¿Puedo tomar cerveza en un plan de alimentación?

Desde un punto de vista energético, la cerveza es una bebida con una concentración en alcohol del 3 al 7%. La cantidad de calorías viene dada por el alcohol y los carbohidratos que contiene.

A pesar de que muchas personas desconocen este tema, la cerveza tiene beneficios. Sí, sí, esta es la parte más divertida para todos:

Propiedades antioxidantes: los extractos utilizados para la elaboración de la cerveza protegen a las células del daño oxidativo, tanto de los lípidos como de las proteínas. De esta manera se favorece el retraso del envejecimiento celular y se disminuye el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, así como cancerígenas.

Prevención de osteoporosis: la relación entre esta bebida y la prevención de la osteoporosis se basa en que el alcohol reduce la pérdida de masa ósea, al tiempo que el silicio -presente en la cerveza- la favorece.

Aumento del “colesterol bueno”: en cantidades moderadas, la cerveza favorece la concentración de lipoproteínas de alta densidad (HDL), el denominado “colesterol bueno”.
Entonces, podemos concluir que la cerveza puede tener sus beneficios siempre y cuando se respeten las raciones recomendadas, pero si se supera esta dosis, tendrá un efecto contrario para los deportistas y todas las personas en general.

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