Uno no se da cuenta de lo que hace hasta que se para a reflexionar sobre ello. Hasta ahora he escrito sobre muy diversos temas, para individuos de casi todas las edades. Pero sobre lo que nunca he escrito es sobre lo que hago yo. Os he dicho hasta la saciedad que soy enfermera, he aportado experiencias de mi pasado, conocimientos engrosados con una buena fuente de datos y bibliografía especializada; pero lo que nunca he hecho ha sido escribir sobre mí o sobre mi trabajo, quizás por no querer ser la protagonista del blog, o quizás porque nunca consideré la posibilidad de contar lo que hago.
Llevo casi 24 horas reflexionando sobre lo que hago a diario y creo que tengo la necesidad de desahogarme y contaros a qué me dedico. Es aquí donde os dejo elegir si queréis seguir leyendo o si preferís pasar del tema y dedicaros a leer otra cosa.Una vez que paséis esta delicada línea ya no habrá marcha atrás.
Mi quehacer diario consiste en trabajar dentro del bloque quirúrgico, en una sala acondicionada para el cuidado del paciente en estado postquirúrgico inmediato.Se conoce por diferentes nombres: reanimación, UCPA, URPA, despertar... la cuestión es que sea donde sea, no importa el hospital del que estemos hablando, todos los cuidados son similares, es lo que tiene la universalidad de la enfermería.
Los pacientes entran y salen y durante su estancia les cuidamos para que la recuperación de la anestesia sea lo menos desagradable posible. No todos los días se consigue, por desgracia, pero sigo trabajando en ello a diario.
Hay pacientes que tienen una recuperación muy rápida y en seguida llegan a planta, pero hay pacientes que, por diferentes factores, se complican.
No es que se compliquen ellos, es que se complica su recuperación.
Se depende de demasiados factores, la edad, el estado de salud previa a la intervención quirúrgica, la agresividad de la intervención...Y aunque cueste admitirlo, nosotros, los sanitarios, también somos un factor a tener en cuenta, nuestra pericia, nuestros conocimientos, nuestro entrenamiento, y nuestro nivel de descanso-estrés.
Siempre hay un paciente que me tiene "absorbida". Desde que entra en la sala con los compañeros que han estado con él en el quirófano, mientras me dan "el cambio" y me cuentan lo más importante de su estado durante la intervención, ya me tiene atrapada, solo con la primera frase ya me hago una idea que cuánto tiempo voy a permanecer a su lado.
La frecuencia cardíaca, la saturación de oxígeno, la tensión arterial, la sonda vesical, los redones, el drenaje, el dolor, las náuseas, más dolor, enfermera por favor un calmante que me duele mucho, y sigo, la glucemia, el valor de la hemoglobina, el potasio, el sodio, el calcio, tengo más dolor, la dolantina, la morfina, el catéter epidural; tengo sed, ¿puedo beber?; díganle a mi hija que ya salí por favor...
"Y nos dieron las 10 y las 11 , las 12 la 1 las 2 y las 3"... y yo pegada a mi paciente y mi paciente pegado a mí. No se bebe, no se come y no se va al baño... ¿el paciente? No, el paciente no, estoy hablando de la enfermera (enfermero) que está cuidando de él.
Abrimos los redones , aquello mana como un grifo abierto, ¡Para eso! Gritas en tu interior, y como tu interior tiene vida propia, lo paras, miras a tu compañera y sales pitando a llamar al anestesista responsable del paciente, "abre xxxx; carga zzzz; ponle yyyy; sácale mmmm; pínchale bbbbb; quiero lllll"; a la velocidad del rayo haces todo lo que te piden, te acuerdas de todo como si lo hubieras ordenado tú, te ofuscas y la medicación zzzz no la encuentras, pones patas arriba al servicio y envías un helicóptero de rescate a farmacia para que te lo sirvan urgentemente, hasta que una alma caritativa llega a tu lado y te lo da... estaba delante de tus narices pero no lo viste... ¡qué estrés!.
Llegan las 3 de la tarde y se ha acabado tu turno, te tienes que ir, pero no puedes, hace sólo 5 minutos tu paciente te ha mirado a los ojos y con una lágrima brotando en cada uno de ellos te pregunta :"¿Ana, te vas?, ¿ y quien cuidará ahora de mí?"
No, no lo hagas, no llores, no me llames por mi nombre, llevo 5 horas pegada a ti, cuidándote, siendo fuerte por ti, no hagas que me derrumbe, si coges mi mano, si me llamas por mi nombre, si lloras te llevaré durante varios días en mi mente, no te podré sacar de ahí hasta saber cómo transcurre tu estancia en el hospital...no me hagas eso...mi pobre corazón también sufre.¿No te das cuenta que podías haberte "ido" y te agarré para que te quedaras conmigo?; yo no soy mejor que nadie, pero he sido tu enfermera y tú mi paciente durante 5 interminables horas.