Según los datos facilitados por la Asociación Española Contra el Cáncer (aecc), cada año se diagnostican en todo el mundo aproximadamente 160.000 casos de este tipo de cáncer de piel (el 1,5% de los tumores en ambos sexos).
Cómo distinguir un lunar normal de un melanoma
Por lo general, los melanomas no son dolorosos. Sin embargo, sí que existen algunos síntomas que alertan de un posible tumor cutáneo como el cambio de tamaño, de color o de forma de un lunar ya existente. No obstante, los melanomas pueden aparecer igualmente como lunares nuevos, negros o anormales. Ante la más mínima duda es aconsejable acudir a un dermatólogo.Es importante recordar que la mayoría de las personas tienen lunares y en casi todos los casos son benignos y no causan ningún problema de salud, por este motivo, y para no causar alarma, existen cuatro características que pueden ayudar a distinguir un lunar bueno de un melanoma:
Asimetría: es importante que ambos lados del lunar sean iguales.
Bordes: atención a los bordes desiguales, irregulares, borrosos o dentados.
Color: los más peligrosos son los rojizos, blanquecinos y azulados sobre lesiones de color negro.
Diámetro: lunares de más de 6 milímetros o que aumentan de tamaño.
Factores de riesgo
Existen una serie de condicionantes que pueden aumentar el riesgo de sufrir este tipo de cáncer de piel:Exceso de exposición a la radiación ultravioleta: esta sin duda es la causa principal de su aparición, ya sea por exposición inadecuada a los rayos de sol o por un excesivo e inadecuado uso de las lámparas bronceadoras.
Edad: lo más frecuente es que se presente en edades comprendidas entre los 30 y los 60 años, y aunque puede aparecer en niños, en estos últimos casos suelen ser relativamente benignos, sin dar metástasis.
Género: aunque en Europa existe una mayor incidencia de melanomas en mujeres, en líneas generales no hay predisposición por sexo. Sin embargo, si que hay diferencias en cuanto a las zonas donde aparece. Así, en las mujeres jóvenes suele aparecer en los miembros inferiores, mientras que en los varones mayores lo hace en tronco, cara, cuello y hombros.
Raza: el riesgo de aparición de melanoma es 20 veces superior en personas de raza blanca que en las de raza negra. Asimismo, dentro de la raza blanca varía en función del fototipo de cada uno.
Antecedentes: es más frecuente en personas que ya han tenido un melanoma o con algún familiar cercano que lo haya tenido.
Tipos
Existen cuatro tipos distintos de melanoma:Melanoma de extensión superficial: es el más frecuente en personas de raza blanca y se caracteriza por ser plano e irregular en forma y color, con sombras variables de negro y marrón. Aunque se puede producir en cualquier parte del cuerpo, lo más habitual es encontrarlo en la espalda y los miembros inferiores en mujeres, y en el tronco en hombres. La edad de aparición suele encontrarse entre los 30 y 50 años.
Léntigo maligno melanoma: es el más frecuente en personas de edad avanzada localizándose principalmente en cara, cuello y brazos.
Melanoma lentiginoso acro (MLA): es el menos común y lo suelen presentar personas de raza negra. Aparece en las palmas de las manos, las plantas de los pies o por debajo de las uñas.
Melanoma nodular: es el segundo tipo más frecuente y, sin duda, el más agresivo. Se caracteriza por aparecer en personas de entre 50 y 60 años, en el tronco, la cabeza o el cuello. Se distingue por tratarse de un área elevada de color azul-negro oscuro o rojo-azulado, aunque no siempre es así.
Diagnóstico, tratamiento y pronóstico
Para diagnosticar si la lesión cutánea se trata de un melanoma el dermatólogo llevará a cabo un examen en la piel, una biopsia y, en caso de que fuera necesario, otras pruebas de diagnóstico adicionales.En función del estadio en que se encuentre, se escogerá el mejor tratamiento para cada caso dentro de las opciones terapéuticas disponibles: cirugía, inmunoterapia, quimioterapia y radioterapia.
En cualquier caso, es muy importante el diagnóstico precoz ya que el pronóstico varía mucho de un estadio a otro. Así, mientras que en estadios iniciales la supervivencia es de prácticamente un 95%, en melanomas que se han metastasizado y afectan a un órgano importante no es mayor del 6%.
Prevención
Como en toda enfermedad, lo más importante es la prevención. En el caso de este tipo de cáncer de piel los expertos aconsejan:Evitar la exposición al sol durante las horas centrales del día.
Utilizar barreras físicas como sombreros o camisetas para evitar que el sol llegue a la piel.
Aplicar fotoprotectores adecuados para cada tipo de piel.
Usar gafas de sol que absorban el 100% de las radiaciones ultravioletas.
Beber abundante agua para evitar la deshidratación.
Protegerse igualmente en los días nublados.
Evitar el uso de lámparas bronceadoras.
Examinarse periódicamente los lunares.
Fuente: Asociación Española Contra el Cáncer (aecc)