1. El Gaslighting no tiene que ser deliberado
¿Tu pareja te dice que lo que recuerdas no es lo que ocurrió, o que hiciste o dijiste algo que no recuerdas? No es necesario que el Gaslighting se lleve a cabo por un plan deliberado. El Gaslighting sólo requiere la creencia de que es aceptable sobrescribir la realidad de otra persona. El resto simplemente ocurre de manera natural cuando una persona que tiene esta creencia se siente amenazado/a. Por instinto aprendemos a controlar y manipular a los demás de forma muy natural.
La característica distintiva entre alguien aplica el Gaslighting y quién no, es la internalización del paradigma de propiedad. Y en mi experiencia, la identificación de que el paradigma es mucho más fácil de reconocer que el gaslighting. El Gaslighting tiende a ser un segundo paso cuando la intimidación no surte efecto.
A mi parecer el gaslighting es además un fenómeno cultural e interpersonal en una escala sin precedentes, y es el resultado de un marco social donde pretendemos que todo el mundo es igual, mientras que a la vez se preserva la desigualdad. Se puede ver en los medios de comunicación constantemente. Por ejemplo, cada vez que ocurre un crimen es retratado como un caso aislado, políticos que hacen algo y después lo niegan, esto es gaslighting. Los medios de comunicación te están diciendo que, lo que tu sabes que no es verdad sí lo es.
La violencia en la pareja no fue vista como un delito hasta la década de 1970. Entonces, ¿en los últimos cuarenta años, identificamos las creencias que causan la violencia en la pareja? No. Pero ahora si una persona agrede a su pareja, por lo general, se considerará una mala persona. Entonces, ¿qué se hace, con todas las creencias que conducen a la violencia, si la violencia no es una opción aceptable? Se utiliza la manipulación, y el uso de gaslighting.
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2. Manipulación y Gaslighting son Comportamientos Distintos
Tal vez una mejor manera de entender esto es que el gaslighting es un tipo de manipulación, pero no es el único. La manipulación generalmente se centra en la amenaza directa o indirecta para influir en el comportamiento de otra persona. El Gaslighting utiliza amenazas también, pero tiene el objetivo de cambiar lo que una persona es, no sólo su comportamiento.
Es importante reconocer que gaslighting y las variadas conductas de manipulación no son lo mismo. Ambas cosas deterioran el autoestima de la victima, pero cuando el gaslighting es eficaz puede dañar seriamente la confianza en una mismo y su experiencia de la realidad.
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3. El Gaslighting no siempre implica ira o intimidación
En el libro “The Gaslight Effect” de la Dra. Robin Stern se habla de un tipo de gaslighting llamado “glamour gaslighting”: Aquí es donde el gaslighter (la persona que manipula) te muestra especial atención, pero de hecho nunca te da lo que necesitas. Luego te pone en un pedestal, aunque no se encuentre presente. De hecho, se puede enojar contigo cuando necesitas apoyo emocional. Por lo tanto para la victima, después de un tiempo, puede ser difícil identificar por qué se siente tan sola y vacía.
En otro tipo de gaslighting, quién manipula siempre se hace ver como la víctima. Siempre que aparezca un problema, el otro termina por pedir disculpas para terminar la conversación. Este tipo de interacciones pueden ser desgastantes. Aunque el dentro de la categoría se dice que cada relación es distinta se puede ver un patrón específico. Si lo pudiésemos observar en testimonio sería algo como esto, lo que pasa por sus mentes:
Victima:
Me gustaría decirle algo. Pero tendrá una fuerte reacción emocional, muy por encima de lo que yo espere. Me gustaría dar marcha atrás para tratar de averiguar lo que dijo y cómo hacerlo mejor.
Me acusa de incoherente cuando hablo de algo que ocurrió en el pasado.
Bastaría tratar de explicarle que solo trataba de comunicarme mejor porque claramente estaba fallando.
Me dice que si dudo implica que estoy mintiendo.
Yo pensaba: No, no sé que no estoy mintiendo. Tal vez simplemente no puedo recordar bien.
Parecía que nunca iba a volver al problema inicial. Normalmente terminaba llorando histéricamente.
Gaslighter:
Parece que no puedes confiar en tu memoria
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4. Es normal no ser capaz de recordar lo que pasó
Es normal no ser capaz de recordar lo que pasó. Esto, más que nada es algo que yo desearía haber sabido.
Era un secreto que guardaba, que se alimentaba de mis dudas y culpa, años después de terminar la relación. Solía quedarme en blanco. Recuerdo que deseaba comenzar una conversación segura de mi misma y terminaba muy abrumada.
