Aporta una cantidad apreciable de diversas vitaminas y minerales. Concretamente, 100 g de melón sin corteza, proporcionan la mitad de la dosis diaria recomendada de vitamina C; y junto a la naranja, es una de las frutas con mayor contenido en ácido fólico.
Es de destacar también el alto contenido de esta fruta en provitamina A (principalmente beta-caroteno). Los beta-carotenos, además de transformarse en vitamina A en nuestro organismo, parecen ejercer un papel importante en la prevención frente a diversas enfermedades como el cáncer, enfermedades cardiovasculares, cataratas y degeneración macular senil, dada su capacidad antioxidante y oduladora de la respuesta inmunitaria. La riqueza en estos carotenos se incrementa en los melones de pulpa más anaranjada.
En cuanto a los minerales, cabe destacar su riqueza en potasio. Por tanto, es un alimento reconstituyente que promueve la actividad física e intelectual, ya que el potasio mejora el funcionamiento de músculos y nervios; y junto con el sodio, regula el balance
de agua en el organismo, y normailiza el ritmo cardíaco. También contiene cantidades apreciables de fósforo, hierro y magnesio, por lo que el melón es un producto natural remineralizante. Es una de las frutas más ricas en sodio, mineral que ?aunque sea necesario para gozar de un buen funcionamiento nervioso y muscular?, suele estar en exceso en nuestra dieta, y debe ser controlado por los que sufren hipertensión arterial. El alto grado de agua de esta fruta estimula los riñones para que funcionen con mas eficiencia, facilitando la eliminación de sustancias de desecho y toxinas, y mejorando
la función renal. También está indicado en estados de deshidratación acompañados de pérdidas de minerales (diarreas, sudoración abundante y crisis febriles).
Y tú, ¿que vas a tomar hoy de postre?