Enero: Todavía de baja médica, en periodo de descanso del “relleno” de prótesis, y con la agenda llena de consultas para preparar el siguiente quirófano.
Febrero: Más citas y lista de espera para cambiar expansores por prótesis.
Marzo: Quirófano, ingreso de una noche y estreno de prótesis siliconadas. Feliz. Muy feliz.
Abril: Revisión de onco con resultados estupendos, y recuperación más estupenda todavía de la última intervención.
Mayo: Vuelta a las consultas y los preoperatorios para “construir” pezones.
Junio: Quirófano express con anestesia local. Dos pezones perfectos sin apenas recuperación y un montón de estrenos de bikinis que, tras unos años, empiezan a quedar rellenos y potentes.
Julio: La vida plena al 100% con incorporación al trabajo incluído. Tos de abuelete y revisión de radioterapia. De nuevo, resultados favorables.
Agosto: Rutina, pura rutina.
Septiembre: Visita al Ramón y Cajal para prueba de alergia y cita de micropigmentación. El tiempo vuela.
Octubre: Revisión de onco. Y sí, otra vez positivo.
Noviembre: De nuevo la rutina.
Diciembre: Cierro los ojos, hago recuento, y salto de alegría.
Es increíble cómo pasa el tiempo, cómo somos capaces de adaptar situaciones límite a la vida que continúa imparable.
No puedo dejar de aplaudirme, perdonad mi soberbia.
Definitivamente, el 2013 ha sido un buen año. Si hay salud, hay futuro.
Ya me voy, no sin antes desearos una bonita Noche. Feliz Navidad, pandilla.
Os leo!!