en estas dolencias.
Combate los síntomas de la tiroides
La Alfalfa tiene Tirotropina TSH, que no es otra cosa que un símil de la hormona que tiene el mismo nombre. Estamos hablando de un estimulante de la glándula tiroides.
Si tu endocrino te ha diagnosticado un caso de hipotiroidismo o de hipertiroidismo, la alfalfa es uno de los alimentos que más te pueden ayudar a combatirlo.
Beneficios para la piel
También puede resultar muy beneficiosa para la piel con una aplicación externa en la zona deseada. Esto es debido a que integra un elevado nivel de curamarina. Se puede utilizar en caso de acné, para el tratamiento de heridas superficiales, para tratar eccemas, psoriasis, o dermatitis de diferente índole.
Remedio para combatir el cansancio
Esta planta está recomendada por los expertos para combatir el cansancio y la ansiedad. Si estamos cansados, o nos hemos fatigado después de hacer deporte, una infusión de alfalfa puede ser una buena solución para recuperarnos cuanto antes.
También es una buena opción si nos estamos recuperando de una operación.
Previene la retención de líquidos
Otro beneficio importante de la planta es que ayuda a evitar la retención de líquidos. Esto resulta muy interesante para aquellas personas que padecen de edema.
Para bajar la fiebre
La alfalfa también es un remedio natural que se ha utilizado durante siglos para bajar la fiebre. Se debe tomar en infusión y tomarla poco a poco, una vez que se haya enfriado. Tiene propiedades antipiréticas, consiguiendo tratar las infecciones que podrían producir la fiebre.
¿Contraindicaciones?
Los brotes o germinados de alfalfa no se recomiendan durante el proceso de embarazo o lactancia. Tampoco se debe consumir en caso de trastornos autoinmunes.
Remedio casero de alfalfa para prevenir la caída del cabello
Para hacer este remedio nos hará falta alfalfa, lechuga y zanahoria.
Podemos a hervir todos estos ingredientes en una olla con abundante agua.
Dejamos que hierva hasta que quede poca agua.
Usamos un colador para extraer tan sólo el líquido. Este remedio lo podemos consumir una vez al día. Está considerado una de las mejores opciones para retrasar la caída del cabello.
Añade alfalfa a tu dieta y verás cómo mejora tu salud en general.