Así como nos podemos volver adictas a una sustancia, una comida, un sentimiento o una pareja; también es posible que te vuelvas adicta al celular.
¿Cuántas veces no decimos a diario que si perdemos nuestro teléfono inteligente, es como si perdiéramos la vida? Esa afirmación que puede sonar como una simple broma, en algunos casos, puede ser una señal de alerta.
Nuestros celulares se han convertido en una extensión de nosotras mismas: de nuestra memoria, de nuestra agenda y hasta de nuestras relaciones.
No está mal disfrutar de las bondades que nos ofrecen los adelantos tecnológicos, pero cuando esa relación se vuelve enfermiza. ¡Ojo!
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Para algunas personas con teléfonos celulares, la sensación de agitación en el estómago cuando se dan cuenta de que lo han perdido o de que está inoperativo, va mucho más allá de una preocupación normal
Tanto la pérdida de su teléfono, como el hecho de quedarse sin recepción, batería o megas de navegación, es realmente una razón para entrar en pánico para quien es una adicta al celular.
¿Adicta al celular? ¿Has oído la palabra nomofobia?
Ese miedo abrumador que desata el hecho de estar fuera de contacto a través del teléfono móvil y que puede llegar a provocar efectos secundarios físicos, tal y como si estuvieses enferma, se llama nomofobia y es de reciente estudio.
El término nomofobia viene de la abreviatura en inglés de nomophobi: no-mobile-phone-phobia.
Algunas personas pueden llegar a sufrir ataques de pánico, dificultad para respirar, mareos, temblores, sudoración, aceleración del ritmo cardíaco, dolor de pecho y náuseas cuando no tienen su teléfono operativo o lo perdieron.
Un estudio realizado en 2008 en el Reino Unido, concluyó que el ritmo de apego hacia los teléfonos celulares llevará a 5 de cada 10 usuarios a presentar, al menos alguna vez, un síntoma de dependencia al celular.
Este trabajo también concluyó que 4 de cada 10 personas en la actualidad tiene más de un teléfono para enfrentar ese temor a estar desconectada por mucho tiempo.
Esa y otras investigaciones han concluido que las mujeres entre los 18-24 años son más propensas a desarrollar dependencia al celular o dispositivos móviles.
Esto puede ser un trastorno grave, ya que puede dar lugar a alteraciones en el estilo de vida poco saludables. Por lo general, aquella mujer con cuadros de ansiedad previos, tiene más riesgo de ser adicta al celular.
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¿Cómo descubrir si soy adicta al celular?
Sientes un pánico o un sentimiento de pérdida indescriptible cuando pierdes tu teléfono, se agota tu batería, te quedas sin señal o no puedes navegar. También, tienes una ansiedad extrema cuando dejas olvidado tu teléfono o te separas de él.
Tienes reacciones exageradas a todos estos impedimentos técnicos que te impiden estar conectada: malhumor manifiesto, gritos, ataques de ira. Se pueden acompañar de taquicardias, sudoración excesiva o mareos.
Revisas obsesivamente tu cartera o tus bolsillos para asegurarte de que tiene tu teléfono celular o dispositivo móvil.
También, chequeas con frecuencia que te quede batería suficiente y recargas cada cierto tiempo tu celular, aunque tu pila no esté en sus límites más bajos.
Te llevas con frecuencia tu teléfono para revisarlo en lugares inapropiados como el baño, la tina, mientras estás cocinando –corres el riesgo de tenerlo cerca del fuego- o en sitios como una iglesia, una fiesta; reuniones familiares, etc.
Tienes miedo de apagar tu teléfono. Y buscas cualquier excusa para no apretar el botón de off . El equipo permanece prendido las 24 horas.
La preocupación por la pérdida de tu teléfono celular está constantemente presente, a pesar de que te encuentres en algún lugar seguro.
Esta fobia o miedo irracional ha persistido durante un período de tiempo significativo y está afectando tu vida cotidiana o salud.
Cambias frecuentemente –varias veces al día- por cuestiones de ocio tu foto de perfil en redes sociales; publicas muchos mensajes en Twitter o en distintas redes aunque no tenga nada que ver con tu trabajo
Además, cuando eres adicta al celular, eres capaz de dejar de comer o dormir frecuentemente por estar navegando; actualizando tus redes sociales o sosteniendo conversciones virtuales.
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¿Por qué llegas a convertirte en adicta al celular?
La necesidad de seguridad y aceptación pueden llevarte a desarrollar una relación de dependencia con personas u objetos, incluido tu celular
A través de los teléfonos inteligentes, es más fácil ser aceptada, crear redes de amigos –así sea virtuales- al dar una imagen contraria a la real o llenar esos vacíos de relaciones que puedas tener en tu vida.
Además, como te dijimos antes, las personas con cuadros de ansiedad previos, o depresión, son más vulnerables a desarrollar adicción al celular.
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¿Cómo puedo dejar de ser una adicta al celular?
Los tratamientos para las fobias se pueden abordar desde varios ángulos diferentes, tales como terapias individuales o de grupo. En casos más extremos, como pasa con otros tipos de fobia, deberás ser medicada.
Con las terapias individuales de exposición, te expondrán a las situaciones que te causan pánico, primero a través de la mente y luego en situaciones de la vida real. Un terapeuta pueden sugerirte una terapia de desconexión por etapas.
Las personas con nomofobia pueden probar también con métodos de autoayuda para hacer frente a los síntomas.
La práctica de técnicas de relajación como la respiración profunda, el yoga y la relajación de los músculos puede ayudar a lidiar con los síntomas emocionales y físicas de una fobia severa.
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Como la tecnología también te ofrece un abánico de soluciones a los problemas que causa, existen ciertas apps que te permiten programar tu tiempo libre, te avisan cuánto tiempo malgastas en tu teléfono y hasta te pueden avisar cuánto tiempo logras estar offline.
Sin excusas
Convertirte en una adicta al celular no debería ser una sorpresa, es simplemente una extensión de la necesidad humana de conexión que se nos ha ido saliendo de las manos.
En estos tiempos modernos en los que abundan las redes sociales, internet de alta velocidad y los ordenadores portátiles, las personas se sienten más conectadas que nunca y perder esa sensación las puede llevar a sentirse aisladas.
Sin embargo, es importante estar en paz cuanto estás desconectada, porque como dicen por ahí, ¡los mejores momentos de la vida no se publican! Y la historia sigue corriendo, estés o no estés conectada.
Hay una delgada línea entre ser adicta al celular y de verdad, necesitar estar muy conectada por motivos laborales. Pero aunque delgada, debe existir.
Hay trabajos que de verdad requieren una conexión constante, pero incluso esos empleadores o tú misma debes establecer horarios que te permitan respetar tus espacios de vida y entretenimiento.
¡Una herramienta de trabajo debe ser solo eso! Recuerda que la tecnología se hizo para solucionarnos la vida y no para complicarla más.
Informarse es el primer paso; luego, debes admitir que eres adicta al celular y buscarla ayuda especializada que te permita trabajar en tu ansiedad y superar este miedo irracional a estar sin teléfono.
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