El cáncer de piel ocurre cuando las células que forman parte de su estructura crecen y proliferan de forma anormal y descontrolada; este representa uno de los cánceres que se presentan con más frecuencia junto con el de pulmón, mama y próstata. La edad de aparición más común es después de los 60 años, es más frecuente en hombres con una relación de 2:1 y uno de los factores que más se asocia con su aparición es la exposición solar.
La piel es el órgano más grande que posee el cuerpo humano y se encarga de recubrir órganos internos, lo que ayuda a protegerlos de lesiones. Ella se divide en tres capas: Epidermis (más superficial), dermis e hipodermis (la más baja); las cuales vienen delimitadas por una membrana basal. En la epidermis, que es la capa más delgada, se encuentran las células escamosas, las basales y los melanocitos.
Entre otras funciones de la piel están: Funcionar como una barrera contra microorganismos, evitar la pérdida excesiva de agua y otros líquidos, ayudar a controlar la temperatura corporal, proteger al cuerpo de los rayos ultravioleta y ayudar al cuerpo a producir vitamina D.
Hay algunos países en los que el cáncer de piel es más común, como es el caso de Nueva Zelanda y Australia, mientras que la incidencia incrementa mientras más se acerque al Ecuador. Anualmente, se diagnostican aproximadamente 2 millones de nuevos casos de este tipo de cáncer.
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1.- ¿Dónde se origina el cáncer de piel?
El cáncer es una enfermedad que puede afectar a cualquier tejido del cuerpo y por lo tanto, a cualquier tipo de células. Es por esto que hay una gran diversidad con respecto a la patología y en vista de que la piel está compuesta por varias células, cualquiera de ellas se pueden ver afectadas. Entre los lugares en los que se puede originar están:
Células escamosas.
Células basales.
Melanocitos.
Células de Merkel.
Anexos de la piel: Como glándulas o folículos pilosos.
Cáncer de piel, ¿Cómo se llama?
Dependiendo de las células que se vean afectadas, este tipo de cáncer recibe varios términos:
Melanoma: Cuando el cáncer es de las células melanocíticas.
No melanoma: En este grupo se incluyen los carcinomas de células basales o escamosas.
Carcinoma de células de Merkel: Cuando las células afectadas son las de Merkel, pero este es un tipo que se presenta con poca frecuencia.
2.- Tipos de cáncer de piel:
El cáncer de piel se divide en dos grandes tipos y ellos son los que afectan a los melanocitos y los que no son de este tipo, es decir, los carcinomas de células escamosas o de células basales. Esta división se hace de esta manera debido a las diferencias en el comportamiento y las manifestaciones clínicas de cada tipo.
Cáncer de piel melanoma:
El melanoma es un tumor maligno que tiene su origen en los melanocitos.
Aunque ellos se localizan con más frecuencia en la piel (95%), también pueden presentarse en mucosas y casi nunca en meninges y retina.
Representa el 2,5% de todos los cánceres y a él se atribuyen del 1-2% de las muertes por cáncer.
Solo en un 25% de los casos aparecen en nevos preexistentes.
Tipos de melanoma:
Se distinguen cuatro:
Extensión superficial: Esta es la forma más frecuente de melanoma y representa el 70% de los casos. Se puede localizar en cualquier parte, sin embargo, en hombres es más común en el tórax, mientras que en mujeres, lo es en los miembros inferiores. La lesión se observa como una placa pigmentada y palpable de unos 1-2,5 cm de diámetro; el color puede ser marrón, pardo o negro. La edad media de presentación es a los 44 años y tiene una evolución crónica que va de 1-5 años.
Nodular: Representa del 10-15% de los casos de melanoma y se puede presentar en cualquier zona. Tiene la apariencia de una lesión papulo-nodular de color marrón oscuro o negro con áreas rosadas, con respecto al tamaño, suele tener un diámetro de 1 a 2 cm.