Apenas unos días después de que ocurrían las cosas, no era capaz de recordar lo que sucedió en el ínterin. Yo ni siquiera era capaz de recordar de que se trataba la conversación. Luego, decía que dejara de jugar con él, que sabía perfectamente qué era lo que yo quería. También ocurría esto en frente de amistades lo que me aumentaba los nervios.
Es una de las razones por las que dejé la relación, porque no podía entender lo que estaba ocurriendo o cómo solucionarlo, y no podía soportar la idea de estar “jugando o engañando a alguien”. He cavado en mis recuerdos, tratando de entender qué estaba experimentando él. Qué fue lo que yo realmente hice.
Y me he dado cuenta de algunas cosas en mí que necesitaba cambiar, como todas las personas que echan una mirada profunda en sus propias tendencias de maltratador. Pero no pude, en mi propia memoria, encontrar qué era lo que él vio en mí.
No he podido encontrar a la narcisista. Tampoco he podido encontrar a la vil manipuladora. No pude encontrar a la rompe hogares. Pero quedaron muchos huecos en mi memoria. Completamente borrados. Y me preguntaba, ¿Es que cuándo pasó eso? Cuando lo maltraté
Perder puntos en tu memoria hace que sea muy plausible cuando alguien te dice que no puedes confiar en lo que estas diciendo. Lo que también hace que sea una “idea aceptable” cuando te dicen que dejes de fingir y de jugar con ellos (o maltratarlos).
Además es normal perder o mezclar recuerdos cuando estás siendo victima del gaslighting. De hecho, es uno de los signos que debes buscar. Puede ser un buen indicador para salir de ahí.
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5. Hay Distintas Etapas (Y puedes mejorar después de terminar la relación)
Un gaslighter simplemente no necesita estar en lo correcto. Solo necesitan que TÚ creas que está en lo correcto. Revisa las siguientes etapas desde el punto de vista de la victima:
En la etapa uno, sabes que está haciendo el ridículo, pero de todos modos discutes. Se puede pelear durante horas, sin resolución. Discutes por cosas que no deberían ser un tema de debate – tus sentimientos, tus opiniones, tu experiencia del mundo. Discutes porque necesitas tener la razón, ser entendida, o necesitas obtener su aprobación. En la primera etapa, todavía crees en ti, pero también inconscientemente, pones tus creencias en debate.
En la etapa dos, consideras primero el punto de vista de tu gaslighter y tratas desesperadamente de hacerle ver tu punto de vista. Continúas enganchada porque tienes miedo de lo que diga su perspectiva de ti. Entonces ahora, ganando una discusión tienes un objetivo: demostrar que sigues siendo buena, amable, y que vales la pena.
En la etapa tres, cuando estás herida, primero te preguntas, ¿Qué tengo de malo? Consideras su punto de vista como normal. Comienzas a perder tu capacidad para hacer tus propios juicios. Te obsesionas con comprenderlo y ver su punto de vista. Vives y te obsesionas con cada crítica, tratando de resolverla.
Muchas víctimas del gaslighting pueden terminar la relación sin llegar a la etapa tres, sin embargo la misma duda en la persona y la culpa -producto de la relación manipuladora-, dejan su marca y a la persona le persigue la necesidad de resolverse a si misma. Por lo tanto aún cuando la víctima puede haber dejado a la pareja intenta la amistad. Pero eso solo alarga el maltrato, el mejor consejo que puedes obtener es dejar absolutamente todo lo que tenga que ver con esa persona.
Y cuando digo dejar absolutamente todo, me refiero a no concretar ningún contacto. Distánciate de amigos mutuos. Bloquea a tu gaslighter de redes sociales. Pide a tus amigos no compartir nueva información tuya a menos que sea necesario por tu seguridad.
Manda al diablo a cualquiera que te diga que estás inventando lo que sabes que es verdad. Necesitas espacio para sanar y dejar ese mal ciclo de pensamiento.
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6. Hay de distintos rasgos que te hacen más susceptible al gaslighting, pero también pueden empoderarte
Hay tres rasgos distintivos que te pueden hacer caer en una tormenta de gaslighting. Estas tendencias son la necesidad de tener la razón, la necesidad de ser entendido/a, y de la necesidad de aprobación. Además, ciertos rasgos, como el ser “demasiado” empático, ser quién cuida de otra persona, la necesidad de idealizar a tu pareja, y ser una persona “complaciente” – podrían hacerte más susceptible.
