Ahora toca cuidarse y tomar medidas para recuperarse, aunque si hemos sido prudentes y no nos hemos excedido demasiado en poco tiempo volveremos a nuestro equilibrio habitual.
1. En primer lugar, planifica tu compra y las comidas de toda la semana.
Anota en tu lista de compra lo que no te puede faltar: verduras, hortalizas de la temporada y de la tierra (coliflores, calabacines, calabazas, judías verdes, alcachofas, espárragos); Frutas como la piña y los cítricos. Todo aliñado con aceite de oliva. Las proteínas que sean de legumbres, quesos frescos, pescados y carnes blancas. No te olvides de tomar un yogur al día, regulará tu flora intestinal. Y los carbohidratos, mejor integrales: arroz, pasta y pan.
2. También, modifica tu forma de cocinar, opta por los hervidos, papillotes, horno, plancha y vapor.
3. Disminuye la sal y utiliza mejor las hierbas aromáticas: orégano, eneldo, albahaca, tomillo…
4. El agua no ha de faltar, junto con los tés (preferiblemente verde), infusiones y caldos vegetales, te ayudarán a mejorar la retención de líquidos provocada por los excesos de estos días.
5. No te saltes ninguna comida, ya sabes 5 al día (desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena).
6. Y por último, haz deporte, camina, pasea, al menos media hora diaria a paso rápido, incrementa tu actividad física, y sobre todo disfruta y sé feliz.
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