Lentigo maligno: Es una lesión pigmentada que aparece en áreas expuestas al sol (cara y cuello) y que se encuentra limitada a la epidermis. Se conoce como lentigo melanoma maligno cuando la lesión se vuelve invasiva. Representa entre el 4 y 15% de los casos de melanoma.
Acral: A pesar de que es la forma menos frecuente de melanoma porque representa del 2-8% de los casos, es la forma más común en personas de raza negra o asiáticas. Se puede localizar en palmas, plantas o región perinungueal. Suele observarse en persona mayores con una media de 65 años.
ABCD del melanoma:
Simetría: Los melanomas suelen ser asimétricos, es decir, que si se traza una línea imaginaria, las mitades resultantes no coinciden.
Bordes: Son irregulares, borrosos y lobulados.
Color: Hay más de un color en la misma lesión.
Diámetro: Se debe tener precaución con las lesiones mayores a 6 mm y que tienden a ir creciendo.
Cáncer de piel no melanoma:
Este es aquel que tiene su origen en otras células de la piel que no son los melanocitos y son los tipos de cáncer de piel más comunes. Entre ellos destacan los de origen epitelial, en donde se incluyen el carcinoma basocelular y el escamoso.
La piel representa el lugar de metástasis más frecuente.
La mayoría de las veces aparecen en áreas expuestas al sol (cara, cuello, miembros superiores).
Carcinoma basocelular:
Es el tipo de cáncer de piel de tipo no melanoma más frecuente y se suele presentar en personas menores de 40 años.
Se relaciona con la exposición a luz ultravioleta, radioterapia y con cicatrices post quemaduras.
Este tipo de carcinoma se localiza en relación con la distribución de folículos pilosebaceos y zonas de piel expuestas al sol.
Nunca afectan la mucosa vaginal, anal u oral.
Tipos:
Nodular: Este es el más frecuente y se presenta como una elevación en forma de domo con bordes irregulares. Cuando las lesiones son de gran tamaño, se observan vasos telangiectásicos.
Morfea: También conocido como esclerosante es un tipo poco común (2%). Tiene un color amarillento o blanquecino con bordes irregulares.
Superficial: Este es el tipo menos agresivo y representa el 10% de los casos. Aparece como una discreta placa con descamación fina, muy parecida a las lesiones de la psoriasis. Se localiza en el tórax o en los miembros.
Metatipico: También conocido como basoescamoso y se puede confundir con el tipo melanoma, debido a que tiene depósitos de melanina.
Clínica:
Debido a los distintos tipos que hay de carcinoma de células basales, las manifestaciones clínicas son variables, pudiéndose presentar como:
Lesión ulcerada o costrosa, la cual sangra y exuda; permaneciendo abierta por tres semanas o más.
Alguna lesión persistente de cualquier tipo que no cura.
Áreas rojizas o lesiones en forma de parches que se localizan en el tórax, hombros, brazos o piernas. Ellas pueden causar dolor o prurito.
Nódulos, los cuales pueden ser lustrosos, nacarados o traslucentes y con un color rosado, rojo o blanco. En personas de piel oscura se pueden confundir con un lunar porque son marrones o negros.
En vista de que las lesiones tienen una evolución crónica, pueden tener vasos finos en su superficie.
Carcinoma de células escamosas:
Este tipo de cáncer de piel se relaciona estrechamente con la exposición a luz ultravioleta.
La incidencia de esos casos incrementa si la persona tiene piel blanca, es de mayor edad y si vive en una latitud cercana al ecuador.
Frecuentemente se localizan en miembros y tronco.
Del 3-30% de las veces dan metástasis hacia vulva, pene, orejas, labios y cicatrices de quemaduras.
Las lesiones crecen rápidamente y no son dolorosas.
Manifestaciones clínicas:
La forma de presentación más típica son los nódulos elevados y bien definidos que son hiperqueratósicos.
Puede haber necrosis central y ulceración.
Ellos pueden aparecer en cualquier parte, incluyendo las mucosas oral y de los genitales.
Algunas veces, las lesiones pueden tener aspecto verrucoso o proliferativo, con una base de implantación ancha.