Sin embargo, tampoco te recomiendo intentar borrar todos estos aspectos de tu persona: Tomas mucho cuidado por tus convicciones, y otras personas. Quieres entender y ser entendido/a. Te preocupas por tu efecto sobre otras personas, y estás dispuesto/a a cambiar para dar cabida a las personas que te rodean, y todo lo anterior son rasgos invaluables en una persona.
Todo esto a pesar de que quizás tu manipulador gaslighter te dijo que eras egoísta, cruel y distante. Y entonces, tal vez, tu psicólogo onine te dijo que necesitabas dejar de preocuparte tanto porque se trata de una forma de maltrato. ¿Qué hacer?
La empatía es importante para todos, ser empático NO es signo de debilidad. La capacidad para escuchar las críticas y, después cambiar para mejor, basándote en la retroalimentación es también un punto a favor. No dejes que nadie te diga lo contrario. De todos modos debes revisar esta capacidad para cambiar, ya que puedes estarlo haciendo para la persona equivocada.
El cambio debe hacerte mejor persona, no aplastarte bajo tus dudas. Los cambios que hagas deben aumentar el amor que te tienes a ti mismo/a. Te debe hacer más fuerte, más consiente, más directo, más individualizado y más compasivo/a.
El dolor de crecimiento es diferente al dolor de la destrucción. Uno te llena de amor y de orgullo, incluso en tiempos difíciles, y el otro te llena de pena y miedo. Nadie debe usar la pena o el miedo para tratar de obtener algo a cambio.
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7. Tú siempre sabes cual es tu verdad, y siempre la sabrás
Tu gaslighter no te ve. Para él o ella, simplemente eres una sombra a su lado, tratando de no llamar la atención, mientras te muestran su imagen de ti con amor y atención. Y no importa que tanto tu mente este hecha una madeja, sabes que esto es cierto. Sabes que el espacio que ocupas, incluso si te odias por ello. Si miras hacia atrás, si buscas en tu interior, verás que siempre supiste que algo estaba mal.
Puedes sentir que perdiste tu esencia. Pero siempre estuvo ahí Intacta. El sistema de alarma, que siempre ha funcionado bien. Solo que aprendiste a dejar de escucharlo. No te has perdido tanto como piensas.
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8. El final del juego no es la confrontación, es no engancharte
Un tópico bastante común en el cine y la literatura es el sobreviviente que se enfrenta a su agresor. Se enfrentan a ellos años más tarde, y en ese momento se muestran a sí mismos y al agresor que no tienen que tener miedo nunca más.
La confrontación en estos casos puede llevar al mismo circulo a la víctima, debido a su naturaleza pasivo-agresivo. Por eso no es vital en este caso, el confrontar a la otra persona. Se puede sacar ese miedo a través de la catarsis en terapia, y ejercitando tu habilidad para reforzar tus propios limites.
Cuando participas en cualquier forma, le estas diciendo a tu gaslighter y que tu realidad es tema de debate. Tu realidad no es un tema de debate.
Es posible que tengas en tu cabeza un millón de conversaciones que te están torturando. Tu realidad no es algo que para debatir. No tienes que ensayar para una conversación que nunca tendrás.
Resulta ridículo cuando alguien intenta decirte quién eres, lo que sientes, lo que piensas, lo que pretendes, o lo que experimentaste. Cuando esto sucede, debes estar enojado, perplejo, o incluso preocupado/a por esa persona.
Puedes detenerte, aturdido, y preguntar, ¿Qué te hace pensar que podrías saber lo que hay dentro de mí? ¿Estás bien?
En lugar de ello, muchas personas pueden encontrarse intentando que les entiendan: “¡No, no es eso lo que sucedió, no es lo que yo sentí, no es lo que yo siento!” Y esta es una respuesta razonable si la conversación tienen una conclusión. Pero si el objetivo de la conversación es un juego de poder, y no un intercambio de comprensión: nunca, nunca, jamás ganaras. Una solución para sentirte menos vulnerable al gaslighting es aprender a identificar el objetivo de una conversación.
Una conversación con el propósito de reciprocidad no debe hacer que sientas miedo, vergüenza, desorientación o confusión. No tienes que averiguar qué es lo que está haciendo la otra persona, sólo tienes que averiguar lo que estás sintiendo. Sólo tienes que distinguir cuando la reciprocidad no es el objetivo, y aprender a dejar de participar cuando eso sucede.
Prueba con las siguientes frases:
Entonces vamos a tener que estar de acuerdo en estar desacuerdo.
No me gusta cómo me siento ahora mismo, y quiero terminar esta conversación después (o nunca).
