¿Qué es la parálisis facial?
La parálisis es un síndrome agudo que afecta al nervio facial o séptimo par craneal produciendo debilidad parálisis temporal en la musculatura de la cara. El nervio facial se inicia en la corteza cerebral, terminando en las placas motoras de los músculos enviando toda la información necesaria a los músculos. Cuando se produce una lesión en algún lugar del trayecto del nervio se produce la parálisis facial.
El nervio facial es uno de los 12 nervios que están unidos directamente con el cerebro. Es un nervio mixto y doble en la cara. Tiene como funciones el control de los movimientos de la musculatura de un lado de la cara, la sensibilidad del oído y la amortiguación de los sonidos fuertes, controla las lágrimas y saliva, el cierre y apertura del ojo y la parte anterior del gusto en la lengua.
Puede ser una parálisis facial central donde se produce la interrupción de las fibras nerviosas que unen la corteza cerebral con el nervio facial, viéndose afectado el lado contrario de la cara a la lesión. Este tipo de parálisis tiene como característica la afectación de la mitad inferior de la cara de un lado, respetando párpados y frente. Se ve afectados los músculos de la boca y mejilla.
Cuando hablamos de parálisis facial periférica el lado afectado de la cara es el mismo donde existe la lesión del nervio. En este caso se ve asimetría de todo el lado de la cara.
Causas de la parálisis facial
Las causas de la parálisis facial suelen ser el daño o hinchazón del nervio facial, o daño en la zona del cerebro que envía las señales a los músculos de la cara. La parálisis facial más frecuente es la llamada parálisis de Bell, afectando al 40% de los casos y es idiopática. En segundo lugar de importancia se encuentra la parálisis facial de origen traumático en un 25% de los casos. Después, le siguen las parálisis causadas por tumores, infecciones agudas y crónicas del oído, el virus herpes zoster, y por último enfermedades del organismo que pueden afectar de forma secundaria al nervio.
Parálisis facial idiopática
La parálisis facial idiopática también llamada parálisis de Bell ocurre en el 40% sin importancia del sexo de la persona. Aparece normalmente entre los 18 y 50 años de edad. Aunque su origen es idiopático se barajan diferentes teorías sobre sus causas:
Mala circulación sanguínea. Se produce un edema del nervio dentro del conducto de Falopio, con mal retorno venoso y posterior daño del nervio.
Infección del nervio por un virus. Es el caso del virus del herpes simple, el virus de la influenza, o la enfermedad de Lyme
El factor hereditario también puede ser otra posible causa de este tipo de parálisis faciales, en la cuarta parte de pacientes afectados existen antecedentes familiares.
Este tipo de parálisis se produce de forma aguda y brusca, siendo las primeras 48 horas las más importantes. Los pacientes se suelen recuperar entre 1-6 meses de forma completa en el 80% de los casos. Tiene como característica la parálisis motora de los músculos que producen la expresión facial, en el lado afectado desaparecen todos los surcos de expresión, y en el lado sano se acentúan.
Parálisis facial por Herpes Zoster ótico
En el caso del herpes Zoster nos encontramos con parálisis facial acompañada de otalgia y vesículas en el pabellón auricular. Solo el 60% de los casos se recupera sin ninguna secuela.
Parálisis facial por otitis
Cuando se produce una otitis aguda suele ser suficiente el tratamiento con antibióticos y tiene una rápida recuperación, es poco frecuente. En el caso de otitis crónicas suele ser imprescindible el tratamiento quirúrgico.
Parálisis facial traumática
Su primera causa son traumatismos cráneo encefálicos, y son la causa del 25% de los casos de parálisis facial. Como consecuencia del TCE se puede producir rotura del hueso temporal, desgarro del nervio, nervio dañado por el impacto de una esquirla de hueso o compresión del nervio por hematoma.
También ocurre en recién nacidos por traumatismos en el parto. Otros casos de origen traumático pueden ser operaciones en el oído, cerebro y heridas por arma blanca.
Parálisis facial tumoral
Estas parálisis de desarrollan de forma lenta, dando lugar a dolores de cabeza, convulsiones e hipoacusia. Se produce en el 13% de los casos. Se debe tanto a tumores intrínsecos (neurinoma del facial, meningioma, et), o por tumores extrínsecos (neurinoma del acústico, tumores parotídeos, carcinoma del oído, etc).