Si el carcinoma de células escamosas crece sobre una cicatriz de quemadura, esto se asocia a mal pronóstico. Lo mismo ocurre si aparecen sobre áreas que fueron expuestas a radiación.
¿Cuál es el tipo de cáncer de piel más común?
El tipo de cáncer de piel que se presenta con mayor frecuencia es el no melanoma, en donde se incluyen sus variantes que son de células escamosas o basales, siendo este último el más común.
3.- ¿Quién es más propenso al cáncer de piel?
Existen un grupo de factores de riesgo, los cuales incrementan la probabilidad de que una persona desarrolle la enfermedad. Mientras más factores de riesgo tenga una persona, habrá mayor probabilidad de que presente la enfermedad. Hay algunos de ellos que no pueden modificarse, pero los que más asocian con la patología, si pueden prevenirse.
Los factores de riesgo que se describen a continuación se aplican tanto al melanoma como a los carcinomas de piel:
Exposición a luz ultravioleta:
Este es uno de los principales factores de riesgo para el desarrollo de melanomas y otros tipos de cánceres de piel.
Entre las fuentes de luz ultravioleta están la luz solar, las camas bronceadoras y las lámparas solares.
Los rayos ultravioleta son los principales causantes de daño solar en la piel, ya que dañan el ADN de sus células.
Tener piel blanca:
Las personas de raza blanca tienen un mayor riesgo de padecer cáncer de piel, debido a la menor cantidad de melanina.
La melanina es el compuesto que le da pigmentación a la piel y le confiere protección a la misma en personas de raza negra o hispanos.
Las personas con tez blanca que se queman o se llenan de pecas fácilmente, tienen un riesgo incrementado de padecer cáncer de piel.
Las personas con albinismo son una población especialmente sensibles.
Para saber más sobre el albinismo, te recomiendo leer: Tipos de manchas más comunes en la piel y sus causas.
Envejecimiento:
A pesar de que el melanoma se presenta con más frecuencia en personas mayores, también se puede presentar en la juventud. La verdad, es que este es uno de los cánceres más comunes en menores de 30 años, especialmente en mujeres jóvenes.
El melanoma de carácter familiar se presenta a edades más tempranas.
El riesgo de padecer carcinoma de células escamosas y basales incrementa a medida que lo hace la edad. Esto puede relacionarse con la acumulación de la exposición solar.
Sexo masculino:
Los hombres tienen mayor predisposición a padecer carcinoma de células escamosas y basales. Al parecer esto se relaciona con el hecho de que ellos se exponen más al sol que las mujeres.
Estadísticamente se observa lo mismo en casos de melanomas, sólo que esto varía con la edad. Ya que después de los 45 años es que el riesgo es mayor para los hombres, pero por debajo de dicha edad, el riesgo es mayor para las mujeres.
Exposición a ciertos químicos:
Como es el arsénico, que en grandes cantidades incrementa el riesgo de padecer carcinoma de células escamosas o basales.
Otros químicos que se relacionan con el incremento del riesgo son: Algunos tipos de aceite, brea de carbón y parafina.
Exposición a radiación:
Las áreas que han sido sometidas a radioterapia tienen mayor posibilidad de desarrollar cáncer.
Este es un factor de riesgo a tener en cuenta en la infancia.
Antecedente de cáncer de piel:
Las personas que yan ha tenido alguno de los tipos de cánceres de piel, tienen mayor riesgo de padecer melanoma.
Alrededor del 5% de las personas afectadas por melanoma, desarrollarán un segundo en algún momento de su vida.
Sucede igual con el cáncer de células escamosas.
Lesiones graves o crónicas de la piel:
El riesgo que se asocia a dicho tipo de lesiones es muy pequeño, sin embargo está presente.
Esto se debe al daño repetido y a los procesos de reparación que pudieran llevar a una proliferación celular anormal.