¿Qué?.
Estás tratando de decirme lo que yo experimento, y no estoy de acuerdo con eso.
No me contactes de nuevo.
Comunicar, comunicar, comunicar, ¿Verdad? No hay nada que no se pueda resolver con suficiente comunicación Podría ser un mantra, pero es un error.
Puedes resolver muchas cosas con la comunicación, siempre y cuando el objetivo de las dos personas sea la comprensión. Pero en el momento en que alguien intenta reemplazar lo que tu has vivido y experimentado, es el momento para dejar de comunicarte.
9. Debes Enfrentar la Amenaza
Cada interacción de gaslighting existe bajo la cubierta de algún tipo de amenaza. Puede comenzar por ejemplo como desaprobación, lo que hace pensar a la víctima que la relación está en peligro, y se puede ir intensificando gradualmente hasta que la persona tema por su propia vida.
Yo no tenía capacidad para enfrentar o resistir el gaslighting hasta que paso a paso, me enfrenté al temor que estas amenazas producían en mí.
Me dolió. Pasé una semana en cama y lloraba por todo lo que había pasado en la relación. Internamente, poco a poco intenté romper mis apegos a las cosas que hacían sentir atrapada.
Lloré por la inmensa vergüenza que sentía y traté de reunir la fuerza para mantenerme a flote. Primero me dolió la familia, de la cual deseaba mucho ser parte. Y después me dolió la relación con él. Por último, me preguntaba si a él le parecía bien hacerme responsable de su vida. No era fácil.
Y esto ocurrió seis meses antes de que la relación terminara. Pero cuando me di cuenta de que ya no quería estar en la relación, internamente ya había enfrentado todos mis miedos internos y mis inseguridades – lo que me hizo salir con fuerzas renovadas, y fui capaz de poner un pie delante del otro y salir por la puerta.
En este caso concreto enfrentar no significa plantar cara al agresor, sino totalmente lo opuesto, lo que enfrentas es tu miedo a cambiar de escena.
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10. El Gaslighting puede amplificarse a las familias, y otros grupos
Si se sabe que para la victima es difícil mantenerse firme cuando están tratando de reemplazar lo que es su realidad, cuando el gaslighter tiene un coro de aficionados, es casi imposible. Hay una razón por la cual en las sectas se lleva al involucrado a una ruptura completa de su personalidad. La manipulación y el maltrato en grupo son extremadamente eficaces en hacer daño.
En estos casos la victima constantemente teme por su bienestar y se puede avergonzar de no encajar con el colectivo, ya que ir contra corriente puede producir con un ataque coordinado. Lo mejor es estar con los ojos bien abiertos cuando convivimos en grupos de cualquier clase para evitar permitir cualquier clase de abuso, manipulación o maltrato.
Entiendo que se puede temer el poner fin a una relación, y nadie quiere ser el malo de la película. Pero todos nos merecemos no participar en relaciones donde la autoestima de cualquiera se deteriore. No importa de quién sea la culpa, y no importa si es justo o no. Hay más cosas en juego aquí. No debemos castigarnos unos a otros por hacer lo que debemos hacer para ser saludables y equilibrados.
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¿Crees haber experimentado esta dinámica en tu pareja, amistades o familia? Si es así, tal vez tu experiencia pueda inspirar a otros para enfrentar a eso que temen, y siempre termina por ser un espejismo. Recuerden: La autosuficiencia trae libertad. No te olvides de comentar aquí abajo . Nos vemos en otro post
Referencias:
The Gaslight Effect: How to Spot and Survive the Hidden Manipulation Others Use to Control Your Life. Dr. Robin Stern (2007)
Qué es el “Gaslighting” y por qué tienes que evitarlo con tu pareja. Alexandra Spuhr (2016)
Are You Being Gaslighted? Are you in a gaslighting relationship? Robin Stern. (2009)
Hacer luz de gas. Wikipedia. (2016)
10 Signos de que eres una victima de Gaslighting. David Wolfe. (2016)
La técnica de manipulación “gaslighting”. Inner Integration. (2016)
Algunas Consecuencias Clínicas de la Introyección: Gaslighting. Calef V & Weinshel EM. (1981)
Gaslighting, la tortura mental favorita de las parejas. Alba Muñoz. (2015)
Gaslighting: A Slow-Burning Emotional Abuse Tactic. Andrea Schneider. (2015)
Gaslight, la tortura psicológica más peligrosa del amor. Olympia Villagrán. (2016)
Gaslighting: Qué no es. Alfred MacDonald. (2012)
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