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¿Cómo detectarlo?Existen algunos indicios para sospechar que un niño está siendo manipulado por uno de sus padres. Entre ellos podemos destacar: -Manifestaciones de odio hacia el progenitor ausente por parte del niño -Argumentaciones frívolas o absurdas cuando se le pregunta por el rechazo. Relata altercados triviales que cualquier otro niño no hubiera tenido en cuenta y no es capaz de dar razones más convincentes (es que siempre me pone la comida fría; cuando voy a su casa siempre está viendo tv y no me lleva a ningún sitio; un día me ató mal los cordones de las zapatillas...) -Falta de ambivalencia: el niño atribuye todas las cualidades y ningún defecto al progenitor "programador", y no es capaz de identificar ninguna virtud en el progenitor odiado, sólo le otorga defectos. -Fenómeno del pensador independiente: el niño insiste en que los argumentos que aporta son suyos y nadie le ha convencido para pensar de ese modo. -Apoyo automático al progenitor "amado". Además suele haber una fusión de identidad entre éste y el niño (es que "nos" abandonó; nunca "nos" quiso ni le importamos; "nos" hizo daño...etc) -Ausencia de sentimientos de culpa por todo lo anterior. -El niño es capaz de relatar situaciones para justificar el odio, en las que claramente no estaba presente o era demasiado pequeño para recordarlas (es que una vez le dijo a mi abuela que mi madre no me quiere; un día no vino a recogerme porque estaba en el bar con los amigos...etc). Además suele relatar los sucesos con un lenguaje que no es propio de su edad, lo que indica que los argumentos son aprendidos de un adulto (siempre me da aceitunas y patatas fritas y esa no es forma de alimentar a un niño...). -Frecuentemente el rechazo se extiende a toda la familia y entorno del padre "odiado". Estas circunstancias generalmente se producen en casos de divorcios conflictivos, en las que el padre "alienador" o "programador" actúa de forma completamente consciente e intencional con la intención de interferir en los contactos entre su ex cónyuge y su hijo o hijos. El padre "alienado" muchas veces no comprende este rechazo, se siente confuso, culpable y frustrado, y en ocasiones, ante la imposibilidad o dificultad de mantener el contacto con su hijo, comienza a desistir en sus intentos, realizando menos acercamientos, llamadas telefónicas, etc, lo cual alimenta los argumentos del progenitor alienador para justificar la incompetencia del otro ante sus obligaciones como padre. La alienación parental es una forma de maltrato emocional que puede causar graves alteraciones psicológicas en el niño, y contribuye a que en el futuro pueda establecer relaciones matrimoniales inestables y disfuncionales. Detectarlo es imprescindible para poder actuar con la mayor rapidez posible, ya que cuanto más elaborada es la campaña denigratoria y más instaurado está el odio, más complicado será revertir la situación.
fuente Psicología legal y y forense
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