El VIH pertenece a una familia de virus denominada retrovirus, en el cual estos virus poseen ARN pero la replicación de sus ácidos nucleicos se realiza en el núcleo, por lo cual necesitan convertir el ARN en ADN para poder llevar a cabo ese proceso, y desde ese punto es que deriva que la erradicación o creación de una cura y/o vacuna sea muy difícil; ya que la enzima encargada de convertir el ARN en ADN la transcriptasa reversa no posee puestos de controles que permitan corregir errores en la secuencia de ADN y por consiguiente cuando se da la multiplicación del ADN todas las copias son distintas entre ellas y a la hebra de ADN original y esa variación antigénica es la responsable de que el VIH sea difícil de combatir con medicamentos.
El SIDA se produce cuando los niveles de linfocitos CD4 son inferiores a 200 por ml de sangre, dejando al cuerpo indefenso ante la más mínima infección o agentes que en personas sanas no producirían ni un resfrió.
Los síntomas de VIH-SIDA
Los síntomas pueden ser muy variados o del todo no presentar ninguno. Si se presentan algunos síntomas pueden pasar como un resfrió en etapa temprana pero que nunca llega a producirse, a estos síntomas se le denomina primo-infección y son totalmente inespecíficos como un diagnóstico. Incluso hay personas que presentan síntomas hasta 10 años después de la primera infección del virus.
Los síntomas de la primo-infección por VIH son:
Fiebre leve.
Dolores o malestar o fatiga leve sin alguna explicación.
Dolor o ardor de garganta. Inflamación de las amígdalas.
Diarrea sin causa aparente.
Los síntomas tardíos de VIH-SIDA
Los síntomas tardíos se presentan cuando ya los valores de linfocitos CD4 son lo apenas suficientes para mantener a la persona enferma con defensas contra enfermedades o agentes infecciosos muy débiles o considerados no patogénicos alejados.
Las señales de SIDA son:
Aftas en la boca, lengua, o revestimiento blanco en el interior de la boca.
Dolor de garganta o inflamación de amígdalas.
Infecciones por hongos graves.
Cansancio o fatiga extremos.
Dolores de cabeza.
Sudoraciones y fiebres nocturnas.
Y erupciones o rash en la piel, generalmente en las manos, brazos y pies.
Si presentas algunos de estos síntomas y has tenido contacto íntimo sin protección con alguna persona la cual no conoces bien su historial de parejas sexuales es recomendable que te realices la prueba del VIH en la unidad de salud más cercana. La detección temprana del VIH te permitirá una vida más larga y sana.
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