Entre ellas están: Piel dañada por enfermedades inflamatorias graves, piel que recubre la zona en donde se produjo una lesión ósea grave y las cicatrices de quemaduras profundas.
Xerodermia pigmentosa:
Esta es una condición de origen hereditario, la cual afecta la capacidad que poseen las células de la piel para reparar el daño que puede sufrir su ADN.
El riesgo incrementa tanto para el cáncer de piel de tipo melanoma y no melanoma.
En áreas expuestas al sol es donde se suelen presentar las lesiones asociadas a esta enfermedad.
El cáncer se suele presentar desde la infancia.
Síndrome de nevo de células basales:
Este también se conoce como síndrome de Gorlin o síndrome del carcinoma nevoide de células basales.
Es una afección congénita poco frecuente que se caracteriza porque quien lo padece, presenta múltiples episodios de cánceres de células basales durante su vida.
Aparte de la piel, otros tejidos también pueden verse afectados, como: Tejido nervioso, ojos y huesos, especialmente la mandíbula.
Como es una enfermedad congénita, la mayoría de las veces se hereda de alguno de los padres.
El cáncer se desarrolla en la infancia o en la adolescencia y la exposición a rayos ultravioleta puede incrementar el número de tumores.
Inmunodepresión:
Cuando el sistema inmune se encuentra debilitado por enfermedades o tratamientos, hay mayor probabilidad de padecer cualquiera de los tipos de cánceres de piel incluyendo los que son poco comunes como el sarcoma de Kaposi y carcinoma de células de Merkel.
Cuando se presentan cánceres de piel en este tipo de pacientes, estos crecen más rápidamente y son más fatales.
Las situaciones inmunodepresoras más comunes incluyen el VIH/SIDA, tratamientos prolongados con corticoesteroides y trasplante de órganos.
Infección por el virus de papiloma humano:
Los virus del papiloma humano son múltiples y a pesar de que infectan a las personas, la mayoría de las veces esto es asintomático.
Sin embargo, hay algunos serotipos que pueden ocasionar lesiones como verrugas o papilomas.
La localización más común es en las manos, pero en estos casos no se relaciona con cáncer de piel.
Los que sí se relacionan son aquellos que ocasionan verrugas en las áreas genitales, anales o en los márgenes ungueales.
Tabaquismo:
Se relaciona con un incremento en el riesgo de padecer carcinoma de células escamosas, en especial, de los labios.
Lunares:
También conocidos como nevos, son pequeños tumores benignos y pigmentados. Ellos comienzan a aparecer en la infancia, pero no están presentes al nacer. A pesar de ser benignos, mientras más nevos tenga una persona, mayor será el riesgo de padecer melanoma.
Nevos displásicos: Estos son lunares atípicos, los cuales tienen características de nevos normales, pero también de melanomas. Tienen un mayor tamaño y presentan color o forma anormal. Ellos pueden aparecer en zonas expuestas al sol, así como en aquellas que no (glúteos, cuero cabelludo). Casi ninguno de ellos se convierte en melanoma.
Síndrome del melanoma de nevo múltiple atípico familiar: Esta es una condición hereditaria en donde la persona presenta múltiples nevos displásicos. El riesgo de desarrollar melanoma con este factor es muy alto. Por eso se recomiendan controles periódicos con un dermatólogo.
Nevos melanocíticos congénitos: Se llaman así a aquellos que están presentes desde el nacimiento. El riesgo de que alguno de ellos se convierta en melanoma va de 0-10% y esto depende del tamaño del nevo.
La probabilidad de que un lunar se convierta en cáncer es baja, sin embargo, aquellas personas que presentan muchos o que son irregulares, tienen un mayor riesgo de presentar melanoma.
Para saber más sobre los lunares, te recomiendo leer: ¿Qué son los lunares o nevos cutáneos?
Antecedente familiar:
Aproximadamente un 10% de los pacientes con melanoma, tiene un familiar con dicho diagnóstico.
Esto implica que si uno o varios familiares tienen o han tenido melanoma, el riesgo de padecerlo será más alto.
