Cuando luchamos en la vida, a menudo es el resultado de factores fuera de nuestro control. Sin embargo, es fácil asignar el sentimiento de culpa y comenzar a identificarnos con historias problemáticas de lo que somos. Cuando a las personas se les dice (o se dicen a si mismos) la misma cosa una y otra vez, tienden a creer y actuar en consecuencia. Cuanto más se produce esta dinámica, más delgada será la línea entre las historias y la descripción de la vida de la persona.
En mi trabajo como terapeuta, he aprendido que en la mayoría de las situaciones, las personas tienen una variedad de recursos personales, compromisos y esperanzas que, cuando se tiene el acceso, pueden ser una fuerza impulsora para cambiar sus vidas.
Los siguientes pasos pueden servir a las personas como puntos de partida importantes para desarrollar descripciones más ricas de sus vidas y vivir experiencias más satisfactorias.
El objetivo es ayudar a la persona a reconectarse con lo que es verdaderamente importante para sí misma, ya que las personas a menudo se ven obligadas a separarse de sus valores como consecuencia de las experiencias dolorosas, las “historias individuales”, o puntos de vista limitados, de los cuales les han hablado.
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¿Qué mensajes has recibido?
Muchas personas no son conscientes de los mensajes sociales que han recibido durante toda su vida. Estos mensajes pueden haber venido de los estereotipos, experiencias dolorosas, y la falta de representación. Por ejemplo, una persona que ha experimentado el abuso puede desarrollar una autoimagen negativa. Debido a que esta persona hizo nada para merecer el abuso, la idea de que puede haber desarrollado una visión negativa de sí misma como resultado puede parecer desconcertante. Sin embargo, sucede con frecuencia.
La sociedad también puede contribuir al desarrollo una historia individual que las personas forman sobre sí mismas, sus comunidades, o su cultura. Esto puede ser debido a una representación carente en los medios de comunicación, el refuerzo de los estereotipos, y el desequilibrio de poder. Te sugiero prestar atención a los mensajes que has recibido en la vida que pueden influir en algunos de los pensamientos autodestructivos que tienes.
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La identificación de la evidencia (o su ausencia)
El segundo paso para acabar con los los pensamientos o sentimientos autodestructivos es identificar si hay alguna evidencia que apoye estas ideas que no te pertenecen.
Si tienes un pensamiento como, “No valgo nada”, haz una lista de cualquier evidencia que sugiera que esto sea cierto. Luego, haz una lista de las acciones y los rasgos que proporcionan evidencia de lo contrario. Más a menudo de lo que esperarías, encontrarás que no eres tan “inútil” como piensas! La clave es la evidencia tangible.
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Tú no eres el problema; El problema es el problema
Cualquiera que sea el problema, no eres tú. Los problemas tienen una forma de adherirse a las personas. Podríamos sentir que nosotros mismos somos el problema, pero esto no suele ser así.
“Cualquiera que sea el problema, no eres tú. Los problemas tienen una forma de adherirse a las personas”
En la terapia narrativa, nos referimos al proceso de separación del problema como externalización. La persona comienza a verse a sí misma aparte del problema y por lo tanto se siente más a cargo de su vida y experiencias.
Esto no significa que la persona no sea responsable de sus acciones; esto es un error común de este concepto. En la terapia narrativa, navegas por esta idea para que puedas desprenderte de la influencia de los problemas sin dejar de ser responsable de tus decisiones y acciones.
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Identificando a alguien que realmente te conoce
El siguiente paso es pensar en alguien en tu vida que te conoce bien. Este podría ser alguien en la actualidad en tu vida, o alguien que conociste en el pasado, tal vez cuando eras niño/a. Algunos ejemplos pueden incluir maestros, compañeros, amigos de la infancia, o la familia.
Comienza por pensar en los que aprecian (o apreciaron) algo de ti. ¿Por qué les importa saber de ti, o que seas parte de su vida? Puede ser útil hacerles estas preguntas directamente, si es posible, pero no es necesario; puedes tratar de responder a estas preguntas como lo harían ellos. Algunas personas hacen esto al escribir una carta, especialmente si la persona ya no está viva. Las últimas preguntas deben estar relacionadas con la evidencia que has identificado en el paso anterior (por ejemplo, ¿cómo podrían saber de mi valor de compasión? (o cualquier otra habilidad o recurso personal), o ¿qué me dirían si les cuento que “no valgo nada”?).
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Vuelve a conectar con tus Valores
Ahora que estás comenzando a tener una comprensión más clara de tu historia, pregúntate cuáles son tus valores. ¿Qué es verdaderamente importante para ti en la vida? A veces, le pido a las personas pensar en algo que, en caso de pérdida, los devastaría. Esto generalmente lleva a una discusión que descubre esos valores.
Hacer una lista de tus respuestas puede ser muy útil. Para algunas personas, identificar sus valores puede llevarles mucho tiempo. Está bien si éste paso se alarga un poco. Esta es tu vida; no tienes que tener las respuestas para todo. Tómate tu tiempo, tómalo con calma, y se amable contigo mismo aquí.
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Actuando de acuerdo a tus valores
Una vez que sepas lo que valoras en la vida, es posible que tengas una mejor idea de lo que esperas tener en la vida. Es posible entender cómo comenzó tu historia, donde te encuentras ahora, y dónde quieres estar en el futuro.
Tómate un momento para identificar las acciones que puedes tomar que pueden conducirte en la dirección de sus valores. Por ejemplo, si identificas que valoras el conocimiento, puedes comenzar a leer más. Este paso puede abrumar a las personas, pueden sentir que tienen que empezar a tomar grandes acciones de inmediato, pero las pequeñas acciones son útiles también. Una vez más, tómate tu tiempo. En lugar de leer un libro porque valoras el conocimiento, puedes comenzar con unos minutos cada día investigando los libros para más adelante, o con un capítulo.
La clave de tu éxito en la creación de una historia más rica de tu vida es ir a tu propio ritmo. Si encuentras que estás poniendo mucha presión sobre ti mismo/a, vuelve a la primera etapa. Hay una buena posibilidad de que ésta presión provenga de algunos de los mensajes que has recibido en la vida. Haz más pensando en esto, revisa tu lista, y sigue con el proceso. No hará que tu vida sea más rica de inmediato, así que se paciente contigo mismo/a. Te recomiendo que veas a un psicólogo o terapeuta para guiarte y apoyarte en tu viaje.
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Y tú… cuéntame ¿Qué cambiarías de tu vida? ¿Si no fueras tú, quién serías? ¿Qué es lo que más valoras personalmente de ti? Déjame saber aquí abajo por favor
Referencias:
Hablando dos lenguajes: Una conversación entre la terapia narrativa y las practicas científicas. David Epston (2012)
Si los problemas hablaran: Terapia Narrativa en Acción. Zimmerman & Dickerson (1996)
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Fuente: este post proviene de Psicólogo Armando Arafat, donde puedes consultar el contenido original.
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