Toma conciencia de que te quejas
Para algunas personas, quejarse es una forma de vida, ni siquiera se dan cuenta de que lo están haciendo. Naturalmente, han desarrollado este mal hábito de quejarse de su jefe, su trabajo, sus horarios, su fatiga o el clima a las personas que los rodean.El primer paso para dejar de quejarte es darte cuenta de cuántas veces te quejas al día. Puedes escribir esto en un cuaderno cada vez que te queje. Te aseguramos que los resultados pueden ser sorprendentes.
Comprende de dónde provienen estas quejas
El psicólogo Robin Kowalski ha definido las 5 principales razones por las que nos quejamos:Recibir atención: nos quejamos para llamar la atención de los demás
Ocultar la responsabilidad: acusar a otra persona, una empresa, una institución o un concepto para justificar nuestra inacción o para justificarnos.
Generar envidia: impulsados por el deseo de ser apreciados, nos quejamos de alguien para resaltar nuestras cualidades.
Alimentar nuestro poder: aseguramos nuestro lugar como líderes encontrando aliados frente a un enemigo común.
Justificar un mal desempeño: nos quejamos para explicar nuestro fracaso, encontramos circunstancias atenuantes.
Comprender las razones subyacentes de nuestras quejas es un paso esencial para dejar de quejarse. Cuando esta situación se agrava y nos dificulta nuestro día a día, lo conveniente es ir a un psicólogo o solicitar cita con un gabinete de psicología online que nos guíe y acompañe a superar las dificultades que tengamos en este proceso.
Esfuérzate por mantener una buena relación negativa / positiva
Para ello, siempre que tengas ganas de quejarte, trata de cubrir esa queja con cosas positivas. Por ejemplo, si te quejas de estar cansado, piensa y trata de expresar el lado positivo de esta fatiga: quizás sea porque tuviste una gran velada con amigos o porque te levantaste muy temprano para hacer un trabajo que te apasiona.Rodéate de gente positiva
Es muy difícil dejar de quejarse y criticar todo cuando estás rodeado de personas negativas. Ordena tus relaciones y no pases tus días con personas que pasan su tiempo quejándose.En cambio, rodéate de personas que tengan una actitud y energía positivas, y trata de meterte en su cabeza cuando tengas ganas de quejarte: ¿cómo habrían reaccionado en mi lugar? Los optimistas, como los pesimistas, son contagiosos.
Practica la gratitud
Esfuérzate por notar, y mejor aún, anotar todas las cosas por las que estás agradecido es un ejercicio rápido y fácil con resultados espectaculares.Toma un cuaderno y escribe al menos 3 razones por las que debes estar agradecido todos los días: entrenas tu cerebro para enfocarse en lo positivo en lugar de lo negativo.