Esto puede deberse al estilo de vida compartido como familia, a mutaciones genéticas, familias de piel muy blanca o a una combinación de factores.
En personas que tienen familiares con diagnóstico de melanoma se recomienda lo siguiente: Someterse a exámenes dermatológicos periódicamente, estar atento a cambios que pueda presentar la piel y evitar la exposición a rayos ultravioleta.
4.- ¿Cuál es la causa del cáncer de piel?
A pesar de que se han podido identificar factores de riesgo que incrementan la probabilidad de desarrollar cáncer de piel, aún no se conocen las causas específicas y tampoco el mecanismo por el cual algunos de ellos pueden ocasionar el cáncer.
Causas del cáncer de tipo melanoma:
Lunares:
Aún no está muy claro el por qué algunos lunares progresan a melanomas.
Sin embargo, se han hallado cambios genéticos que podrían explicar esto.
Luz ultravioleta:
Los oncogenes son los encargados de regular el crecimiento y división celular. Mientras que los genes supresores de tumores son aquellos que mantienen el control del crecimiento celular o que las mismas mueran en el momento oportuno.
Es así como el cáncer puede ser ocasionado por cambios en el ADN que provocan la activación de los oncogenes o la desactivación de los genes supresores de tumores.
La luz ultravioleta puede causar daños del ADN, lo que afecta la forma en que las células crecen y se dividen.
Xerodermia pigmentosa:
Esta es una causa que se asocia con el melanoma debido a la incapacidad que tiene la piel para reparar los daños sufridos en su ADN.
Antecedentes familiares:
Cuando hay casos familiares de melanoma, las alteraciones genéticas se transmiten de generación en generación.
Se deben a cambios en genes supresores de tumores como: CDK4 y CDKN2A.
Esto tiene como resultado que no se pueda controlar el crecimiento celular.
Causas de los cánceres de piel de células basales y de células escamosas:
El cáncer de piel de células escamosas o basales también depende de la activación de oncogenes o desactivación de genes supresores de tumores.
En el caso del carcinoma de células escamosas, el gen que se ve más afectado es el TP53 (gen supresor de tumores). El mismo se encargan de que las células con ADN dañado mueran, pero si no se activa, entonces dichas células pueden vivir por más tiempo y convertirse en cáncer.
Mientras que al carcinoma de células basales, se asocia con mayor frecuencia, alteraciones del gen PTCH1. Este es un gen supresor de tumores, que se encarga de mantener el crecimiento celular bajo control. Su alteración determina que las células crezcan de forma descontrolada.
Síndrome de Gorlin:
Como se describió previamente, esta es una condición hereditaria.
Las personas que la presentan tienen alteraciones del gen PTCH1.
Xerodermia pigmentosa:
Ocurre lo mismo que en los casos de melanoma, es decir, la incapacidad de la piel para reparar daños en su ADN.
Virus de papiloma humano:
Algunos serotipos de dichos virus tienen genes que afectan las proteínas reguladoras del crecimiento de las células de la piel infectadas.
Eso puede llevar a que dichas células crezcan excesivamente o que se mantengan vivas cuando deberían morir.
El cáncer de piel ocurre cuando las células que forman parte de su estructura, crecen de forma descontrolada o si su ADN está defectuoso. Pueden ser de distintos tipos según las células en las cuales tenga su origen, teniendo que hay: Cáncer de piel de tipo melanoma, el cual es el más grave y cáncer de piel de tipo no melanoma, siendo los más frecuentes los epiteliales (carcinoma basocelular y de células escamosas).
Hay varios factores de riesgo que se vinculan con su aparición, entre los que destacan el fenotipo de piel (blanca, con tendencia a la formación de pecas) y la exposición a rayos de luz ultravioleta. Hay otros factores de riesgo como son los antecedentes familiares, la existencia de lunares múltiples y/o displásicos y la xerodermia pigmentosa.
Para saber más sobre los síntomas del cáncer de piel, te recomiendo ver el siguiente vídeo:
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