Síntomas de la parálisis facial
Los síntomas van a variar mucho de la persona y del alcance de la lesión del nervio. Pueden variar entre una parálisis débil a una parálisis total.
Ausencia de movilidad voluntaria de los músculos de la mitad de la cara afectada, ocasionando la pérdida de expresión estando flácida y sin surcos.
La boca estará caída hacia abajo y hacia el lado afectado.
Dificultad para cerrar el ojo.
Ausencia de lágrimas y saliva.
Sequedad en ojos y boca.
Ausencia de gusto en la parte anterior de la lengua del lado afectado.
Dolor facial.
Dolor en el oído con ruidos fuertes.
Ausencia de sensibilidad en el conducto del oído.
Todos estos síntomas van a producir grandes problemas en la calidad de vida del paciente, como dificultad para comer y beber, dificultad para hablar y expresar sus emociones.
Diagnóstico de la parálisis facial
El diagnóstico se basa en la clínica, asimetría facial, inmovilidad facial cuando se le pide al paciente que realice diferentes movimientos con la cara (levantar ceja, cerrar ojo, sonreír, etc), lado de la cara afectado inexpresivo con desviación bucal y eliminación de los pliegues, ceja caída, y dificultad para comer.
Se pueden realizar diferentes pruebas para ayudarnos, como el electromiograma para comprobar el estado y daño del nervio y músculo, una radiografía para descartar tumores o infecciones, etc.
Tratamiento para la parálisis facial
El tratamiento de la parálisis facial puede incluir medicamentos y fisioterapia. La cirugía no suele ser opción en este tipo de afectación. Los medicamentos más utilizados son los corticoesteroides, con efecto antiinflamatorio; y los medicamentos antivirales ayudando a frenar la infección por virus cuando este es el causante de la parálisis.
Tratamiento fisioterápico de la parálisis facial
Un fisioterapeuta nos puede ayudar a disminuir dolor y estimular los músculos afectados, así como relajar la musculatura contraria donde suelen aparecer tensiones y pequeñas contracturas.
Calor local
El uso de una compresa húmeda-caliente nos va a ayudar a mejorar la circulación en la zona.
Electroterapia
Se utiliza como estimulación. Hay discusiones sobre este tema, ya que se está estimulando el punto motor del músculo y no el nervio.
Masaje
El masaje mejora la circulación y el metabolismo local. El aumento del calor en la zona nos ayudará a realizar a continuación los ejercicios.
Os dejo un video donde Iñigo Junquera explica cómo realizar un masaje facial que nos puede ser de mucha ayuda.
Ejercicios pasivos
En un primer momento debe ser el fisioterapeuta el que se encargue de realizar los movimientos con sus dedos.
En este video nos explican cómo realizar diferentes ejercicios para la musculatura facial.
Ejercicios activos
Se realizan enfrente a un espejo. Se deben de pedir siempre aunque no exista aún contracción para acelerar la recuperación.
Ejercicios activo-asistidos: El paciente se va a ayudar de su dedo índice y medio apoyándolo sobre el músculo que queremos trabajar y realizando el movimiento que queremos realizar. Debemos insistir en los párpados y boca, son los que más tardan en recuperarse.
Ejercicios activos. Sin ayuda por parte del paciente se le van a pedir diferentes movimientos:
Cerrar ojos
Levantar cejas
Juntar las cejas
Arrugar el mentón
Sonreír
Soplar muy lentamente
Elevar el labio superior dilatando las alas de la nariz
Apretar los dientes
Cuando ya estamos en una etapa más avanzada debemos pedir al paciente que cuando realiza los ejercicios delante del espejo sean lo más simétricos posibles. El mismo puede provocar resistencia en contra del movimiento con su mano.
Propiocepción
Debemos trabajar la propiocepción para mejorar la sensibilidad del nervio facial. Podemos utilizar diferentes texturas por la cara para la estimulación. Existen tratamientos alternativos como la acupuntura, técnicas de relajación, biofeedback y vitaminas faciales, que aunque no están probados científicamente nos pueden ayudan.
Consejos en casa
Proteger el ojo mientras no se pueda cerrar. Utilizar lubricantes de día y de noche.
Uso de calmantes si existiera dolor.
Utilizar toallas húmedo-calientes varias veces al día.
Realizar los ejercicios todos los días en casa que el fisioterapeuta les pueda decir (soplar, silbar, llenar los carillos de agua, etc.
Yessica Pérez Castro
09/06/2016