La historia de esta pequeña fue contada por su propia madre, la señora Vignes, al rotativo británico The Daily Thelegraph, a quien declaró que "fue una situación increíble, ninguno de los médicos había conocido con anterioridad una situación semejante" para continuar añadiendo que "hubo casos de niños que nacieron con poca cantidad de sangre, pero nunca con un nivel de hemoglobina cero".
La madre, de 31 años de edad, acudió a la clínica allá por diciembre de 2009 cuando estaba en su 34 semana de embarazo ya que según ella había dejado de notar el movimiento de su pequeña en su interior. Una vez fue examinada por lo médicos, fue programada una cesárea de urgencia, tras la cual la pequeña fue conducida a una unidad de vigilancia intensiva.
Fue allí donde detectaron y comunicaron a la madre que su hija tenía a penas una ligera cantidad de plasma transparente en sus venas, dicho de otro modo, casi nada de sangre.
Se realizaron tres transfusiones de urgencia, la primera de ellas a través del cordón umbilical ya que inicialmente no le conseguían encontrar las venas. Fueron pasando inicialmente las horas, luego los días, y la pequeña fue mejorando poco a poco sus signos vitales. Un tiempo después, sus padres se la pudieron llevar a casa, pero con la gran incógnita de si esa falta de sangre podía haber afectado en mayor o menor medida a su cerebro ante la evidente falta de llegada de oxígeno al mismo.
Poco a poco, día a día, ese miedo se fue disipando hasta que a los 15 meses la niña llegó a pronunciar su primera palabra, "papá".
Han transcurrido ya casi 5 años desde su delicado nacimiento y Maisy acude hoy en día, en concreto desde septiembre de este año, como cualquier otro niño a la guardería de su escuela natal en la ciudad de Waterford.
Según los médicos que trataron a la pequeña, en un momento del embarazo toda su sangre fue absorbida por su madre, circunstancia que en caso de accidentes ya había sido testada y existían antecedentes, escasos pero conocidos, pero que en rarísimas ocasiones sucede sin un desencadenante previo como en el caso de esta pequeña.
Del mismo modo, se estudia si puede tratarse de una variante de la llamada "Intolerancia del RH" que se produce cuando la madre es RH negativo y el bebé un RH positivo heredado de su padre. En este caso, si algunos de los glóbulos del bebé penetran durante el embarazo en el flujo sanguíneo de la madre, el cuerpo de esta se sensibiliza y trata de eliminarlos mediante anticuerpos, llegando a destruir los glóbulos rojos del feto. Todo este proceso puede llegar a producir en el feto ictericia (coloración amarilla de la piel y los ojos), anemia, daños cerebrales, insuficiencia cardiaca e incluso la muerte. Sin embargo a la madre no le afecta, y no sólo eso, sino que se inmuniza para posteriores embarazos en los que la reacción y las consecuencias suelen ser mucho mayores que en el primero, que es en el que se desarrolla todo este proceso.
Finalizamos añadiendo un par de datos, por un lado se estima que actualmente nacen en torno a unos 4000 bebés que sufren de intolerancia al RH.
Y por otra parte, lo que normalmente oímos nombrar como RH negativo en realidad es la ausencia de producción del factor RH (en cuyo caso somos RH +) que no es sino una proteína hereditaria que se encuentra en la superficie de los glóbulos rojos.
Actualmente se estima que en torno a un 15% de los individuos de raza blanca y un 7% de los afroamericanos carecen de ese factor RH y son, por tanto, considerados RH negativos.